Capítulo 5

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El Gran Comedor estaba casi vacío. La mayoría de alumnos seguían dormidos y solían comer minutos antes de ir a su primera clase. Había una gran calma en ese inmenso lugar, salvo por el sonido de un hambriento Black que no había dejado de masticar desde que se sentó. James lo había guiado a la mesa de Gryffindor, Regulus no pensaba que eso fuera un problema. Todavía no abarcaba la rivalidad que había entre esas casas.

- Entonces...- lo animó a hablar Potter, apenas notó que Reg se estaba tomando un descanso.

- Estuve en mi cuarto- contestó con tono de obviedad, pero notó que esa respuesta no había dejado satisfecho a James- Estaba evitando a Sirius.

Potter no esperaba oír eso. Tenía en mente que le aterraba relacionarse con estudiantes de Slytherin o que era muy tímido. Cualquier otra cosa que no estuviera relacionada a querer alejarse de su hermano.

- No lo podrías entender- agregó Reg al notar la mirada de confusión que el otro le estaba dedicando. A James lo ponía nervioso el carácter maduro con el que Black hablaba. Se sentaba de forma firme y apretaba la mandíbula. A pesar de sus cortos once años, sus ojos demostraban seriedad como la de un adulto.

- Me gustaría intentarlo- insistió Potter, acomodándose en su asiento y volviendo a sonreír, queriendo demostrar su atención. Regulus estuvo un momento en silencio, como si analizara si valía la pena hablarlo con él o no.

- No sabía cuál iba a ser su reacción- explicó, buscando las palabras correctas para explicar lo que había estado sintiendo- Sirius siempre tiene reacciones que no entiendo. No sé cuándo algo lo puede alegrar o enfadar. Hasta cuando debería verse triste o asustado, suele actuar de forma contraria. Entonces, consideré que quizás... Ya sabes, tal vez me pudo odiar por haber quedado en Slytherin. Por no ser como él. Así que, preferí darle su espacio, que lo analice a su forma. Pensé que si me veía vestido así, ya no iba a querer ser mi hermano. Llegué a creer que esa broma iba dirigida a mí, para molestarme ahora que soy de Slytherin.

Regulus no había despegado los ojos de la mesa. Al finalizar, se sintió tan patético de haber compartido algo tan profundo sobre sus sentimientos frente a alguien, que prefirió quedarse con la cabeza gacha. Decidió volver a comer, para dirigir sus pensamientos a otra cosa. James, por su parte, podía percibir empatía por el pequeño Black. Incluso experimentó un poco de culpa porque los últimos días sólo había pensado la situación desde la perspectiva de Sirius, pero no se detuvo en reflexionar qué pasaba por la mente de Reg.

- No puedo hablar por Sirius. Tienes razón al decir que sus reacciones son inesperadas, por eso no sabría decirte exactamente qué es lo que está en su mente- comenzó a decir James, intentando hablar con la misma calma y madurez que poseía Regulus- Pero sí estoy seguro que él está muy preocupado por ti y que te considera su hermano sin importar la casa en la que quedaste. De verdad, no tienes idea lo inquieto que estuvo estos días porque no sabía si estabas bien. Creo que en vez de evitarlo, deberías decirle lo mismo que a mí y verás que tengo razón.

A Black no le convencía demasiado, mas tampoco quería sonar descortés al no aceptar el consejo.

- Gracias, lo tendré en cuenta.

Para Regulus la conversación había terminado. Por lo tanto, entendió que debía irse. Se limpió las manos, tomó su libro y comenzó a caminar hacia la salida. Unos pasos corriendo lo siguieron, Black no podía entender las acciones de James. Creía que ya no tenían nada más que hablar.

- ¿A dónde vas?- le preguntó Potter, llevando una manzana en la mano y dando pequeños saltos para liberar toda la energía que poseía.

- A la clase de transformación- contestó, aunque no tenía idea dónde quedaba.

Hasta el final - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora