SECUESTRADA (Timotheé Chalamet y tu)

CAPITULO 24

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Cuando me levanto por la mañana, Paul ya se ha ido.

Al subir de la cama, me dirijo directamente a la ducha, sintiéndome mugrienta y pegajosa después de anoche.

Ambos nos quedamos dormidos justo después del sexo, demasiado desgastado para molestarnos lavar o cambiar las sábanas mojadas.

Entonces, justo antes del amanecer, Paul me despertó deslizándose dentro de mí otra vez, sus hábiles dedos me llevaron al orgasmo antes de que estuviera completamente despierta.

Es como si él no pudiera obtener suficiente de mí después de nuestra larga separación, su ya fuerte libido entrando en exceso.

Por supuesto, no puedo tener suficiente de él tampoco.

Una sonrisa curva mis labios mientras recuerdo la pasión ardiente de anoche.

Paul me prometió la noche de bodas de mis sueños, y él ciertamente me entregó.

Ni siquiera sé cuántos orgasmos he tenido en las últimas veinticuatro horas. Por supuesto, ahora estoy aún más dolorida, mis entrañas crudas de tanto.

Sin embargo, me siento inmensamente mejor hoy, tanto física como mentalmente.

Las magulladuras en mis muslos son menos suaves al tacto, y ya no me siento tan abrumada.

Incluso la idea de casarse con Paul no parece tan espantosa en la luz de la mañana.

Nada ha cambiado realmente, excepto que ahora hay un pedazo de papel uniéndonos, dejando que el mundo sepa que yo le pertenezco. Captor, amante o marido, todo es igual; La etiqueta no altera la realidad de nuestra relación disfuncional.

Pisando debajo de la ducha, inclino mi cabeza hacia atrás, dejando que el agua caliente fluya sobre mi cara.

La ducha es tan lujoso como el resto del castillo, el puesto circular lo suficientemente grande como para acomodar a diez personas.

Me lavo y friego cada centímetro de mi cuerpo hasta que empiezo a sentirme humano de nuevo. Luego regreso al dormitorio para vestirme.

Encuentro un enorme armario en la parte de atrás de la habitación, lleno sobre todo de ropa ligera de verano y ropa para invierno. Recordando el frío qué hay afuera, selecciono un sencillo vestido azul de manga larga, luego deslizo mis pies en un par de botines marrones.

Estoy listo para explorar mi nuevo hogar.

*El castillo es enorme, mucho más grande de lo que pensaba ayer.

Además del castillo principal, también hay cuarteles para los doscientos más guardias que patrullan el perímetro, y un número de casas ocupadas por otros empleados y sus familias.

Es casi como una pequeña ciudad, o tal vez algún tipo de complejo militar.

Aprendo todo esto de Shadout durante el desayuno. Al parecer, Paul dejó instrucciones de que iba a ser alimentada y mostrada cuando desperté. El mismo Paul está ocupado con el trabajo, como de costumbre.

"El Señor Atreides tiene una reunión importante", explica Shadout sirviéndome un plato "Él me pidió que cuide de ti hoy, así que por favor avísame si necesitas algo. Después del desayuno, puedo hacer que Shishakli te haga una excursión si quieres.

"Gracias, Shadout", digo, cavando en mi comida. "Un viaje sería genial."

Conversamos un poco mientras termino mi comida.

Además de aprender acerca del castillo, descubro que Shadout  nació en Arrakis y ha vivido en este castillio la mayor parte de su vida, habiendo empezado como una joven criada trabajando para el señor Leto Atreides.