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Unos minutos antes.

La pequeña bola de pelos escuchó aquel portazo que le hizo despertar.
Se alarmó cuando salió de aquellas sábanas que anteriormente cubrían su cuerpo y al mirar la habitación no se encontraba nadie.

Tembló del miedo, solo pensar que alguien había azotado la puerta le hacía sentir temor.

Cuando Hyunjin salía a trabajar, el chico aprovechó solo una ocasión para mirar esa película de fantasmas. En esas semanas, Jeongin no se despegaba de Hyunjin, creía que en cualquier momento ese fantasma saldría y cuando por fin creyó que había superado esa película el portazo le hizo sentir nuevamente esa sensación de que probablemente había un fantasma oculto en esa habitación.

Bajó de la cama y estaba dispuesto a irse de ese lugar. Saldría como si nada, como un cachorro y se acercaría a Hyunjin quien probablemente lo abrazaría.
Todo eso estaba en sus planes pero el pequeño bajó y todo cambió cuando tropezó y vió lo oscura que era la cama por debajo.

Vió como había algo observándolo fijamente y tembló.
En esos momentos quería llorar y que alguien estuviera ahí para abrazarlo.

Se quedó inmóvil mientras miraba que debajo de la cama, aquel objeto seguía mirándolo y no se abstuvo más.
Volvió a su forma humana y tomó una toalla graciosa que utilizaba Hyunjin cuando terminaba de bañarse.

Envolvió su cuerpo lo más rápido que pudo en esa prenda e intentó evitar ver debajo de la cama.
Sus piernas se movían con dificultad.
No quería regresar ahí abajo donde Hyunjin seguramente quería seguir besándolo, aún estaba muy apenado pero su miedo lo consumía.

Abrió la puerta de la habitación y salió corriendo lo más rápido que pudo.
No quería volver a ver debajo de esa cama y mucho menos quería volver a quedarse solo en aquel lugar.

Bajó rápidamente las escaleras antes de llorar y solo quería lanzarse en Hyunjin, explicarle que había un mounstro debajo de su cama y esperaba un abrazo o al menos quería sentirse mejor de tener compañía.

— ¡Había algo debajo de la cama!, ¡Hyunjin, juro que había alg... — Gritó Jeongin pero pronto supo que era momento de callarse cuando se encontró con un hombre y la madre del rubio.

El color de su rostro aumentó a un color rojo más intenso y todos lo veían con diferentes expresiones.

Ahora todo comenzaba a tomar sentido para la madre de Hyunjin.
Cuando entró, la primera escena que vió fue la ropa tirada y su hijo nervioso, intentando ocultarla, después ese chico había aparecido de la nada con una bata de baño.
No quería imaginarse más cosas pero la mujer llegó a una sola conclusión.

¡Es un idol! — La mujer pensó cuando miró el rostro del chico y su buen físico, también recordó esas cartas que había escrito su hijo y sonrió algo apenada por descubrir al chico.

Sin duda, ese rostro y ese físico son dignos de un idol o tal vez de un actor.

Mientras que el hombre solo se podía preguntar por qué ese chico estaba ahí, en bata de baño y gritaba cosas sobre monstruos.
Frunció el seño cuando pensó que tal vez la mujer que acababa de conocer hace un mes tenía un hijo oculto.

— ¿Quién es... — Su progenitora iba a seguir hablando pero el chico se adelantó, nunca antes había visto a alguien tan guapo en su vida, sin duda le preguntaría en qué grupo estaba.

— Él... ¡Él es mi novio! — Elevó un poco la voz y Jeongin se impactó con aquel comentario.

No todo estaba siendo como Jeongin lo esperaba, él quería un romance como los de esas series, no tan rápido se hacían novios. Él aún no entendía por qué Hyunjin afirmó su noviazgo.

— Yo no... — Habló Jeongin y el rubio le miró como si lo fuese a asesinar, esa mirada que hacía cuando Jeongin debía de callarse.

— ¿De esta forma me presentas a tu pareja? — Preguntó muy indignada y Hyunjin se encogió de hombros.

El chico pelinegro no sabía cómo reaccionar, se acercó un poco más a ese grupo de personas y Hyunjin señaló con la mirada aquellas orejas sobresalientes del chico.
Jeongin comprendió la situación e intentó ocultarlas con su cabello.

— Ya que Hyunjin tiene pareja, tenemos que cambiar el contrato. — Aclaró el hombre y la mujer asintió.

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Las últimas horas en ese lugar eran demaciado incómodas para el pelinegro que intentaba agradarle a esa señora, aunque ya le agradaba bastante en su forma de un pequeño animalito.

Jeongin tuvo que ir rápidamente a cambiarse con las prendas que Hyunjin le había prestado anteriormente y después estuvo charlando con la progenitora del rubio.

Él hombre se retiró de ese lugar cuando Hyunjin logró aceptar el contrato. En ese lugar solo se encontraba Hyunjin, su progenitora y Jeongin que jugaba nerviosamente con sus manos.

— ¿Dices que no eres ningún Idol? — Preguntó muy intrigada y Jeongin negó.

— Él se dedica a estudiar. — Sonrió nerviosamente el rubio y Jeongin asintió.

— ¿Qué carrera estudias? — Cuestionó y Jeongin se sentía sin escapatoria.

Nunca había escuchado de profesiones, a excepción de...

— Estudio... Gastronomía. — Habló y sintió un gran alivio cuando recordó todos esos programas de televisión donde la gente competía.

La mayor asintió no tan convencida, ella aseguraba que con su gran belleza podía cautivar a cualquier audiencia.

— Se está haciendo tarde para Jeongin, será mejor que lo lleve a su casa. — Sugirió Hyunjin. Sus manos estaban heladas y sus nervios aún estaban presentes mientras que el pelinegro estaba de la misma forma.

— No fue la mejor presentación pero espero conocernos mejor. — Sonrió y Jeongin asintió con una sonrisa.

Las tres personas se despidieron y Jeongin por fin logró salir con el rubio de esa casa.
Ambos estaban fuera y solo podía verlos el guardía.

Hyunjin no habló nada y tomó ese automóvil que había chocado en el pasado. Aunque en esos momentos el automóvil estaba como nuevo.

— Sube.

Ordenó Hyunjin y el pelinegro asintió y obedeció.
Ambos estaban dentro pero el pelinegro aún seguía con una gran pregunta.

— Solo pasaremos tiempo, podemos volver a casa después y te convertirás nuevamente en un cachorro. — Explicó Hyunjin y el chico con orejitas asintió.

Todo el plan iba perfecto pero a Jeongin aún le incómodaba algo. No solo había dado su primer beso con Hyunjin, también, el rubio afirmó ser su novio. Si todo esto es como las definiciones que Hyunjin había explicado, eso solo significaba una cosa.

— Hyunjin. — Nombró algo indeciso, con un tono de voz bajo y dulce. — ¿Tú me amas?

HyunJin's puppy «ʜʏᴜɴ ɪɴ»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora