Hasta el final - Jegulus

Capítulo 2

El tren se detuvo y Regulus sintió su estómago revolverse. Ya tenía puesto su uniforme y se veía aún más pequeño con esa pesada túnica. Sirius lo obligó a avanzar poniendo el brazo sobre sus hombros.  James había sido el primero en salir, parecía el más emocionado por haber vuelto a Hogwarts. Fue él quien le avisó a Reg que los de primer año debían ir en botes y lo guío hasta la orilla del lago.

- Gracias- dijo cortésmente Regulus, aunque en su mente pensó que eso había sido innecesario. Literalmente se oía desde el tren como una voz avisaba dónde debían ir los de primer año.

- No es nada. Eres el hermano de Sirius así que eres un hermano para mí también- aclaró, en ningún momento se borró esa sonrisa llena de energía y entusiasmo.

- ¡James, ya conseguimos carroza, vamos!- el grito de Peter se alzó entre la multitud y Potter se despidió sacudiendo el pelo de Regulus.

- Nos vemos en el Gran Comedor- agregó y Regulus quiso responderle, pero en el fondo sabía que estaría en la mesa más alejada de Gryffindor.

Sin querer pensar demasiado en eso, decidió seguir las indicaciones que le estaban dando para subirse a uno de los botes. Se sentó lo más lejos posible del borde, porque le tenía terror a caerse al agua. Si bien no debía ser demasiado profunda, su falta de experiencia a la hora de nadar le hacía temblar de igual forma. Podía oír algunos suspiros de admiración a su alrededor por el maravilloso paisaje que los rodeaba, pero él estaba demasiado aterrado como para moverse o levantar su cabeza.

- A mí también me da nauseas andar en bote- dijo una voz desconocida frente a él y se atrevió a inclinarse un poco para observar si le estaban hablando a él o no. A pesar de la oscuridad, notó la palidez que poseía el chico y como se abrazaba a sí mismo para soportar el dolor de estómago.

- Si vas a vomitar, hazlo para el costado- le advirtió, horrorizado de sólo pensar que su uniforme podría ser manchado y tendría que ingresar al Gran Comedor con un olor horrible- Por favor.

Aquel comentario hizo sonreír al otro, aunque al instante sintió una nueva punzada y soltó en un gemido de dolor.

- Gracias por el ánimo- murmuró- No debí comer tanto en el tren- se quejó en voz alta. Regulus lo observó de reojo, sin decir nada. Estaba batallando con su propio miedo y trataba de no gritar cada vez que el bote se movía para algún costado- ¿Tú también?

- ¿Qué?

- Si tú también comiste mucho en el tren y por eso tienes náuseas- el chico prefería distraerse en tener una conversación y así ignorar lo mareado que se sentía.

- No tengo náuseas, sólo me da miedo caerme- explicó, sin muchas ganas de hablar, sentía que había gastado toda su energía en el tren.

- ¿Qué? ¿No sabes nadar?- preguntó con ironía, pero ante el silencio de Regulus notó que esa era la verdad- Oh. Quizás así aprendas más rápido ¿No lo crees?

El desconocido se esforzaba por alivianar la situación y hallarle un poco la gracia. Reg lo notaba, mas el sudor de sus manos y el constante temblor de sus piernas le impedían poder reírse.

- No quiero averiguarlo.

Apenas el bote tocó la orilla y se detuvo, Reg se paró para salir lo más rápido posible. Sin embargo, se detuvo cuando escuchó a sus espaldas una arcada y como algo caía al agua. El chico por fin pudo vomitar y se estaba aferrando al borde del bote. El resto pasaba sin siquiera verlo o verificar si necesitaba ayuda. Regulus se mordió el labio y dando pequeños pasos, se dirigió hacia él y posó una mano en su espalda.

- Definitivamente comiste demasiado en el tren- comentó, cuando por segunda vez el desconocido vomitó.

Cuando parecía que había soltado todo, levantó su mano con el pulgar hacia arriba, indicando que estaba mejor. Aun así, necesitó sostenerse de Regulus para levantarse y volvió a pedirle ayuda para bajar del bote. Al estar ambos en tierra firme, Black respiró hondo y se alejó lo más rápido que pudo del lago. Por detrás, el chico le siguió el paso, aunque le costó caminar sin balancearse un poco.