MI REY FINAL PARTE TRES

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A partir de qué Mal cumplió 15 todo sus recuerdos de volvieron borrosos.

Mal se pasaba las noches queriendo dormir pero no podía ya fuera por el hecho en si de lo que pasaría al hacerlo (pues era más fácil para su madre entrar en su cabeza) así que comenzó a tomar más pastillas para dormir de las que debería.

Tenía constantes dolores de cabeza cuando se resistía a qué su madre entrara a su cabeza pero a la vez estaba tan atontada por las pastillas que tomaba sin control que muchas veces su madre vencía.

Claro para Maléfica lo mejor era mantenerla atontada pues cuando no lo estaba. Era evidente que Mal había aprendido muy bien de sus lecciones.

Ya no se dejaba engañar tan fácil por su madre y le cuestionaba si lo que hacía era en verdad sería lo mejor.

Las noches que las pasa en vela después de un mal "sueño" en el día se caía del sueño y aún que estaba presente y escuchaba muchas cosas la mayoría su cerebro nisiquiera era capaz de razonar las cosas. Y las noche en que lograba dormir gracias a las pastillas daba el mismo efecto pues al tomar más de dos (al ya no funcionar una para mantener a su madre a raya) la mantenía medio drogada.

Las ojeras ya eran parte del hermoso rostro de Mal, muy pocas veces salía del castillo de su madre por qué Maléfica la mantenía tan ocupada con cosas o Mal estaba tan mal para siquiera pensar en que algo más existía.

Diaval ya no podía protegerla como antes, cada vez se le hacía más complicado y aún que de vez en cuando Mal podía dormir bien gracias a Diaval pero no era tan común como se debería.

Diaval hacia el mejor trabajo que podía y aún que no era su responsabilidad en verdad se notaba que amaba a Mal tanto o más como ella a él.

Para Mal, Diaval era como su padre.

Por efecto de las pastillas que Mal había tomado constantemente las cosas erran borrosas para Mal. Pero si que recordaba cómo fue que las cosas se llevaron acabo

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M

al sabía que Malefica ya no se tomaba las visitas de Diaval tan a la ligera. Era consiente de que si no tomaba la sufriente precaución Mal y Diaval podían hacer algo.

Mal para aquel entonces ya era muy madura y entendía más cosas de las que debería. Había comenzado a darse cuenta que su madre no hacia todo eso por la Isla si no por ella misma.

Se dió cuánta a pesar de estar medio atontada que su Madre ocultaba muchas cosas, más de las que debería y que cada vez eran peores.

Por lo que ella comenzó a cuestionarle las decisiones que tomaba, cada vez pedía más explicaciones y encontraba mejores soluciones, sin buscar venganza.

Malefica siempre buscaba algún pretexto y aunque a veces funcionaba ya no estaba tan convencida de que Mal confiera en ella.

Mal creía que podía ayudar a las demás personas, siempre pensaba en cosas para hacer pero Maléfica tenía planes completamente diferentes.

Diaval y Mal se dieron cuánta de Malefica ya no parecía tan cuerda como antes.

Mal lo descubrió cuando en una ocasión mientras estudiaba una lección Maléfica, cuando algo no salió como quería tuvo un arranque, siempre los había tenido pero este fue muy diferente.

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