Alma de madre.

Capitulo 16

____________'s P.O.V.

Hoy es el día de la boda de April y Marc. James se la ha pasado toda la mañana en su dormitorio, dibujando tranquilamente, mientras que yo recibía llamadas de April a mi celular cada 15 minutos desde las 6:30 de la mañana.

Hace una semana atrás Matthieu me visitó en la mansión. En esa ocasión la mansión estaba sumida en tranquilidad, le había dado el día libre a todos los sirvientes y James estaba durmiendo una siesta en el momento de su visita. Fue la primera vez en que pude hablar con él tranquilamente sobre lo que le había mencionado que quería decirle al hacer nuestra alianza: le hablé sobre lo que Marc intentó hacerme aquella noche de la cena, y por supuesto, Sebastian estaba con nosotros para confirmarle a Matthieu mi historia.

Matthieu, como el perro guardián de la Reina, siempre tenía una mentalidad fría y calculadora, aunque también era amistoso y amable cuándo lo quería, ¿una máscara? No lo creo, sus ojos se inundan de sinceridad, al menos cuando habla conmigo, y por más que es un mentiroso experto, no ha logrado hacer que caiga en la única mentira que me ha dicho ni por un segundo. Ese día, después de que supo que Marc; quién se supone hoy va a casarse con su hermana, había intentado forzarme a ser su amante (o abusar de mí sexualmente, que en este caso es lo mismo), golpeó el escritorio de mi despacho con sus puños y perdió la cordura. Maldijo e insultó al prometido de su hermana en cuantos idiomas existen.

Recuerdo que la rabia de Matthieu al enterarse de todo esto era tan grande que hizo que Sebastian se estuviera alerta y me cargara en brazos para alejarme de él hasta que se tranquilizó. Y hoy vamos a verlo: a ese odioso sujeto que ninguno de nosotros quiere tener cerca. Pero algo me dice que hoy será la última vez, mi corazón está inquieto dentro de mi pecho, me golpea con tanta fuerza que siento que algo pasará, que la boda no se llevará a cabo, y casi me lastima la fuerza con que está latiendo.

Sebastian terminó de subir el cierre de mi vestido y me recogió en cabello en una trenza espiga que recaía sobre el lado derecho de mi cabeza. Yo me maquillé con colores naturales y me puse algo de perfume. Para terminar, Sebastian me colocó mi collar favorito alrededor de mi cuello.

-Bueno, ahora solo hay que arreglar a James y podremos irnos.- dije con una sonrisa de reproche mientras me veía en el espejo una última vez.

Fui junto con Sebastian al dormitorio de James. Él dejó de dibujar ni bien se percató de que estábamos allí. Yo ya le había explicado a James que iríamos a una boda ese día.

-¿Ya es hora? ¡Aún es temprano!- se quejó, acercándose a su cama.

-Debemos ir a buscar algo para la novia antes de ir a la iglesia, James Bocchan, así que es mejor darse prisa.- le dijo Sebastian.

-... Bueno...- suspiró James.

Dejó que Sebastian y yo lo vistiéramos sin protestar. Luego de que estuvo vestido le arreglé el cabello. Lo contemplé fascinada un instante, se veía adorable y elegante con su traje color celeste...

Finalmente llegamos a la iglesia. Me dispuse a entrar con el ramo de rosas de April para llevárselo a la habitación, seguida de cerca por Sebastian, quien traía a James en brazos para ser más rápidos, cuándo una sombra pasó delante de mí y de pronto me encontré cara a cara con Marc.

-Vaya, mira nada más- me dijo, sonriéndome de forma seductora -... ¿Vas a ser mi madrina de bodas, _______? Porque viéndote así de bien, deberías ser la novia...

Noté que Sebastian iba a decirle algo a Marc, pero levanté mi mano hacia él, indicándole que se esperara un poco.

-No te quieras pasar de listo, Marc. Ya te dije la última vez que no quiero tener nada que ver contigo, y menos de esa manera, ahora se un hombre decente y se fiel a tu prometida.