HyunJin's puppy «ʜʏᴜɴ ɪɴ»

30 -↲ ۪۫Extra↲ ۪۫

El tiempo pasó y actualmente Hyunjin tiene veintisiete años.

Ambos siguieron la vida de una pareja común. Las cosas no habían cambiado mucho entre ellos... ¿O sí?

— Mi vida, ya llegué. —Avisó Hyunjin, mientras dejaba sus tenis en la entrada de la casa, porque sí, se habían mudado a una casa nueva. Una vez que dejó sus tenis en su respectivo lugar, se dirigió a Jeongin, que se encontraba en la cocina.

— Hyunjin, que bueno que llegas, estaba esperando a Tae. — Sonrió y después miró a Hyunjin que no venía con nadie más.

El de cabellos rubios estaba un poco... O tal vez, muy confundido por lo que había dicho su pareja.

— ¿Tae? — Preguntó Hyunjin y el pelinegro con orejas sobresalientes asintió.

— Te avisé por mensaje, hoy te tocaba ir a recogerlo al prescolar. — Dijo algo molesto por la irresponsabilidad del rubio.

Hyunjin se exaltó internamente porque sí leyó esos mensajes que había enviado su pareja, pero por alguna extraña y tonta razón, olvidó que tenía que recoger a su pequeño hijo del prescolar.

— Lo siento, lo olvidé. — En ese momento, el rubio le rezaba al dios que lo pudiera ayudar en ese instante. — Pero tranquilo, no dejarán salir a Tae del prescolar. Hay que apresurarnos. — Dijo intentando calmar a Jeongin que estaba muy enojado.

El pelinegro no dijo nada, quería contener sus ganas de alegar con Hyunjin.

Hoy es cumpleaños de su pequeño hijo Tae. De acuerdo a los planes de aquella pareja, Jeongin acordó que prepararía algunas cosas para hacer un pequeño festejo a su hijo y Hyunjin se encargaría de ir por él al prescolar, pero al parecer, sus planes se habían arruinado un poco por la estúpida memoria del rubio.

Cuando ambos salieron de aquella casa, Jeongin se encargó de conducir su automóvil.

— Maneja con calma. Tae no saldrá solo del prescolar. — Dijo Hyunjin, en su intento de calmar al pelinegro por segunda vez.

— Hwang Hyunjin, era tu única responsabilidad y no puedo creer que hubieras olvidado a nuestro hijo. — Alegaba Jeongin.

El rubio prefirió callar, sabía que no terminaría nada bien si alegaba con Jeongin. Sin duda su personalidad había cambiado un poco desde que se había convertido en padre. Pero muy en el fondo, Hyunjin sabía que seguía siendo el mismo chico del que estaba enamorado desde un inicio.

— ¿Sabes todo el tiempo que tomé para organizar su pequeña fiesta? — Preguntaba Jeongin y el rubio solo callaba. — Te lo escribí por mensaje porque no quería que Tae viera que estaba organizando su festejo. Incluso tu mamá llegará más temprano para ayudarme a organizar los regalos y probablemente los amigos de Tae serán puntuales, pero hiciste que perdiera mi valioso tiempo, dime qué tipo de padre olvida a su hijo en el prescolar. — Seguía Jeongin, dándole un sermón a su pareja.

— Ya dije que lo siento. — Se volvió a disculpar Hyunjin y el otro chico solo suspiró, apretando el volante con sus manos, pretendiendo calmarse.

En ese trayecto, ambos se fueron en silencio. Hyunjin pensando que era un mal padre por olvidar a su hijo y Jeongin pensando en cómo haría que el tiempo fuese justo para alcanzar a organizar su hogar.

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En menos de lo que pensó, ya se encontraban en el prescolar.
Una maestra encargada de asegurarse que los niños fuesen con sus respectivos padres se encontraba en la entrada de esa escuela y estaba su pequeño Tae a un lado de la adulta.