ACTO III (Veintiunoava Escena)

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Escena XXI: La curiosidad de Rojuno y su conversación con Ornedo

Fecha: 11 de marzo del 2020 (Noche)

Lugar: La entrada de la comisaria ubicada en San Miguel

Personajes:

· Ornedo Lurena Binte

· Rojuno

· Policía varón 1

· Policía varón 2

· Policía mujer 1

· Policía mujer 2

(Descripción del lugar: La entrada de la comisaria ubicada en San Miguel es un lugar grande que contiene los siguientes aspectos. En el lado izquierdo, se halla dos columnas de piedra que se hallan conectados por una reja negra. En los dos tablones, se puede mirar una bombilla apagada en cada una. En el lado derecho, nos percatamos de que también hay dos columnas de piedras que se hallan relacionados entre sí mediante una reja negra. Asimismo, estas columnas poseen un foco de luz en cada una. En el centro, se observa la fachada de la comisaría que revela un mensaje escrito que dice: «Comisaria PNPSan Miguel»)

(Se abre el telón) (Ingresa Ornedo Lurena Binte caminando mientras sigue llevando la pistola en su mano izquierda al escenario por el pasillo derecho) (Ornedo se dirige al público mientras sostiene la pistola)

Ornedo Lurena Binte: (miedoso hacia el público) He cometido muchos errores en mi vida, pero nunca otra persona me amenazó con matarme como lo hizo Cobrutno. Definitivamente, nunca debí confiar en él. Lo único que anhelo en este momento es ser libre de su actitud controladora.

(Ornedo apunta la pistola hacia el público) (Ornedo se empieza a enojar)  

Ornedo Lurena Binte: (enojado hacia el público) ¿Acaso ustedes se quejan de que una persona los controle o someta de forma constante pensando que está correcto lo que hace? Me da rabia que ninguno de ustedes se muestre tan enfadado como yo ¿Quién puede sentirse libre cuando tiene que obedecer las reglas controladoras de otros?  

(Música dramática)

(Ingresan Rojuno, el policía varón 1, el policía varón 2, la policía mujer 1 y la policía mujer 2 caminando al escenario por el pasillo izquierdo)

(Los policías empiezan a conversar entre ellos y llevan mascarillas en sus bocas)

(Ornedo observa a los policías y se esconde detrás de ellos)

Policía varón 1: (cordial) Hemos estado conversando tanto sobre los miembros de la pandilla, pero el día ha pasado muy rápido. Ni siquiera hemos podido descansar en todo el día. Quizás mi esposa se encuentre preocupada por mi retorno a la casa y tal vez podría decirle que vengo tarde del trabajo.

Policía varón 2: (amable) Tu familia puede esperar por más tiempo, colega. Te recalco que nuestra jornada laboral no permite que veamos por muchas horas a nuestros seres queridos. Asimismo, te recuerdo que ninguno de nosotros deberíamos volver a casa, porque nos toca vigilar durante el toque de queda. Comunícale a tu cónyuge que demorarás en regresar.

Policía mujer 1: (alarmada) Nos toca custodiar estas peligrosas cuadras que es aprovechada por los delincuentes para realizar sus atentados como robos, asaltos, homicidios y muchas pinturas ilegales llevadas a cabo con frascos de grafiti que contienen diferentes colores.

Policía mujer 2: (preocupada) Recuerda que no debemos bajar la guardia en ningún momento del día. Además, enfócate en los casos que nos toca resolver ahora. Esos chicos delincuentes deben estar rondando sin rumbo por las calles y nosotros discutimos como unos idiotas.

Rojuno: (agotado) Solo hazme acordar de que no podemos confiarnos de cualquier persona que se atraviese en nuestro camino. Podría tener coronavirus y todos quizás saldríamos contagiados, lo que provocaría una ola de contagios en nuestros entornos cercanos en nuestras amistades o seres familiares.

Policía varón 1: (cordial) De acuerdo, compañeros y compañeras. Además, hay que comprar un frasco de alcohol o un frasco de gel para seguir lavándonos la mano. El alcalde de San Miguel debería reconocer nuestra peligrosa labor al igual que los médicos, porque también sacrificamos nuestras vidas.

Policía varón 2: (amable) En realidad, creo que debo aguantar la picazón que tengo en la oreja. Aunque tengo la tentación de rascarme la nariz y no lo puedo negar. En consecuencia, solo me queda soportar la incomodidad que siento en varias partes de mi rostro. Asimismo, ningún ciudadano común y corriente se encontrarían dormidos supongo.

Policía mujer 1: (alarmada) Para mí, nosotros no debemos juzgar las acciones de esos chicos pandilleros, porque quizás ellos se encuentran arrepentidos de sus crímenes. Sin embargo, me encargaré de detenerlos para llevarlos a la comisaria de inmediato. ¡Es el colmo que estos criminales sigan cometiendo delitos en plena pandemia!

Policía mujer 2: (preocupada) ¡Sería muy riesgoso pensar que andamos en peligro por las cuadras de San Miguel por culpa de esos malditos y mocosos delincuentes! Me preocupa el hecho de pensar en una muerte hacia nosotros de forma inesperada que no podamos prevenir de ninguna manera.

Rojuno: (agotado) Es muy incomprensible que ninguno de esos chicos criminales guarde sana distancia o que utilicen sus mascarillas. Asimismo, yo solo puedo verlos desde afuera, pero no lo conozco a ninguno de ellos en una manera profunda o sincera. Me interesa conocer a ese chico pelirrojo que vi ese día.    

Policía varón 1: (cordial) ¿Enserio? Tal vez podríamos negociar con ellos para que ellos salgan libres y no tomar el riesgo de contagiarnos tan rápido. Asimismo, nadie planea entregar su confianza al peligro de las calles. Ningún policía ha podido descubrir la autoría de varios crímenes en los distritos de San Miguel.

Policía varón 2: (amable) Todavía no poseo ningún indicio para descartar a cualquier chico como sospechoso de los recientes atentados en el Perú. El caso de los asaltos en las bodegas suelen ser un tema relevante en las familias tanto que hasta se formulan teorías de los posibles autores de los delitos.

Policía mujer 1: (alarmada) Lamento que todos actuamos como tontos cuando podríamos aprovechar nuestro tiempo en ubicar a esos chicos. Después, no hay que quejarnos de los posibles delitos que haya luego, porque será totalmente nuestra culpa por no actuar a tiempo para atrapar a todos los miembros de la pandilla.

Policía mujer 2: (preocupada) Hay que prometer sobre el cumplimiento de las reglas de sanidad cuando vayamos a arrestar cualquier grupo delictivo. Rojuno, tú podrías encargarte de localizar al pelirrojo y los demás al resto de los miembros del grupo. Nadie puede estar vagando en este momento.

Rojuno: (agotado) Siempre tenemos que permanecer junto sin importar el peligro. Nadie sabe cuándo se enfermará o morirá. La muerte en esta pandemia no se puede descifrar ni garantizar fácilmente y eso es muy riesgoso. Hay que jurar que nos cuidaremos, colegas.

(Ornedo se acerca a Rojuno) (Rojuno observa a Ornedo y habla con él)

(Todos los personajes comienzan a hablar entre ellos)

(Ornedo apunta su pistola hacia los rostros pálidos de los policías)

Ornedo Lurena Binte: (enojado hacia los oficiales de serenazgo) ¿Por qué están mirándome? ¿Acaso quieren que les rompa la cara o que les dispare sin compasión o piedad durante todo el tiempo que quiera o me dé la gana? Los desafío a enfrentarse en una pelea conmigo, señores.

(Rojuno se sorprende del comentario de Ornedo y reconoce que él es el chico pelirrojo que hablaba antes)

Rojuno: (sorprendido) Cálmate, jovencito. Te ganaste una cita para la comisaria y quizás me convenzas de liberarte, pero quiero que me cuentes sobre ti. Quiero conocer tu identidad lo más pronto posible, porque te he visto antes y no pienso dejarte ir todavía.

(Rojuno, Ornedo Lurena Binte, el policía varón 1, el policía varón 2, la policía mujer 1 y la policía mujer 2 se retiran caminando del escenario por el pasillo derecho)

(Cierre del telón) (Fin de la escena XXI)

ORNEDO ( Obra teatral de aventuras 6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora