HyunJin's puppy «ʜʏᴜɴ ɪɴ»

07

No le gustaba esa sensación a Jeongin. Sus ojos se sentían tan húmedos y sus lágrimas comenzaban a salir, su pecho dolía y su nariz se había puesto de un color tan rojo.

Hyunjin de pronto no entendía a Jeongin, ¿Quién le había dicho semejante tontería?

— Vender personas es ilegal. —Explicó brevemente pero Jeongin negó.

El chico seguía sin poder hablar, nunca antes le había pasado eso pero por el momento se sentía tan mal, ¿Estaba enfermo?, Tampoco lo sabía.

— Soy un híbrido...

Hyunjin pensó y asintió, el chico tenía razón, no era una persona normal y tampoco era un animal normal pero eso no significaba que lo fuese a vender.

Jeongin de pronto dejó ese plato de ramen en la mesa y se dirigió a la habitación de Hyunjin. El rubio lo observó llorar mientras se retiraba.

El chico con orejitas y cabello largo se sintió tan solo en esa habitación no muy espaciosa, se sentía sin ánimos y sus ojos comenzaban a secarse un poco cuando menos pensaba en el asunto.

Tristeza

Recordó Jeongin. Alguna vez en su vida había escuchado esa palabra y fue en esa serie coreana que había visto en toda la semana. La chica experimentaba esa misma emoción y ahora él sabía que era la tristeza.

No me agrada

Lo pensó y negó mientras terminaba de llorar.
Si Changbin tenía razón, Hyunjin lo debía vender y así Jeongin terminaría en cualquier otro lado. No quería imaginarse nada de eso, por eso, alguna vez su madre le explicó que no debía convertirse enfrente de un humano, pero él, él fue distinto.

Poco tiempo después, el chico rubio entró a la habitación y miró a Jeongin que se había calmado un poco pero aún parecía estar perdido en sus pensamientos.

— Jeongin, no sé de donde sacaste esa idea pero si eso te preocupa, no te ofrecería a nadie por dinero. — Lo tranquilizó cuando se sentó a un lado de él y le quitó algunos cabellos de su rostro que lograban cubrir sus ojos.

Jeongin debía de creerle, tampoco significaba que Hyunjin fuera tan malo. Cuando se conocieron no hizo nada contra él y nunca lo había hecho.
No era como el resto de humanos.

Tenía razón, Hyunjin es un buen ser humano.

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Hyunjin nuevamente no había ido a trabajar pero se estaba vistiendo no tan casual. Nunca antes lo había visto vestido de esa forma.

Y Jeongin supo que Hyunjin no asistió a su trabajo ya que siempre se iba cuando el sol comenzaba a salir pero hoy era otra excepción. No había luz solar, la aguja del reloj estaba en el nueve y Hyunjin se estaba arreglando como nunca antes.
Eso solo significaba algo para Jeongin.

Salir

— Hyunjin, ¿Hoy saldremos de compras? — Preguntó emocionado mientras lo observaba cambiarse de ropa. Recordó la última vez que fueron de compras y también cambió un poco su vestimenta.

Hyunjin negó y terminó de abrochar las agujetas de sus tenis.

— Hoy iré a una fiesta pero tú te quedarás aquí. — Explicó y Jeongin ladeó la cabeza.

¿Se quedaría en casa?, Él también tiene derecho de ver el exterior.

Jeongin frunció el seño y cruzó sus brazos.

— Yo también quiero ir.

Además, Hyunjin había dicho una palabra desconocida, "fiesta" y no podía negarse a lo desconocido.

— No puedes ir. — Volvió a negar y el otro chico gruñó.

No podía llevar a Jeongin a una fiesta donde habría alcohol, parejas comiéndose, música fuerte, humo de tabaco y un montón de cosas que no eran aptas para Jeongin. Solo pensarlo le hacía sentir mal con el pelinegro.

— Si no me llevas comeré todas tus pizzas que guardas. — Cruzó los brazos nuevamente y Hyunjin se encogió de hombros.

Estaba claro que el pelinegro no podía ganar así que hizo un puchero y miró a Hyunjin, con sus orejitas bajas.

El rubio intentó no caer ante la petición de Jeongin así que siguió acomodando su cabello que ya se encontraba bastante largo.

— Nos vemos más tarde. — Sonrió e intentó no mirar al chico para no acceder.

No mires, no mires, no mires.

Y lo intentó pero después de un momento no recibió respuesta de Jeongin y cuando lo miró pudo ver al chico arrinconado en la cama, se miraba triste y sus orejas también lo decían todo.

— Tal vez no sea tan malo que vayas.

Estúpido Hyunjin — Pensó el rubio cuando se dió cuenta de lo que había dicho.

El pelinegro levantó su mirada y la dirigió al más alto que ya lo estaba esperando. Sus orejitas sobresalieron de su cabello y fueron visibles para Hyunjin.

Estoy muerto. — Volvió a pensar Hyunjin cuando miró al menor muy feliz de recibir esa respuesta.

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Aún no entendía como había accedido tan fácilmente.

Recién estaban entrado a ese lugar donde estaba la enorme fiesta. Habían demaciado invitados y sobre todo, habían demaciado personas bebiendo, otras tomando alcohol y otras simplemente platicaban o disfrutaban de la música.

Todo era tan nuevo para Jeongin, mirar a toda esa gente le daba curiosidad pero tampoco podía negar que la música tenía un volumen tan alto que sintió que se quedaría sordo.

Un chico pecoso con cabellos castaños claros se acercó a ambos chicos con una sonrisa y una botella en sus manos. Detrás de él había un chico que ya conocía, se trataba de Seungmin.

— Supuse que no vendrías. — Se encogió de hombros y Hyunjin negó apenado. — Y trajiste invitados. — El chico sonrió para Jeongin.

— Es mi amigo.

Jeongin pensó por un momento lo que había dicho Hyunjin. ¿Eso significaba que ambos eran amigos?

— Gusto en conocerte, soy Felix.

El pelinegro tuvo un pequeño flashback con Changbin. ¿Era posible que ese fuese el chico del que hablaba Changbin?

— Soy Jeongin.

Seungmin solo los miraba presentarse y estaba tan mareado por todo el alcohol que había ingerido.

— Espero que la pasen bien, por allá están sirviendo más copas. — Señaló a esa cocina espaciosa que estaba repleta de botellas.

Hyunjin asintió y tomó a Jeongin de la mano, no podía dejarlo solo entre toda esa multitud, no en ese momento cuando todos parecían peligrosos para el pelinegro.

El rubio estaba dispuesto a tomar unos tragos de alcohol, pero un chico con cabello negro, camisa holgada y pantalones ajustados los interrumpió.

— Jeongin, que bueno es encontrarte aquí.

Sonrió e interrumpió a ese par que ahora estaban confundidos.