Christopher caminaba impaciente por la biblioteca mientras esperaba allí a su padre. La cena fue súper tensa después de que Alicia se levantase sin decir ni una palabra y saliese por la puerta dejando esta abierta. La reina parecía divertida con la situación, no es como si le agradase demasiado la chica que se había ido y ver a su hijo en plan serio le gustaba, se sentía orgullosa del hijo que había criado y del fuerte carácter que tenía y estaba sacando ahora a la luz para defender a quienes realmente le importaban: su novia y su hija... Y su futuro hijo.—Lo que has hecho y dicho ahí abajo no tiene precio —bufó nada más entrar, cerrando las puertas tras su cuerpo—. Como padre tuyo que soy merezco respeto, así que más te vale no volverme a hablar así delante de nadie.
—Te interesa más que alguien más pueda escucharlo, ¿no? No seas hijo de puta, papá...
—La gente perderá su respeto por mi si ve que mi propio hijo me habla de esa manera. Te eduqué de una forma específica, no te dejes llevar por la primera mujer que...
—Sofía no es la primera mujer que me abre las piernas —interrumpió, frotándose la sien con irritación—. Menuda expresión de mierda, espero que no vuelva a salir de tu boca... o al menos que no vuelva a llegar a mis oídos. Dijiste que al rey no se le levantaba la voz, ni se le llevaba la contraria. Acéptalo, papá, en poco tiempo el rey seré yo y para todo el país ya lo fui desde que lo anunciaste. Empieza a respetarme todo lo que no me respetaste antes.
—Esa mujer ha traído demasiado problemas, el amor es ciego y por eso no te culpo de no ver todas las desventajas. Pero el día que abras los ojos me darás la razón.
—No tengo nada que darte. ¿Te jode que me ayudase a sentar cabeza como tú no lo hiciste en toda tu vida? Lo siento, papá, quizá la forma en la que me educaste solo te favorecía a ti para aumentar tu ego.
—Te ha lavado el cerebro —bufó resignado—. ¿Crees que ella te conoce mejor que yo? No, de eso nada. Cuando te aburras del jueguito no vengas a llorar, ¿entendido? Porque no le vas a enseñar a un jugador profesional como ganar la siguiente ronda.
—No es un juego...
—Para ti todo es un juego, no intentes siquiera excusarte a ti mismo —palmeó su hombro—. Diviértete con ella, pero con el trono no te permitiré jugar. Yo también tengo mis reglas a la hora de jugar.
Se quedó callado al verlo caminar hacia la puerta, aunque mientras lo observaba tenía ganas de gritarle cientos y miles de cosas por todo lo que había vuelto a suponer. No necesitaba la aprobación de su padre para tener una relación con la pelinegra, pero tampoco le convenía que jugase como adversario porque tenía fichas más poderosas y jugadas más dañinas. Estaba en un punto en donde, moviese la pieza que moviese, estaba en serios problemas.
Pero el rey no estaba preocupado, sabía que la chica caería antes que su hijo y eso la convertía en su próximo objetivo. Si no funcionaba por una parte tendría que hacerlo por la otra.
—Sofía —la llamó para que esta pusiera su atención en él—, ven un momento que tenemos que hablar.
—Está jugando conmigo —reprochó Alexia mientras se cruzaba de brazos.
—No le robaré mucho tiempo.
—Tu abuelo tiene razón, seguro que no es nada importante —acarició su mejilla antes de levantarse y acercarse a él, intentado alejarse lo suficiente de la niña para que no escuchase la conversación—. ¿Qué es lo que quieres? ¿No has tenido suficiente?
—Eso mismo venía a preguntarte yo. ¿Cuando tendrás suficiente de mi familia? —alzó sus cejas—. Vas a ocupar un lugar que no te corresponde.
—No tienes ni idea de quién soy.
—Sé que provienes de una familia real más poderosa que la nuestra, claro que si, al igual que sé que renunciaste a ella cuando apenas eras una chiquilla. Te voy a pedir ahora que renuncies también a esta, a cambio de una gran cantidad de dinero... Lo hiciste antes de forma gratuita, seguro que con ver billetitos es más fácil tomar de nuevo la decisión.
—¿Estás intentando comprarme?
—Algo así. Tú desapareces y la criatura que tienes dentro también.
—Olvídate.
—No dije todavía ninguna cifra.
—No necesito que me hagas una cifra —señaló—. No me voy a vender, su majestad. No todo en esta vida depende del dinero, aunque a ti te cueste verlo... Tu hijo ya lo ha entendido, espero que tu algún día también lo puedas entender.
—Sofía...
—No, esto funciona en las películas muy bien, pero en la vida real... Bueno, en la vida real funciona más que en las películas porque el dinero no llueve del cielo, pero el caso es que conmigo no va a funcionar. Si quiero dinero puedo tenerlo sin necesitarte.
—Si, para ello solo necesitas a mi hijo...
—¡No! Tengo sangre real igual que tú e igual que tu hijo, por muy desvinculada que esté de la realeza sigo siendo parte de ella. Hay cosas que no se pueden cambiar, hay partes de una historia que no se pueden volver a escribir y hay jugadas en un juego que sería casi imposible repetir. Bienvenido al juego real, el lugar donde los que ganan pierden y los que pierden ganan. Donde jugar con madurez está sobrevalorado. Donde nadie piensa las jugadas antes de ejecutarlas.
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El juego real
FanfictionChristopher nunca se había llevado bien con la palabra "compromiso", algo que era esencial si quería ser el príncipe de Dinamarca. La responsabilidad no era su punto fuerte. Pero no le quedaba más remedio que hacer frente a todo, olvidarse de todo l...