____________'s P.O.V.
A estas alturas ya me había acostumbrado a que Sebastian me viera desnuda o en ropa interior. Desde que hice el contrato con él ha sido quién me vestía al inicio del día y quien me desvestía antes de entrar a la ducha. El único lugar en el que él no suele ayudarme es cuándo entro en la ducha, pero esta vez había prisa para volver a esa cena formal y aburrida, así que no me dejó hacer nada y me bañó como si yo fuera una niña de 2 años. Apenas había tenido tiempo de notar que había pasado por la ducha, Sebastian lo hacía todo tan deprisa que ni siquiera podía enterarme de cuándo me enjabonaba y cuándo me lavaba el cabello.
Mientras Sebastian comenzaba a secar mi cuerpo para vestirlo noté que había dejado de apresurarse y que observaba algunos detalles de mi cuerpo. No había notado antes que Sebastian no me veía como en aquel momento en el que habíamos hecho un contrato, ahora me miraba diferente... Me miraba más como mujer que como su ama o su cena. Mi corazón se aceleró al darme cuenta de esto y mis mejillas comenzaron a enrojecerse. No quise decirle nada al respecto, me avergonzaba un poco que Sebastian me mirara de esa forma, pero por algún motivo me sentía mucho mas cómoda si era él que cuando se trataba de cualquier otro, fuera quien fuese. Mi corazón se aceleraba cada vez más y mis mejillas comenzaron a enrojecerse.
-¡Auch!- me quejé de repente, Sebastian me estaba secando los brazos y aún me dolía dónde aquel idiota me había apretado para retenerme.
-Mis disculpas, Misschan.- me vio a los ojos un momento, yo me sonrojé más de lo que ya estaba y Sebastian se sorprendió, bajando la mirada al verme así.
-Descuida... Está bien...- murmuré.
Se produjo un silencio bastante incómodo desde ese momento. Sebastian y yo evitábamos el vernos a la cara mutuamente, incluso al salir del cuarto de baño cuándo me hubo terminado de vestir y de arreglar mi cabello seguíamos evitando cruzar miradas. El camino de regreso también fue bastante incómodo para mí, ya que Sebastian me llevaba en brazos.
-Me hubiera gustado ver a James antes de volver.- suspiré estando ya en la entrada, una vez que Sebastian me bajó.
-Lo siento, Misschan, pero los demás sirvientes nos habrían visto.- me respondió.
-Lo se, les dije que no lo descuidaran ni un solo segundo, y como siempre lo hacen al pie de la letra.
-Al menos debería sentirse tranquila por eso, Misschan.
-No lo estoy.
Sebastian dio un suspiro antes de cambiar de tema.
-Es momento de entrar, Misschan.- me dijo.
-De acuerdo.
Sebastian abrió la puerta para mí y entre en la sala donde se celebraba aquella cena ostentosa y aburrida. Noté que varios de los invitados me estaban observando confundidos, pero les ignoré.
-¿Le apetece un poco de vino, Lady?- me preguntó uno de los empleados de Calista.
-No gracias, no consumo bebidas alcohólicas.- respondí.
Caminé hacia un rincón alejado de la sala seguida de cerca por Sebastian. Allí nadie nos molestaría hasta que sirvieran la cena. Estuve hablando un poco con Sebastian, aunque al principio la conversación fue algo incómoda, pero cuándo le pregunté qué había averiguado del Conde y comenzó a contarme todo dejó de serlo. De pronto noté que alguien se acercaba a nosotros, era el mismo conde en persona.
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Alma de madre.
Fiksi PenggemarCuando secuestran a su hijo de dos meses, un fuerte y oscuro deseo nace dentro de __________ Wynne. Accidentalmente invoca la presencia de un demonio, a quien dara su alma a cambio de recuperar a su hijo y vengarse de todos aquellos que se interpong...