UNA MAGIA EXTRAORDINARIA

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Mal jamás había besado por tanto tiempo a alguien.

No sabía exactamente cuánto tiempo tenía besando a Ben pero sentía los labios hinchados, aún que siendo honesta no le importaba mucho, no si Ben la tenía entre sus brazos, apretando su cintura y pegando sus cuerpos.

Una mano la tenía en sus costillas, la estaba acariciando y a veces si movía un poco más arriba el pulgar le rozaba el pecho. Mal sentía que sus piernas no funcionaban muy bien pero eso daba igual, Ben la sostenía.

Ambos pegaron brinco cuando el reloj que estaba en el recibidor sonó, marcando las doce.

Mal soltó una risita cuando vio a Ben.

Ben la seguía sosteniendo, pero se aclaro la garganta.

Ben : había olvidado que sonaba.

Mal no sabía que decir pero si le acaricio la nuca a Ben.

Ben la miro a los ojos y después de acariciar su mejilla hablo.

Ben : es tarde, ¿Quieres que te lleve a tu casa?

Mal : puedo tomar un taxi.

Ben : ni hablar, te llevo

Mal : ¿Y Liv?

Ben : está dormida, no se despierta en las noches, a menos que tenga pesadillas aclaro a no ser que quieras pasar la noche aquí acaricio su cuello

Mal : no sería conveniente

Ben : ¿Por qué no? A mí me parece que te gustó dormir aqui la otra noche.

Mal : no abuses, Ben dijo separándose un poco pero no del todo

Ben : bueno, bueno entonces dejame llevarte, no voy a estar tranquilo sabiendo que te fuiste sola a esta hora.

Mal : está bien, si quieres.

Ben le dió un beso muy corto en los labios y luego uno en la frente antes de soltarla.

Ambos tomaron sus cosas y salieron, no dijeron mucho de camino, no tenian mucho que decir después de tantos besos.

Mal trato de no pensar mucho en eso, después de todo eran adultos y los besos no siempre significan algo, había escuchado a sus amigos hablar de besos casuales incluso estar con gente de manera casual  y no significaba gran cosa.

Mal nunca lo había hecho, no porque estuviera buscando al indicado, era porque le costaba encontrar personas con las cuales sentirse cómoda. Le costaba sentirse cómoda con hombres y cuando lo hacía bueno la mayoría era porque eran sus amigos.

Pero con Ben se sentía diferente, cómoda pero diferente, no recordaba que los besos fueran tan agradables, jamás los había disfrutado tanto, siempre le habían parecido algo banal que sucede antes de pasar a otras cosas que a veces eran placenteras.

No quería pensar mucho en eso porque tal vez para Ben era algo común. Eso de besarse sin que importará mucho.

Además su madre ya le había advertido que tuviera cuidado con los reyes, específicamente con Ben cuando comenzó a trabajar con él.

Mal sabía que tenía sus motivos para desconfiar pero, no quería meter a Ben en el mismo saco, le costaba hacerlo.

Ben tampoco hablo mucho en el camino pero le había tomado la mano cuando sus miradas se encontraron y le beso los nudillos.

Ben dejo a Mal en la parte de atrás de su casa, ya que ella se lo había pedido.

Mal : gracias dijo mientras se quitaba el cinturón de seguridad

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