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Después de eso pasaron dos semanas, el año se estaba yendo muy rápido. Nos quedaba sólo mes y medio de escuela y no sabíamos cómo matar el tiempo.

Así que nos pasábamos posponiendo tareas, trabajos, talleres, actividades y demás responsabilidades, como los alumnos ejemplares que éramos.

Bryce y yo nos veíamos tooodos los días y estaba con Bill y Dylan por las noches, desvelándonos sin sentido alguno.

Ese día acabábamos de recibir calificaciones de el último exámen del parcial de química y nos había ido increíble, así que creímos que obviamente merecíamos ir a un bar, sobretodo porque Dylan había cumplido 18 la semana pasada y ya podíamos salir todos. (Si les interesa saber qué me regalaron Bryce y Bill en mi cumple, el primero, un brazalete. El otro, uno de sus hoodies porque le dije que me gustaba)

Quedamos en vernos en cuarenta minutos, yo obviamente iba a llevar a mi novio, porque Amanda iba.

¿Eso era asqueroso y horrible? sí. ¿Me importaba? en ese momento no.

En fin, fuimos a nuestras habitaciones para poder arreglarnos y vernos muy guapos.

Tomé una ducha, busque ropa linda, me puse perfume, me peiné. Me veía increíble y me sentía increíble. Por primera vez, Bill y Bryce habían aceptado salir juntos. No creía que saliera increíble todo, pero sí que nos iría bien.

...

Me equivoqué.

Ya estaba casi listo para salir cuando alguien tocó mi puerta con desesperación, abrí y miré a Dylan, había llegado corriendo, porque estaba agitado.

—¿Qué...?

—Ven —no me dejó terminar de hablar y me tomó de la mano para salir de la habitación.

Bajamos las escaleras corriendo, no entendía nada, pero escuchaba mucho alboroto así que me imaginaba qué era.

Supongo que ustedes también lo imaginan, ¿verdad?

¿Adivinen quienes se estaban agarrando a golpes?

Mi novio y el idiota de mi mejor amigo, sí.

Ya los estaban separando unos chicos y la directora venía entrando, así que supongo que duraron por lo menos unos minutos peleando.

—A mi oficina, ya —dijo la directora señalándolos, se escuchaba molesta.

Los muchachos fueron detrás de ella y yo salí detrás de ellos. Iba temblando y como que mi cerebro aún no procesaba lo que había pasado. Ambos tenían sangre en la cara, en las manos y en la ropa. Iban a distancia prudente y ninguno me miraba. No hablaban, nadie hablaba. Un nudo se formó en mi garganta cuando entramos a la dirección. Ellos se sentaron frente al escritorio, yo me senté en el piso con la espalda pegada a la pared, cerca de la puerta. Sentía mi respiración pesada y tenía muchas ganas de llorar, pero las lágrimas no salían. Estaba a punto de desconectarme por completo del mundo cuando escuché a Bryce decir "No, por favor no."

Volví al mundo real, las manos aún me temblaban y ahora me dolía el pecho.

—Tengo que hacerlo, Bryce.

—¿Va a llamar a sus padres? —pregunté, se me hizo raro escuchar mi propia voz.

La directora asintió y yo miré a Bryce, pero él agachó la cabeza.

—De verdad tengo que hacerlo, Emeth.

—No... —no sabía qué excusas dar—. Realmente no sé porqué pedirle que no lo haga, pero no lo haga. Por favor, es lo único que le pediré.

SummeryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora