Capitulo 32

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Bajamos las escaleras. Yo traía a James en brazos, Daniela venía a mi izquierda y Sebastian detrás de mí. Al pie de la escalera nos esperaban los demás. Hanna, Harriet, Cedric, Andelin, Keilin, Birger y Silver saludaron en coro con un "Buenos días".

-¿Van a salir?- preguntó Silver.

-Sí. Estaremos fuera todo el día.- le dije, informando también a los demás -Pueden hacer lo que quieran mientras no estoy, solo cuiden la mansión.

-¡Sí!- corearon todos.

-¿A dónde debo llevarlos?- volvió a preguntar Silver.

-Te lo dirá Sebastian cuándo estemos en el auto.

Rato después, Silver nos dejó frente a la clínica del Vizconde. Durante el camino revisé los papeles falsos y las placas que había pedido prestadas de una niña que había tenido sarcoma o cáncer de huesos en dónde habíamos dicho que Dani lo tenía.

Al llegar entramos en la Clínica como quien entra en su casa y de inmediato fuimos recibidos por el Vizconde.

-¡Pero si es la hermosa Rosa Azul!- dijo al verme, luego vio a Sebastian - Este de aquí es Sebastian, si mal no recuerdo - luego dirigió su mirada a Daniela -¡Oh, esta florecilla silvestre debe ser Daniela!

-Mu-mucho gusto...- dijo Dani, simulando una sonrisa.

-Espero que te sientas a gusto aquí, serás muy bien cuidada hasta que te recuperes, florecilla.- le dijo Aidrian, arrodillándose para quedar a su altura y despeinarla un poco.

-Mami, quiero irme a casa...- me dijo James, aún en mis brazos.

Aidrian se puso de pie nuevamente y clavó su mirada en James, parecía que estuviera ante el oro más reluciente por cómo lo miraba, y obviamente eso no fue de mi agrado.

-¡Pero que niño más adorable, realmente se parece a su madre, es una pequeña rosa azul!- exclamó.

James comenzó a gritar y a abrazarse a mí. Era de esperarse, pronto estaba derramando lágrimas y pidiendo volver a la mansión. Me llevó unos minutos lograr que estuviera completamente tranquilo. En cuanto James estuvo en silencio y sin llorar, el Vizconde nos hizo pasar a su oficina.

Nos quedamos en silencio mientras Aidrian revisaba los papeles. Me repetía a mí misma que ese sujeto no iba a notar que eran falsificación. Pocos minutos después archivó todo en una carpeta, tomó su telefono y marcó algunos números.

-Samantha, prepara una habitación, tenemos una nueva paciente para internación.- dijo antes de colgar el tubo del teléfono y ponerse de pie -Por favor, acompáñenme para que les dé un recorrido por la clínica. Pronto nos alcanzará una enfermera y traerá una silla de ruedas para esta linda florecilla.- terminó mirando a Dani.

Asentimos de inmediato y lo seguimos. Nos enseñó las salas para estudios como placas, vacunas y análisis de sangre, una sala de juegos donde habían varios niños pequeños que nos observaron con intriga. La famosa Samantha nos alcanzó allí con la silla de ruedas para Dani y luego fuimos a las salas de internaciones.

Las salas eran todas para un sólo paciente y no fue diferente la de Daniela. Así el Vizconde podía aislarlos de los demás y aprovechar para cometer sus depravados actos...

-Bueno, ya es hora de que se sirva el almuerzo.- dijo Aidrian -A Dani le traerán pronto su almuerzo, ¿por qué no me acompañan a la cafetería?

-Claro, mi pequeño James ya debe tener hambre, ¿verdad mi tesoro?

James asintió mientras veía a Aidrian con desconfianza.

-Sebastian, ¿te quedarías a acompañar a Dani?- le pregunté.

Alma de madre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora