9. MINTIÉNDOLE A LA VERDAD.

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Entré a mi casa y me dirigí a la sala, en donde todos estaban reunidos — a excepción de Hannah —, incluso mi padre estaba ahí.

-¿En dónde estabas? – preguntó Noah – No puedes ir por ahí con un tobillo torcido.

-Salí a conseguir trabajo – me quité la chaqueta y la dejé sobre el respaldo del sillón – Y por mi tobillo no te preocupes – levanté mi pie y lo moví – Ya está mejor.

-¿Saliste a conseguir trabajo? – April frunció el ceño.

-Dije que lo haría – objeté.

-No pensé que hablaras en serio.

Me encogí de hombros y dije:

-No acostumbro a decir las cosas a la ligera.

-¿Y en dónde fuiste a conseguir ese dichoso trabajo? – mi padre me miró con dureza.

-A un restaurante de comida rápida – sonreí con orgullo.

-¿Comida rápida? – repitió, estupefacto.

-Ya sabes: en donde venden hamburguesas y papas fritas.

Papá abrió la boca para protestar pero Mason se le adelantó:

-Eso es genial – se levantó y pasó un brazo por mis hombros – Significa que tendremos hamburguesas gratis.

-El hecho de que trabaje ahí no quiere decir que...

-Shh – colocó su dedo índice sobre mis labios – No arruines mi momento de felicidad.

Rodé los ojos.

-Espero que ese trabajo no interfiera en tus notas – me advirtió papá – ¿Cuál será tu horario?

-Lunes a viernes de 16:00 a 20:00 y sábados de 12:00 a 18:00 hrs.

-¿Y tendrás tiempo de hacer tus deberes? – enarcó una ceja.

-Si este es tu intento para convencerme de que deje ese trabajo y acepte tu ayuda con la condición de resignarme a estudiar derecho, estás perdiendo tu tiempo y el mío – espeté – Si me empeñé en conseguir trabajo es porque quiero ingresar a la universidad que yo quiera para estudiar lo que a mí me apasiona. No estoy para complacer a nadie.

-Como quieras – se puso de pie – Estaré en mi oficina, trabajando – y sin esperar respuesta, se marchó.

-¿En qué restaurante de comida rápida trabajaras? – pregunto mi amiga.

-En Mitchell's: es un restaurante nuevo en el centro de la ciudad. Comienzo mañana después de clases.

-Me alegro mucho por ti, Maia – April me dedicó una sonrisa.

-Gracias. ¿Qué planes hay para hoy? – alterné la mirada entre los presentes. El único que parecía no estar interesado era Steve, el cual tenía aspecto meditabundo.

-Pensábamos quedarnos en casa – Mason se encogió de hombros y regresó a su lugar en el sillón.

-O podríamos ir a la fiesta a la que me invitó mi nuevo compañero de trabajo – sugerí.

-Un momento – Mason entrecerró los ojos – ¿Quién eres tú y que has hecho con mi melliza?

-Solo quiero distraerme – volvía rodar los ojos – No es para tanto.

-¿Que no es para tanto? – exclamó Noah – No eres fan de las fiestas. Y dudo que quieras asistir a una después de tu pelea con ese chico.

-Si no quieren ir, está bien – repuse –, pero yo sí voy a ir. Planeo divertirme y beber hasta morir de una congestión alcohólica.

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