Cuando desperté, mi cara se encontraban a centímetros del piso y mi cuerpo estaba en una posición incómoda: mis pies aún permanecían en la cama y la sábana envolvía todo mi cuerpo.
-Oh, mierda – murmuré —¿Alguien puede ayudarme?
-¿Danvers? – escuché la voz ronca de Steve – ¿En dónde estás?
-Aquí abajo.
Sentí cómo el colchón se hundía bajo su peso antes de que asomara su cabeza de mi lado de la cama.
-¿Qué haces ahí?
-El piso estaba muy triste así que bajé a darle un abrazo – ironicé.
Rodó los ojos, colocándose boca abajo para ayudarme. Como era de esperarse, cuando intentó quitarme la sábana de encima, perdió el equilibrio y cayó encima de mí, sacando todo el aire de mis pulmones.
-Steve, apártate – dije con dificultad – Me estoy quedando sin oxígeno.
-Espera. Mi pie se enredó en la sábana – se removió, provocando que su cuerpo pesara el doble.
Me sentía tan sofocada que también me removí hasta lograr sacar mis brazos de debajo de la sábana. Solo entonces pude apartar a Steve de un empujón.
-Eso dolió – se quejó.
-¿Qué hacen en el piso? – Sophie nos miró desde arriba de la cama.
-Nada – me levanté – Steve y yo te llevaremos al colegio, así que debemos apresurarnos.
**********
-¿Podemos ir al cine por la noche? – preguntó Sophie, poniéndose el cinturón de seguridad.
-No – Steve puso el coche en marcha.
-Lo que tu padre temporal quizo decir fue: tal vez – dije – Eso dependerá de la tarea que te dejen a ti y a nosotros.
-¿Padre temporal? – Donson se burló.
-Tú puedes decir "nuestra hija", ¿pero yo no puedo decir "padre temporal"? – enarqué una ceja.
Abrió la boca para protestar, pero la cerró de inmediato al no tener una respuesta.
Eso creí, pensé.
-Antes de que lo olvide: Mason y yo saldremos después de clases con un... amigo – me esforcé por decir la palabra – ¿Podrás solo con Sophie?
-Por supuesto – forzó una sonrisa, sujetando el volante con fuerza.
-¿Y quién irá por mí? – quiso saber Sophie.
-Mi hermano.
-Noah me cae bien. Al igual que Mason y April. Nathan tiene suerte de tenerlos como padres.
-Nosotros somos mejores que ellos – refutó Steve. Al menos ya no estaba tenso – Podemos hacer cosas ilegales y divertirnos.
-No creo que...
-Solo bromeaba, Danvers – me interrumpió – A menos que tu quieras romper la ley – miró a Sophie por el espejo retrovisor.
-No lo creo – respondió ella.
-¿Qué hay de Hannah? – le pregunté – ¿No te agrada?
-Esa chica es un poco extraña.
-Sin mencionar que actúa como si ocultara algo – terció Steve, estacionando el coche junto a la acera del colegio.
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TENÍAS QUE SER TÚ
Teen FictionUna desilusión amorosa lleva a Maia Danvers a jurarse a sí misma no volver a involucrarse con ningún chico. Sin embargo, sus planes cambian cuando su mejor amiga le pide que finja ser novia de Steve Donson para hacerle entender que ningún chico tien...