Capitulo 11

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Sebastian's P.O.V.

Luego de dejar a Misschan para que durmiera tranquilamente me encaminé al área de servicio de la planta baja con una sonrisa en mi rostro. Esta había sido la primera vez que _______ me decía "Buenas noches" antes de dormirse, realmente se había sentido muy bien el que me dedicara un buen deseo, se había sentido tan bien que incluso hizo que sonriera en el mismo momento de escucharla.

Bajé lentamente la escalera, disfrutando de ese sentimiento de felicidad que me había inundado, hasta que el aroma de algo quemado arruinó el momento. Dejé salir un suspiro de frustración y me dirigí a la cocina, dónde me encontré a Hanna intentando limpiar. El horno de microondas se había convertido en carbón.

-Hanna...- dije con cierta molestia, acercándome a ella.

-¡KYAA~!- gritó ella, dando un pequeño salto en su lugar para luego voltear a verme temblando por completo -... Se-Sebastian, n-no te oí entrar...

-Por supuesto que no, de haberlo hecho hubieras gritado antes.- dejé salir otro suspiro de frustración -¿Puedo saber qué le pasó al microondas?

-Bu-bueno... Es que James Bocchan tenía que cenar y preparé su biberón, pero cuándo lo llevé al microondas lo volví a quitar por recordé que me dijiste que no debía dejar el chupón al calentarlo... Debo haber cerrado el microondas al sacar el biberón, y cuándo iba a calentarlo sin el chupón estaba en llamas...

-Pero qué maid más inútil...

-¡L-lo siento! ¡Todavía tengo mucho que aprender, aunque Harriet y yo somos gemelas ella es la inteligente! ¡A mí no me resulta tan fácil como a ella el hacer todo correctamente y sin errores!

-¡No quiero escuchar ni una sola palabra más, Hanna!- le dije con firmeza - Ve a dormir, yo me haré cargo de la limpieza.

-¡S-sí!

Un par de meses después...

-Vamos James, di Hanna.- le dijo Hanna al pequeño que estaba sentado en la alfombra de la biblioteca.

-No.- le respondió James Bocchan.

Aguante una leve risa mientras ordenaba las estanterías.

-¿No puedes decir Hanna?- insistió ella.

-... No.

-De acuerdo... ¿Puedes decir Keilin?

-Kein.

-¡Muy bien James Bocchan! Ahora di Hanna.

-No.

-¡Diablos, me doy por vencida!

Tanto yo como el hijo de Misschan dejamos salir una leve risa.

-Ya que te rindes- le dije a Hanna -¿Por que no vas abajo y revisas que estén todos los ingredientes para el almuerzo?

-¡Enseguida!

Hanna se retiró.

-Peshaia...- oí murmurar al pequeño a mis espaldas.

-James Bocchan, no creo que a su madre le guste que usted diga esas cosas.- dije mientras acomodaba otro estante.

Hubo un leve silencio y de un momento a otro sentí que me jalaban del frack. Mire hacia el lado y me encontré con James, de pie, sujetándome con algo de fuerza.

-Batian, lee libo.

-Ahora no puedo.

-¡Mi Batian! ¡Mi libo! ¡Batian zi lee libo!- insistió.

Alma de madre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora