Mal tenía un terrible dolor de cabeza por la mañana y el llanto de Dalila no ayudaba mucho.
Mal : eres un pequeña llorona dijo poniéndole su ropa y bastante mimada
Su hija se rió cuando le hizo cosquillas.
Mal acaricio la cabeza de su hija y después fue a dejarla en su cuna para cambiarse ella de ropa.
Mal miro su ropa.
De alguna manera Audrey y Evie la habían convencido para cambiar de ropa.
Claro que las había presentado pues sabía que ambas se llevarían increíblemente por sus gustos en común.
Como sea Audrey y Evie después de insistir tanto convencieron a Mal para que volviera a su viejo estilo, cosa a la que le costó adaptarse pues hace cerca de dos años que no trabajaba tanto en ella misma.
Desde que se enteró que estaba embarazada, al principio estaba muy triste para hacerlo y después tuvo que comprar demasiadas cosas, además de que la cabeza no le daba para otra cosa más que para ver cómo estaría sola con un bebé y cuidar todos los gastos que eso tendría, así que no tenía cabeza para pensar que se pondría.
Después nació Dalila y entonces todo fue un caos, se había ocupado tanto en su pequeña hija que nisiquiera se había dado tiempo para ella misma.
Pero....pero la noche en que Ben la presento como su esposa falsa, cuando Mal se puso aquel vestido arreglada y definitivamente hermosa la hizo casi ponerse a llorar.
Se había olvidado de ella completamente y aún que Dalila lo valía se dió cuánta de que no tendría que sacrificarse ella misma para eso.
La hizo sentir tan bien ponerse aquel vestido y sentirse hermosa y que ella resaltará entre los demás. Simplemente fue algo que hace mucho que no pasaba y eso la hizo feliz.
Así que Mal arrojó toda esa ropa que se ponía y comenzó a usar la misma de antes, para su sorpresa aún le quedaba.
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Normalmente Mal llegaba antes que Ben.
Así que ver su oficina abierta le sorprendió.
Aún que después recordó que a Ben le gustaba tener encuentros con sus amantes en su oficina.
No quería ver ni oír nada de eso, así que se dió la vuelta pero el susto que se llevó fue peor.
Mal : demonios le dijo con un par de hojas pegadas al pecho casi me matas del susto
Ben : lo siento ¿A dónde ibas?
Mal : a ningún lado se dió la vuelta y dejo sus cosas en el escritorio ¿Tu que haces aquí tan temprano?
Ben : tenía que revisar unas cosas y tenía que mandar algo temprano así que bueno aquí estoy estiró la mano y le ofreció un café
Mal lo acepto con algo de duda
Mal : gracias
Ben le sonrió y después entro a su oficina.
Mal tomo asiento en su silla y recostó la cabeza en el escritorio.
Y por algún motivo se comenzó a sonrojar.