El último llamado para que los estudiantes se subieran al tren resonó por toda la plataforma. Sólo en ese momento, Walburga se puso frente a sus hijos, con la mirada de advertencia que jamás podía faltar en ella.
- Espero que este verano te haya servido para pensar dos veces antes de cometer alguna acción que vuelva a ensuciar el nombre de la familia Black- el tono seco y frío hacía temblar a los hermanos, aunque las palabras iban dirigidas a uno- Es tu última oportunidad, Sirius ¿Me oíste?
El mencionado agitó la cabeza, sin querer cruzar ninguna palabra con su madre. Llevaba mordiéndose la lengua desde que dejaron la casa y ahora estaba sangrando.
- Y tú, Regulus- Walburga posó una mano sobre los hombros del menor- Mientras menos palabras cruces con tu hermano te irá mejor. No quieres perder el camino correcto ¿Cierto?
Ante la falta de respuesta, apretó el agarre y Regulus cerró los ojos con fuerza, tratando de no hacer ningún sonido que demostrara el dolor que estaba sintiendo. No quería mentirle a su madre, pero tampoco estaba dispuesto a ignorar a Sirius. Había estado esperando ese día con emoción porque podría estar con él.
- No voy a acercarme a Regulus- intervino Sirius- Lo que menos quiero es que se parezca a mí.
Eso pareció bastar, porque Walburga lo soltó. Ellos no esperaban una despedida, sabían que sus padres no los iban a extrañar. Así que, sin ver atrás, se dirigieron a la puerta más cercana para ingresar al tren. Una vez adentro, ninguno se movió, tenían la respiración agitada y las manos sudorosas. Un efecto secundario de haber tenido una pequeña interacción con su madre.
- Reggie, no lo dije en se...
- Te extrañé- soltó Regulus. Esas palabras las había tenido guardadas desde el día que Sirius volvió de Hogwarts y sus padres lo encerraron. Las palabras parecían simples, pero en el pequeño Reg guardaban un gran sentimiento. Porque desde hace tiempo que necesitaba de su hermano mayor.
- Yo también- contestó, un poco extrañado por la reacción del menor- ¿Estás bien? Mientras estaba en Hogwarts, ellos...
- ¿Estuviste dos meses encerrado en tu cuarto y preguntas si yo estoy bien?- preguntó con incredulidad Regulus.
Sirius se rascó la cabeza e inclinó sus hombros.
- Supongo que estoy acostumbrado a que me castiguen- comentó, sonriendo para transmitirle calma y lo consiguió. Regulus suavizó las facciones de su rostro y pensó en que nada había cambiado en su hermano.
- ¡Sirius!- ese grito fue seguido de pasos corriendo y tres chicos lanzándose sobre el mayor de los Black.
- No te dejaremos volver a esa casa- afirmó el que poseía el pelo ondulado.
- El verano fue horrible sin ti- se sumó otro, quien le llamó la atención a Regulus por la cantidad de cicatrices que poseía en todo el rostro.
- Tus padres son unos monstruos.
- ¡Peter, no puedes faltarle el respeto a los adultos!
- No, James, él tiene razón. Mis padres definitivamente tienen su propia sección en el libro de criaturas peligrosas.
"James" Ante esos desconocidos, Regulus se sintió un poco mejor al saber que podía reconocer el nombre de uno.
- ¿Quién es él?- preguntó el de las cicatrices, quien notó cómo el menor no dejaba observar todo en silencio.
- Mi hermano pequeño, Regulus- informó Sirius, pasando su brazo por los hombros de Reg- Mi trabajo este año es cuidarlo de los estúpidos de Slytherin.
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Hasta el final - Jegulus
FanfictionLa vida de Regulus parecía sentenciada. Desde que nació sabía cada paso que debía seguir para conservar el honor de la familia Black. Siempre creyó que podría avanzar por ese camino a la perfección, hasta que James Potter ingresa a su vida y comienz...