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El espacio estaba lleno de personas, todos estaban en su propio mundo y Changbin comenzó a arrepentirse de haber elegido ese lugar.

— ¿Estás buscando una chica? —Preguntó la mujer que lucía su cuerpo con un vestido que resaltaba sus curvas. — Estoy disponible.

Changbin negó y bebió un poco más de ese vaso que comenzaba a hacerle mal a su estómago.

— Eres un chico lindo, vamos, solo acepta. — Sonrió y volvió a insistir la pelinegra.

— No estoy interesado en chicas.

Confesó Changbin aunque en realidad estaba mintiendo. No le importaba en lo más mínimo si se trataba de una chica o un chico, le daba completamente igual, pero en esos momentos estaba tan frustrado que no quería compartir su tiempo con nadie.

La chica sonrió e intentó mantenerse quieta.

— Conozco a un chico. — Le guiñó el ojo a Changbin pero el chico ya no sabía si realmente quería seguir en ese lugar.

Habían pasado treinta minutos desde que llegó a beber pero no la estaba pasando bien. Prefería quedarse en casa, viendo cómo Seungmin y Felix se besaban y le daban más ganas de llorar.
En esos momentos, de verdad lo prefería.

La música comenzaba a dejarlo sordo y solo quería un lugar lleno de tranquilidad.

— Dame un momento.

Changbin asintió y la chica se retiró muy feliz de ese lugar.
El chico quería ver los planes de la pelinegra. Aunque estaba bastante frustrado muy probablemente no le haría mal, tan solo por curiosidad, quería ver qué planeaba esa chica.

Pasaron los minutos y la chica no había vuelto.
Changbin pensó que la chica solo estaba bromeando pero después a lo lejos se encontraba la misma chica y agarraba a un chico de la mano que se resistía a caminar.

Poco a poco llegaron al mismo lugar que Changbin. La bebida del pelinegro se había terminado y ese par ya había llegado.

— Te presento a Sung. — Sonrió y le presentó al chico que bajaba la mirada, algo tímido cuando intentaba ver a Changbin.

El pelinegro intentó ver al desconocido que miraba el piso y tenía su rostro colorado de la vergüenza.

— Soy... Seo Changbin. — Se presentó muy formalmente y pudo notar que aquel chico no ayudaba mucho, solamente estaba ahí callado sin decir nada.

— Los dejaré un rato para que conversen. —

Diviértete — Susurró la desconocida y Sung sintió aún más vergüenza.

Se despidió la chica y en ese momento solo quedaba el castaño con mechones y Changbin que estaba perdiendo la paciencia.

— Si quieres puedes tomar asiento. — Dijo Changbin algo incómodo y el contrario solo se sentó en el único lugar disponible.

Por alguna razón el extraño no dejaba de mirar el piso, como si fuese lo más interesante del mundo y el pelinegro ya no tenía más paciencia.

— Yo... — Pronunció el chico contrario y Changbin le prestó demasiada atención ya que era la primer palabra que había dicho. — No es buen momento para estar aquí, — Procedió algo tímido y su voz se quebró, ¿Ahora estaba llorando?

Changbin pudo notar algo extraño en ese chico, su acento no sonaba como el de los demás, parecía extranjero pero era aún más raro notar como un extraño estaba llorando enfrente suyo.

— ¿Estás bien?

Preguntó Changbin pero el extraño comenzó a llorar con más fuerza.

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Hyunjin se detuvo cuando Jeongin se movió, ¿Lo había despertado?, Su corazón latía más rápido de lo normal.

Eres un estúpido, Hwang Hyunjin — Pensó el rubio cuando por fin estaba conciente de lo que hacía.

Rápidamente se volteó y fingió que estaba dormido mientras que el otro chico solo movió su pierna izquierda y seguía dormido.

Hyunjin suspiró y se sintió culpable por lo que había hecho, ¿En qué momento había perdido la cabeza?

Solo que no iba a negar algo, le había gustado.
Supuso que todo esto fue consecuencia de no tener pareja por muchos años.

Cerró sus ojos, intentando dormir el poco tiempo que le quedaba y solo esperaba que Jeongin siguiera dormido, que no lo hubiera descubierto aunque eso sería casi imposible.

Pensaba en mil cosas para dormir, lo intentaba pero nuevamente la imagen de los labios de Jeongin volvía a su mente.
Sacudió su cabeza e intentó borrar todos esos pensamientos hasta que comenzó nuevamente a tranquilizarse.

El tiempo seguía pasando y poco a poco Hyunjin logró dormir pero había alguien más en la habitación que no seguía dormido.

Jeongin tocaba sus labios una y otra vez. Estaba confundido por lo que había pasado.

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Y de un momento a otro Changbin ya estaba contando su vida amorosa al igual que el chico. Ambos lloraban mientras contaban sus situaciones.
Era la situación más extraña del mundo.

— Cuando regresé a Japón él ya estaba con otro. — Explicó el chico que al inicio parecía un inadaptado que no podía tener una conversación con alguien.

— Yo no puedo decirle a la persona que amo lo que siento. — Contó y el otro chico seguía limpiando sus lagrimas.

La chica pelinegra solo miraba la escena con algo de gracia, los miraba a distancia y reía porque el poco tiempo que tenían de conocerse y ambos estaban llorando.
Solo eran un par de chicos llorones que no podían lidiar con sus problemas correctamente.

Cuando el pelinegro miró la hora notó que ya era bastante tarde. Seungmin lo buscaría por toda la casa y no quería que eso pasara.

— Sung, fue un gusto conocerte. — Sonrió y el otro chico de igual forma sonrió muy amablemente. — Tengo que irme.

Sung asintió y se levantó de su asiento al igual que Changbin.

— Deberías decirle, no está bien guardarse las cosas. — Aconsejó el chico de mechones y Changbin asintió.

En esos momentos, Changbin ahora tenía una nueva meta.

Decirle a Seungmin su verdadera especie.

HyunJin's puppy «ʜʏᴜɴ ɪɴ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora