POV MAIA.
La noche anterior Steve, Sophie y yo nos quedamos despiertos; escuchando música y platicando. Ninguno pudo conciliar el sueño, pues teníamos diferentes preocupaciones: Sophie sobre sus padres, Steve sobre su familia y yo sobre las personas que me habían lastimado.
Después de bañarme, bajé a la cocina y me sorprendí al ver a Steve y a mi padre preparando el desayuno.
-¿Qué creen que hacen? – exclamé.
-¿Tú qué crees? – respondió Donson, sin mirarme.
-¿Intentando incendiar la cocina? – ironicé, acercándome a ellos – Papá, tu corbata está en llamas.
Él reaccionó con rapidez y corrió al fregadero para rociar agua sobre la punta de su corbata. Sophie entró en el momento exacto en el que mi padre maldecía por lo bajo.
-¿Eso se considera una grosería? – me preguntó.
-Absolutamente.
-No pienso darte cien dólares más – repuso papá con una sonrisa antes de salir y subir corriendo a su habitación para cambiarse la corbata.
-¿Es normal que el tostador eche humo? – señaló la pequeña.
Atravesé la cocina a grandes zancadas y apagué el tostador.
-Si su intención era incendiar la cocina, lo están haciendo a la perfección – mascullé, sacando el pan de la tostadora para dejarlo junto a los demás que se habían quemado. Después regresé con Steve – Apártate, Donson – le di un empujón con la cadera – Será mejor que me encargue del desayuno si queremos permanecer con vida.
Diez minutos después estábamos desayunando huevos con tocino, jugo de naranja y el pan que Steve y mi padre habían quemado. En eso, Donson se levantó y rebuscó en la alacena.
-¿En dónde diablos guardan el café y azúcar?
-Grosería – observó Sophie.
Como respuesta, Steve sacó una moneda y se la lanzó a la pequeña.
-Arriba – dije –: segunda puerta a la izquierda.
Asintió, agradecido; y sacó lo que necesitaba antes de regresar a su asiento. Cuando abrió ambos tazones, frunció el ceño.
-¿Quién pone el café en el tazón de azúcar y viceversa?
-Maia – respondió papá.
Steve me interrogó con la mirada.
-El hecho de que los tazones lleven el nombre de lo que debe ir ahí, no quiere decir que siempre deba ser así – objeté – Las reglas están hechas para romperse todo el tiempo.
Torció el gesto y supe que estaba ocultando una sonrisa.
-Debo irme – papá se levantó, pese a que aún no terminaba su desayuno – Necesito pasar a la fiscalía antes de ir al instituto.
Sabía que iría para saber sobre el caso de Frederick y mi madre, lo cual me preocupaba.
-Mantenme informada – me limité a decir.
**********
-Debo admitir que me sorprendí cuando pasaste por mí a mi casa – comentó Brooke mientras la cocinera nos servía nuestro desayuno.
Para ser sincera, yo también me había sorprendido. Después de dejar a Sophie en el colegio, le pedí a Steve que pasáramos por Brooke. Él no hizo preguntas, simplemente asintió y condujo en silencio.
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TENÍAS QUE SER TÚ
Novela JuvenilUna desilusión amorosa lleva a Maia Danvers a jurarse a sí misma no volver a involucrarse con ningún chico. Sin embargo, sus planes cambian cuando su mejor amiga le pide que finja ser novia de Steve Donson para hacerle entender que ningún chico tien...