Capítulo 6

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El viernes por la noche, Regulus estaba guardando el último libro que usaría esa semana y se acostó en su cama. Sus compañeros de cuarto habían ido directo al Gran Comedor para cenar. Reg había optado por aprovechar esos momentos para escribir en su cuaderno, sin escuchar la voz de Barty diciendo que es un diario. Dejó con cuidado la tinta sobre el suelo, quedó panza abajo para que le sea más cómodo escribir. Realmente no sabía cómo empezar, sólo se le cruzaba por su mente "Qué gran semana".

Después de clases y antes de la cena, tanto Regulus como los merodeadores tenían dos periodos libres. Así que, cuando salía de su última clase siempre estaban esperándolo para pasar ese tiempo los cinco juntos. Hubo días en los que Remus se quedaba en la biblioteca o Peter decía que quería dormir un poco antes de la comida.

Un día también aparecieron chicas de Gryffindor, se presentaron ante Reg como Marlene, Lily y Mary. Parecían ser muy cercanas a los merodeadores y el pequeño Black temía sentirse incómodo porque no las conocía. Sin embargo, resultaron ser mucho más amables con él que con los otros chicos. Mary se había derretido de ternura por ver a una versión más pequeña de Sirius y lo llenó de preguntas sobre cómo estaba yendo su primer año en Hogwarts. Lily quedó fascinada al oír todo lo que Regulus sabía sobre Historia de la Magia y le comentó que debían estudiar juntos. Marlene había sido la favorita de Reg, porque le recordaba un poco a su prima Cissy. Parecía callada y reservada, pero al abrir la boca podía soltar comentarios sarcásticos que le hacían reír.

Así, el momento favorito de la semana de Regulus había sido esperar que terminen sus clases para pasar el tiempo con los de Gryffindor. Su familia le había dicho que ahí solían ir los traidores de sangre o los sangre sucia, pero a él les pareció que eran personas como cualquier otra. O quizás hasta más geniales de lo que podía imaginar.

Por otro lado, había pasado gran parte del tiempo con Barty, debido a que se sentaban juntos en todas las clases. A pesar de que Crouch parecía revoltoso y no dejaba de hablar en medio de las explicaciones, realmente tenía mucho potencial. En Encantamientos pareciera como si ni siquiera tuviera que esforzarse para hacer un hechizo, movía su varita como si tuviera completo control sobre el poder que poseía. También tuvo varios elogios en Defensa contra las Artes Oscuras y le confesó a Regulus que era su asignatura favorita.

El joven Black no tuvo tanta suerte con la varita, pero sí resaltó muchísimo en Vuelo, Historia de la Magia y Pociones. La profesora Hooch quedó tan fascinada con la forma en la que Regulus logró dominar la escoba tan rápido que le recomendó quedarse a ver los entrenamientos de Quidditch de Slytherin. Regulus no poseía un alma competitiva, no estaba convencido si podría llegar a gustarle ese deporte, pero aceptó para no parecer desconsiderado y Barty estuvo junto a él.

- Sigo sin entender cómo se juega- había murmurado Regulus, cuando notó que el entrenamiento estaba terminando.

- Reggie, no es tan complicado- Barty estaba frustrado y se pasaba las manos por la cara.

- Solo parece divertido lo que hace el chico de allí- señaló Black, fascinado por los movimientos que había hecho el jugador en su escoba.

- Ese es el buscador. Lo único que tiene que hacer es atrapar la snitch dorada.

La explicación de su amigo había sonado simple y Regulus se interesó. Pensaba preguntarle más sobre eso a la profesora Hooch, pero James se adelantó. Hasta persiguió a Reg hasta la mesa de Slytherin para seguir contándole cada detalle de ese deporte. Potter hablaba con tanta pasión que el menor comenzó a ver el Quidditch como algo más entretenido. Además, sintió un gran orgullo en su pecho cuando le contó a James que la profesora lo había felicitado por su vuelo y el otro le aplaudió diciendo que debían empezar a volar juntos los fines de semana.

Otro logro que Regulus consideró importante de esa semana, fue el hecho que consiguió una amiga nueva. Su nombre es Pandora, va a Ravenclaw y le pareció la joven más extraordinaria del mundo. Se había acercado a Black en la clase de pociones, preguntándole si podían hacer equipo juntos porque notó que él era bueno y a ella se le dificultaba demasiado hacer hasta la poción más simple. Reg se sintió halagado y no dudó en aceptar. Terminó siendo una de las clases más divertidas y Dora le suplicó que estén juntos en todas las clases de pociones o no sabría qué hacer.

Durante toda la semana, cada vez que Regulus ingresaba al Gran Comedor o alguna clase, la joven se paraba y lo saludaba gritando "¡Reggie!". Black se avergonzaba, pero realmente le agradaba y devolvía el saludo levantando la mano de forma tímida. Pandora siempre estaba rodeada de varios amigos y su risa era una de las más ruidosas. Poseía un gran talento en todo lo que respecta hacer hechizos y no tardó en ser la favorita del profesor Flitwick. Reg en una clase se sorprendió cuando con facilidad Pandora pudo hacer volar absolutamente todas las plumas con las que estaban practicando.

- Es una presumida- se quejó Barty, quien si bien era bueno en realizar hechizos, su poder no abarcaba tanto como para hacer eso.

- Es poderosa- lo corrigió Regulus, fascinado con lo que veía.

La última clase que Black tuvo el viernes fue Transformación con la profesora Mcgonagall. La cual se había acercado a él al final de la clase para preguntarle cómo se sentía en su primera semana en Hogwarts. Fue extraño para él, debido a que no había hecho eso con otro estudiante y tampoco era la jefa de Slytherin. Sin embargo, cuando un mayor le hacía una pregunta él debía responder. Así que, le contó en simples palabras que le costaba manejar su varita, pero en las clases que no necesitaba usarla le iba bien. Mcgonagall pareció satisfecha y le permitió irse, no sin antes decirle que si necesitaba ayuda con algo no dude en buscarla. Él le agradeció y notó cómo la sonrisa de la profesora se iluminaba al percatarse que afuera del salón cuatro cabezas se asomaban, esperando con paciencia que Regulus se una a ellos.

- Veo que estás en buenas manos- comentó, sintiéndose aliviada al notar como Reg se dirigía hacia Sirius, James, Peter y Remus. Sabía que ellos darían todo por la seguridad del menor.

Regulus cerró el cuaderno. Creyó que lo más importante de sus últimos días ya lo había plasmado allí. Además, su estómago comenzó a exigirle que vaya al Gran Comedor y disfrute de la cena. Ya se sabía el camino de memoria, pero cuando se requería usar las escaleras solía perderse. Les había comentado eso a los merodeadores y Sirius le dijo que Remus se estaba encargando de armar un mapa de todo Hogwarts. Así que, si lo tenían listo para este año, se lo podían prestar. Lupin no dejaba de sorprender a Regulus, quien a ese paso lo creía una persona genial y se olvidó por completo el hecho de que es un mago mestizo.

En general, Regulus notó que para relacionarse con el resto no era necesario estar tan al pendiente sobre cuál era su familia. Ni siquiera sabía el apellido de Pandora y eso no cambiaba que sean amigos. Tampoco preguntó sobre eso al conocer a Lily, Mary y Marlene, porque ellas fueron tan amables que no pensaba que su tipo de sangre fuera un problema. Cada vez le hallaba menos sentido a las cosas que su familia le había enseñado, pero estaba esa pequeña voz que le recordaba que no debía fallarles. Él debía cumplir con todo lo que se suponía que debía ser un Black y hasta el momento no consideraba que pudiera ser un problema.

- ¡Reg, nos vemos mañana en el campo de Quidditch!- le recordó James, cuando la cena terminó y se estaba dirigiendo hacia los cuartos de Slytherin.

Regulus iba a asentir con la cabeza, pero al levantar la vista cruzó miradas con Bellatrix. No supo el porqué, pero la mueca en el rostro de su prima le hacía entender que acababa de meterse en problemas y toda la felicidad de esa semana se terminó en un segundo.

Hasta el final - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora