- No es justo.
Había pensando Sirius cuando leyó la carta de su madre.
- No es justo.
Escuchó decir a James en la cena, repasando una y otra vez aquel papel.
- No es justo.
Insistió Peter cuando los cuatro estaban por irse a dormir.
- No es justo.
Sollozó Remus cuando se estaban dirigiendo hacia el Gran Comedor para desayunar.
Era viernes tres de noviembre, se suponía que después de clases los merodeadores se encargarían de decorar la sala común de Gryffindor y robarían varios pasteles de la cocina. Cada uno había preparado un regalo especial para Sirius y él debía adivinar de quién era cada uno. También iban a participar Lily, Mary y Marlene en esa entrega de regalos. Además, habían conseguido permiso de los prefectos para poner música hasta tarde, el hecho de que ese pedido lo hayan presentado Alice y Frank influyó mucho en la respuesta afirmativa. Varios estudiantes tenían pensado asistir a la fiesta y hubo una gran advertencia sobre la regla de nada de alcohol.
- ¡Cumple trece años, no veinte!- se quejó Alice, frente a un grupo de estudiantes de último año. A los merodeadores siempre les sorprendió como, a pesar de sólo tener un año mayor que ellos, actuaba de forma muy madura y no le temía a ninguna autoridad.
- Frank, deja de babear- solía decirle Sirius, cada vez que él se quedaba observando como Alice imponía orden frente a cualquiera.
Más recuerdos sobre la organización de su cumpleaños flotaban en la mente de Black, mientras escuchaba como sus amigos en el desayuno le avisaban a los invitados que se había cancelado. Sirius ni siquiera quería levantar la cabeza, completamente avergonzado de tener que pasar ese día junto a su familia. Pocos alumnos volvían a sus casas por fechas así, en general recibían una carta donde les deseaban feliz cumpleaños y un regalo de parte de la familia.
El año pasado Sirius no había tenido ninguna noticia de sus padres para su cumpleaños. Sí recibió una carta por parte de Regulus junto a varios regalos de Andrómeda y su tío Alphard. Le había dolido que Walburga y Orión no hayan querido hablarle en ese día, pero ahora le afectaba más tener que ir a visitarlos. En la carta, había una parte donde su madre explicaba la importancia de que este año lo festejen personalmente para evitar los malentendidos del año pasado. Fue una rara forma de disculparse por haber ignorado la existencia de su hijo durante un año. Aunque ni siquiera parecía una disculpa.
Antes de que el desayuno termine y Sirius deba dirigirse hacia la oficina de Mcgonagall, cada estudiante de Gryffindor se paró en su asiento y comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños a Sirius. Podía ser una simple canción, pero para Black fue un recordatorio de que él pertenecía allí. Cuando la canción terminó, James lo rodeó en sus brazos, Peter le sacudió el cabello y Remus le apretó las manos. Quería conservar esa calidez porque sabía que le esperaba una fría bienvenida en Grimmauld Place.
Tanto Sirius como Regulus se encontraban frente a la chimenea de la habitación con polvo flu en sus manos. Minerva les apretaba sus hombros suavemente, intentando darles el aliento que necesitarían para pasar por allí y transportarse a su hogar, aunque jamás lo llamaron así. La mano de Regulus temblaba, realmente le afectaba tener que volver a casa. El mayor lo notó y por eso fue el primero en hablar.
- Bueno, esto será divertido- dijo sarcásticamente, dando un paso al frente y respiró profundamente antes de lanzar el polvo nombrando el lugar al que debía ir.
Cerró los ojos para no sentirse mareado en esos pocos segundos donde su cuerpo parecía estar volando y a la vez siendo sacudido con fuerza. Al abrir los ojos, se encontró con los tacones de su madre frente a él. Se había caído en el aterrizaje y por eso estaba en el suelo boca abajo. Odiaba levantar la vista y tener que ver desde esa vulnerable posición a sus padres.
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Hasta el final - Jegulus
FanfictionLa vida de Regulus parecía sentenciada. Desde que nació sabía cada paso que debía seguir para conservar el honor de la familia Black. Siempre creyó que podría avanzar por ese camino a la perfección, hasta que James Potter ingresa a su vida y comienz...