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Había llegado el momento para que ambos chicos cumplieran con las órdenes del rubio pero para la mala suerte del pelinegro, Felix lo había elegido como su primera víctima.

Ya había pasado una hora desde que habían llegado a ese centro comercial y Changbin cargaba las bolsas en sus muñecas mientras Felix seguía viendo camisas en esa tienda de ropa.

— Creo que esta camisa es mejor en otro color. — Habló Felix y Changbin suspiró. Había descubierto que definitivamente no servía para las compras.

— Cualquiera se ve bien en ti, no importa el color. — Habló Changbin y el pecoso negó.

— Pienso que me quedan más los colores oscuros. — Se encogió de hombros y después tomó una camisa de su agrado.

Changbin suspiró, cansado de esperar a Felix demasiado tiempo, había descubierto que es un chico indeciso, no podía decir fácilmente sobre una prenda de ropa u otra, incluso era difícil para él decidir a la tienda que entraría.

— Solo pagaré esta última camisa y podemos ir a comer. — Sonrió el rubio y Changbin asintió, sin ocultar la felicidad que sentía de por fin poder consumir algún alimento.

El más alto se dirigió a pagar esa camisa, la empleada lo atendió y recibió el dinero del rubio para después darle un ticket que afirmaba su compra.

— ¿A dónde iremos a comer? — Preguntó Changbin, dudoso por el alimento que consumiría.

Felix se encogió de hombros y le dió aquella bolsa a Changbin, que contenía su nueva camisa.

— Será sorpresa. — Sonrió el rubio y Changbin nuevamente se quedó embobado por aquella sonrisa tan bonita que podía formar Felix.

Mientras fuera secreto no estaba mal seguir enamorado del novio de Seungmin, ¿Verdad?, Nadie podía juzgarlo si solo él lo sabía.

Changbin solo siguió los pasos del más alto y podía ver cómo se dirigían a la zona de comida.
Había mucha gente comprando alimentos y Changbin solo esperaba ser atendido lo más pronto posible porque su estómago exigía comida.

Felix caminó a ese lugar donde vendían comida rápida, la favorita del pelinegro.

— Yo invito. — Sonrió Felix y el pelinegro asintió.

En realidad, el mayor no se podía negar, no trabajaba, no era nada sin el dinero de Seungmin y esta vez no había robado su tarjeta de crédito.

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Jeongin y Hyunjin solo escuchaban a el hombre que les mostraba un montón de cosas que podían colocar en su apartamento. Desde muebles y electrodomésticos hasta simples adornos.

— ¿Cuál desean llevar? — Preguntó el empleado, que les mostraba dos comedores en especial.

— Este me parece bonito. — Sonrió Jeongin y seleccionó aquel comedor de su agrado. — Creo que combinará bien en nuestro apartamento.

El rubio lo pensó más que el menor, no le convencía mucho el diseño de aquel comedor, él estaba convencido por otro que a Jeongin no le agradaba en nada.

— Creo que podemos ver más opciones. — Comentó Hyunjin y el pelinegro hizo un puchero ante la negación del mayor.

El hombre solo observaba a los dos chicos indecisos que no podían elegir nada, cada cosa que les mostraba terminaban en una discusión, así habían estado por horas.

— Creo que un estilo más casual estaría bien para ustedes. Sé que es difícil elegir muebles cuando recién se casan, mi esposa también me alegó muchas veces que no quería ese sofá, ¡Pero ese sofá era el mejor de todos!, En fin, les puedo mostrar más modelos si es que quieren. — Habló el empleado y Jeongin asintió.

HyunJin's puppy «ʜʏᴜɴ ɪɴ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora