CAPITULO CON CONTENIDO SEXUAL (+18)DURANTE EL RESTO DE LA CENA, CONTINÚO ACTUANDO COMO SI ESTUVIERA asustada e intimidada; aunque en realidad no actúo, lo siento así.
Estoy con un hombre que habla despreocupadamente de matar a gente inocente. ¿De qué otra manera se supone que debo sentirme?
No obstante, también intento seducirlo. Son pequeños detalles, como la manera en la que me toco el pelo hacia atrás mientras lo miro, el modo en que muerdo un trozo de papaya que Liet había cortado para el postre y chupo el jugo con los labios.
Sé que mis ojos son bonitos, así que lo miro tímidamente, con los párpados medio cerrados.
He practicado esa mirada frente al espejo y sé que las pestañas parecen infinitas cuando inclino la cabeza en un ángulo determinado.
No lo exagero porque no se lo creería. Solo hago pequeñas cosas que puedan resultarle excitantes o atractivas.
Intento evitar cualquier tema polémico. En vez de ello, le pregunto sobre la isla y cómo llegó a ser su propietario.
—Me topé con esta isla hace cinco años —explica Paul, mientras los labios se le arquean formando una sonrisa encantadora—. Mi Doptro tuvo un problema mecánico y necesitaba un sitio para aterrizar. Afortunadamente, hay una zona llana y cubierta de hierba justo al otro lado, cerca de la playa.
Fui capaz de aterrizar sin que se estrellara por completo y reparé lo necesario. Tardé un par de días, durante ese tiempo exploré la isla. Cuando ya lo había arreglado y podía volar, supe que era el sitio que tanto ansiaba, así que me lo apropié.
Abro los ojos de la impresión.
—¿Tan fácil? Se encoge de hombros.
—Me lo puedo permitir.
—¿Provienes de una familia adinerada?
Soy muy curiosa. Mi secuestrador es un gran misterio para mí. Tendré más posibilidades de manipularlo si lo entiendo un poco al menos.
Entonces, la cara de Paul se enfría.
—Algo así. Mi padre era duque y comenzó negocios en otros planetas, tras su muerte me hice cargo. He cambiado un poco el rumbo y lo he expandido.
—¿Y qué negocio es??
La boca de Paul se tuerce ligeramente.
—Importación y exportación.
—¿De qué?
— Especia y otras cosas —dice.
Me doy cuenta de que no va a soltar prenda por ahora.
Sospecho que «otras cosas» es un eufemismo para referirse a algo ilegal.
Dirijo la conversación hacia un tema mucho menos polémico.
—¿El resto de la familia también usa la isla? Entonces su mirada se desinfla y se endurece.
—No, todos están muertos.
—Vaya, lo siento.
No sé qué decir. ¿Qué puedes decir que mejore algo como eso? Sí, me ha secuestrado, pero todavía sigue siendo un ser humano. No me puedo ni imaginar lo que debe doler ese tipo de pérdidas.
—No te preocupes —contesta en un tono plano, sin ningún atisbo de emoción, pero noto algo de dolor en él—. Fue hace mucho tiempo.
Asiento con lástima.
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SECUESTRADA (Timotheé Chalamet y tu)
RomanceNovela adaptada Créditos a quien corrresponda