Capitulo 8

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__________'s P.O.V.

        Luego de sacudir a Sebastian y de avergonzarme por llamar la atención de los demás invitados, un joven me llamó, preguntándome por Calista. Voltee a verlo junto con Sebastian. se trataba de un joven de unos 20 años más o menos, de altura promedio, ojos azules y cabello entre negro y gris oscuro. Sonreí un poco apenada, la verdad era que yo tampoco sabía sobre el paradero de Calista.

        -Lo siento, lo único que he sabido de ella últimamente fue que me mandó entregar una invitación ayer por medio de Marc.- me disculpé.

        -Tsk... Esa mujer...- dejó salir un suspiro y luego me enseñó una amable sonrisa- Mis disculpas, señorita, parece que he olvidado presentarme. Conde Phantomhive; Matthieu Phantomhive.- tomó mi mano y la besó para saludarme.

        Me sorprendí al oírlo decir que era un conde, ¿realmente Calista, esa mujer horrible, cruel e interesada tenía contactos con la nobleza? A pesar de que intenté parecer natural, mi sorpresa debió notarse un poco ya que tardé unos segundos en presentarme.

        -... Soy Lady Wynne; _______ Wynne.- respondí.

        Ahora era él quien se veía sorprendido.

        -¿Lady Wynne, la viuda de Jacob Wynne...?- preguntó.

        -S-sí...

        -¡Vaya, es más joven de lo que pensé! Sabía que Lord Wynne se había casado con una mujer más joven que él, pero no creí que tanto...- me vio con sospecha.

        -S-sí, es verdad que la diferencia de edad era mucha...

        -... ¿Usted no será una de esas mujerzuelas, verdad...?

        -¡No se atreva a insultar a Misschan de esa forma!- le dijo Sebastian, interrumpiendo nuestra conversación con un tono de enfado que parecía cómo si le hubieran insultado a él mismo -¡Misschan no supo del poder económico de su difunto esposo hasta que recibió la herencia!

        Sin que pudiera evitarlo, una lágrima se resbaló por mi mejilla. La sequé un poco con mi mano y luego le jalé la manga de su chaqueta a Sebastian.

        -No es necesario que grites, Sebastian.- le dije.

        -Misschan... Creí que ya había superado esa pérdida.- dijo Sebastian, al ver que mi mejilla estaba algo húmeda.

        -Estoy bien, no te preocupes. Ahora mi única preocupación es mi pequeño James.- le sonreí.

        -Entonces no deje que ningún comentario haga salir ni una sola de sus lágrimas, Misschan. Por lo menos deje eso para la tranquilidad de su habitación, no es apropiado para una dama estar llorando en público.

        -No necesito guardarme nada para después, esta lágrima era la última.- dije con seriedad.

        Sebastian me dedicó una sonrisa y sacó un pañuelo blanco de un bolsillo de su chaqueta para secarme la mejilla. A todo esto, el conde seguía allí, observando la escena en silencio.

        -Disculpe que no le haya presentado a mi mayordomo antes, Conde Phantomhive. Él es Sebastian, mi más leal servidor.

        El Conde y Sebastian se vieron fijamente por un momento. A juzgar por la expresión del Conde, Sebastian le parecía familiar.

        -Es un placer, Conde.- dijo Sebastian haciendo una reverencia ante él para luego volver a verlo a los ojos -Lamento haberle gritado antes, pero mi deber es proteger a Misschan y defender su honor ante todo el mundo. Los deseos de my lady son órdenes para mí.

Alma de madre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora