❝Visitas a clubes clandestinos.
Peleas en callejones recónditos.
Fiestas en los barrios bajos de la
ciudad. Encuentros secretos con
un rapero desconocido.
Son muchas las cosas que se dicen
sobre Choi Soobin. Todos quieren saber
lo que sucede en la v...
Se recomienda leer el capítulo escuchando la canción cuando aparezca este símbolo (♫)
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(♫)
El camerino detrás del escenario está tan sucio como la última vez que Soobin estuvo aquí, pero ahora, aparte del permanente olor a sudor, apesta a hierba. Wooseok y Youngho, el nuevo rapero, saludan a Soobin cuando lo ven entrar con Yeonjun a su lado, y antes de que vuelvan a la conversación, Wooseok le ofrece un porro al ídolo.
Yeonjun capta la reacción confundida de Soobin, sus lindos ojos se agrandan por un segundo y sus orejas se ponen rojas. Puede reconocer el debate interno de Soobin, y antes de que se obligue a hacer algo sólo para impresionarlos, Yeonjun interrumpe con una risilla burlona.
— ¿Por qué le ofreces uno a él y nada a mí? —pregunta haciéndose el ofendido, con una expresión divertida en su rostro.
— ¿Quieres uno, hyung? —Wooseok le sonríe entonces. Y Yeonjun ve a Soobin apartar la mirada hacia abajo por el rabillo del ojo— Puedo hacer uno para ti —el rapero le guiña un ojo a Yeonjun con demasiada confianza, haciéndolo reír por lo bajo cuando lleva el rollo que ya estaba haciendo a sus labios, y lo enciende.
Yeonjun da un paso adelante y empuja la bombilla que cuelga del techo, antes de dejarse caer en el sofá de cuero. La luz gira y se balancea alrededor de la habitación, y Youngho se ríe por lo bajo, con los ojos fijos en la luz que gira sobre su cabeza; claramente ya está drogado.
— Nah, estoy bien —dice finalmente Yeonjun, y Soobin lo mira antes de dejar que su cuerpo se hunda a su lado. Rodillas y brazos rozándose ligeramente entre sí.
Soobin le hecha un rápido vistazo y luego se mueve hasta que está sentado de manera similar a Yeonjun, con las piernas separadas y las rodillas y los muslos tocándose aún más. Los jeans negros de Soobin y los azules de Yeonjun contrastan; se da cuenta de que la piel de Soobin es más pálida que la suya, y no puede evitar pensar si se sentiría más suave y cálida al tacto. Le gustaría poder tocar el pedazo de piel lechosa que se asoma de los desgarros de la tela. La bombilla que cuelga de un cable continúa balanceándose sobre ellos.
— Yo también estoy bien —murmura Soobin.
Wooseok sonríe y se enfoca en Youngho nuevamente, hablando en susurros entre ellos y riendo a carcajadas. Soobin los mira fijamente, pero su mirada cae y se queda en Youngho, finalmente. Yeonjun se pregunta si ese es el tipo de hombre que le gusta a Soobin. Ahora que lo piensa, ese tipo espeluznante que siempre lo golpea también es alto y musculoso como Youngho, y si se toma el esfuerzo de buscar, apuesta a que podría encontrar más parecido entre los dos hombres.
Yeonjun opta por dejar de pensar en las preferencias de Soobin antes de que su curiosidad se apodere y saque la peor parte de él. En cambio, se estira por su cerveza y toma un largo trago, disfruta del alcohol frío en su garganta y luego apoya su cuello en el respaldo para poder mirar a Soobin más cómodamente. Las sombras que la bombilla crea en su rostro a medida que gira en círculos lo hacen sentir mareado, y el olor a hierba quemada no es una buena ayuda.
