❝Visitas a clubes clandestinos.
Peleas en callejones recónditos.
Fiestas en los barrios bajos de la
ciudad. Encuentros secretos con
un rapero desconocido.
Son muchas las cosas que se dicen
sobre Choi Soobin. Todos quieren saber
lo que sucede en la v...
Se recomienda leer el capítulo escuchando la canción cuando aparezca este símbolo (♫)
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Yeonjun tenía razón, claro que la tenía; maldición. Ver el espectáculo desde detrás del escenario es mucho mejor que desde la multitud; es más emocionante y electrizante de lo que podría haber pensado. E incluso, si tiene experiencia estando sobre el escenario, ver la actuación de otra persona desde la perspectiva del personal es una experiencia nueva para él.
Los miembros del personal del club están atentos los micrófonos de los otros raperos y verificando que el sistema de sonido funcione bien mientras actúan, pero Soobin se encuentra al borde de las escaleras del escenario, donde Yeonjun le dijo que esperara. Incluso puede echar un vistazo a parte de la audiencia desde donde está parado en este momento.
Soobin está acostumbrado a ver a Yeonjun desde allí abajo, donde la audiencia salta y los anima con fuertes gritos, y siempre se veía como una persona inalcanzable. Algo así como una ilusión. Incluso cuando las voces son fuertes, Soobin no tiene interés en observar a la audiencia; él quiere ver a Yeonjun. Con su gorra blanca y su gran chaqueta impermeable de color rojo brillante que se acaba de poner antes de subir al escenario. Soobin mira su espalda.Vulnerable. Yeonjun se ve hermoso y vulnerable en el escenario.
El sudor resbala por su perfil, las venas sobresalen de su garganta cada vez que escupe palabras con ira, mechones rojos de cabello se le pegan a la frente cada vez que mueve la cabeza al ritmo de la música. Sudor. Venas. Cabello desordenado. Sudor. Manos grandes. Grandes manos venosas. Y sus labios. Sus labios que siempre hablan con brutal honestidad y voz ronca.
Soobin lo mira con atención y memoriza cada detalle de la escena frente a él. Las luces de neón rosas y azules bañando su silueta, las luces estroboscópicas rojas y verdes golpeando sobre el cuerpo; la música de fondo, tan fuerte que no puede oír su propia respiración ni sus pensamientos, el bajo retumba en lo profundo de su pecho y hace temblar el escenario. Yeonjun gruñendo y gimiendo, su pesada respiración saliendo de los parlantes y resonando en la cabeza vacía de Soobin; las palabras sucias que escupe, palabras que hablan de un niño sangrando bajo la lluvia, un chico luchando contra sus fantasmas, un hombre queriendo follar con otro hombre.
Lo memoriza todo y guarda en su interior los recuerdos detallados, los atesora. Y repite esos detalles en su cabeza incluso días después.
(♫)
Soobin repite esos detalles cuando llega a casa después de esa noche. Esta podría ser la primera vez en semanas que abre la puerta de su apartamento solitario y no está herido ni sangrando, pero aún presiona su rostro contra su almohada fría porque siente un tipo diferente de calor, no el calor habitual de los efectos tardíos de una pelea callejera, sino una cálida sensación recorriendo su cuerpo, la sangre hirviendo en sus venas y quemando cada terminación nerviosa.
