Summery

12

este es el segundo capítulo de la actualización de hoy, si Wattpad te mandó acá primero, hay un capítulo antes:)

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¿Están concientes que después de este momento, empieza lo mejor de nuestras vidas?

—Sí.

—¿Están concientes de que se viene la decisión más importante que habremos tomado hasta ahora?

—Sí.

—¿Están concientes de que...?

—¡Dylan, ya cállate! —Bill se adelantó un paso, tomó la pluma y anotó su nombre bajo la casilla que decía "Taller de teatro."

—¿Teatro? —Dylan lo miró con los ojos MUY abiertos—. ¿Y el fut?

—En los estadios. Te toca —le aventó la pluma a la cara y se hizo a un lado.

Dylan se anotó donde decía "Cocina."

—Te toca —me pasó el bolígrafo y me detuve frente a la hoja.

Había quince actividades extracurriculares en las que podía inscribirme y ni una, ojo, ni una sola me llamaba la atención.

—¿En qué se va a inscribir Amanda? —pregunté, intentando conseguir una idea.

—En costura.

—Ah, no, ni loco.

—¿Por?

—¿Un gay en costura, Bill? ¿En serio?

—Pues sí, ¿qué tiene?

—Que si van a hacerme bullying prefiero que no sea mientras estoy tomando medidas para hacer un vestido, gracias. ¿Opciones?

—Te faltó el "Kowalski"

—Ay, ya cállate. Dylan, ¿opciones?

—Haz lo que más te llame la atención.

—Pff, ¿por qué no lo pensé antes? —pregunté con ironía y miré la hoja de nuevo—. Díganme un número del uno al treinta.

—Veintidós —dijo Dylan.

—Ciento catorce —dijo Bill.

—Del uno al treinta, pedazo de anormal, ¿no fuiste al Kinder? —dijo Dylan.

Y yo empecé a contar del uno al ciento catorce paseando la punta de la pluma por las quince casillas de actividades extracurriculares.

El ciento catorce cayó en "Robótica"

—No sé un carajo de robots —dije, encogiéndome de hombros.

—Ya aprenderás —Bill me dio unas palmaditas en el hombro—. Pon tu nombre.

Miré a Dylan, implorando ayuda desesperadamente, pero me ignoró y no me quedó de otra que poner mi nombre.

—Listo, ahora, a comer.

Fuimos a comer, acompañados por Amanda y Marietta, la cual, al parecer, estaba intentando... ¿ligarme?

—Y cuéntame, Emeth, ¿qué te gusta? —preguntó, tomando una de mis papas fritas.

Los chicos estuve a punto de decir.

—Pues... —me encogí de hombros—. ¿Conan Gray?

¿No les pasa que les preguntan algo y su cerebro se resetea? Porque a mí me pasaba muy seguido.

—No lo conozco, ¿quién es?