Pov Beatriz
Como deseaba sentir sus labios sobre los míos otra vez, siento que el mundo desaparece, solo están sus brazos y su boca que me hace desvanecer, me alegro de haber tomado la decisión correcta, jamás hubiera podido ser felíz sin tenerlo a mi lado, sé que ambos deseamos más que un beso, sé que él está haciendo un esfuerzo enorme para contenerse y tratarme con delicadeza cuando lo único que piensa es en sacarme volando de Ecomoda y hacerme el amor sin parar, sé que quiere eso, porque yo también deseo lo mismo, pero no quiero dejarme llevar aquí, no es el lugar, quiero que nuestro reencuentro sea especial, aunque me cueste tendremos que esperar el momento adecuado, y creo que se cuándo será.
-Betty, creo que debemos parar aquí, si continuamos no le aseguró que pueda lograrlo después y aunque deseo más que nada hacerle el amor ahora mi vida, no el lugar ni el momento que usted merece mi amor.
No puedo evitar sonrojarme y bajar la mirada. Sentía que mis mejillas ardían, a pesar de nuestra historia y de haber estado íntimamente con él, siempre logra hacerme sonrojar.
-No sienta vergüenza por lo que provoca en mí, mi amor. Mi mente a duras penas logra controlar a mi cuerpo cuando la tengo cerca- me acaricia la cara mientras me la levanta haciendo que lo mire.
- Ya lo sé... Pero me conoce bien y usted sabe que me cuesta hablar de estas cosas- entierro mi cara enrojecida en su pecho, mientras él se ríe, quiero vivir allí por siempre, inhalando su olor, sintiendo sus manos recorriendo mi espalda, pero vuelvo a la realidad, a tomar conciencia de dónde nos encontramos
- ¿Le parece que pasemos a presidencia, pedimos unos tintos y me ayuda a evaluar unos presupuestos de materiales? - le pregunto soltándome de sus brazos.
- Vamos mi doctora, nada me hace más feliz que trabajar a su lado y ayudarla en lo que necesite-
Trabajar junto a él es una de las cosas que siempre adoré al entrar en Ecomoda. Poder perdernos entre pilas de papeles, pero siempre consientes de la presencia del otro, sentir su respiración, los suspiros que deja escapar cuando los números lo sobrepasan, la manera en que pasa la mano sobre su frente cuando su ansiedad llega al máximo y necesita que lo saque de ese embrollo.
Llevamos alrededor de una hora metidos en el trabajo, como antes, como siempre. Suena el teléfono y me dispongo a contestar.
- Es de mi casa.
- ¿Quiere que la de privacidad mi vida?
- No Dr., por favor quédese, no tomara más de unos minutos y me encanta tenerlo aquí- digo con total naturalidad que me sorprende un poco mi nueva capacidad para expresar lo que siento. Don Armando debe estar pensando en lo mismo ya que me mira con una extraña expresión de sorpresa y ternura.
- ¿Bueno?
- ¿Hola mamita cómo está? La llamaba porque hace rato que no se dé usted. ¿Estoy impaciente por saber que decidió, está segura de renunciar?- dice mi mamá con un tono que denota demasiada impaciencia.
- No mamá, decidí quedarme en Ecomoda, no voy a dejar Bogotá- don Armando me mira con un brillo en sus ojos que me encanta, sé que es por mí y me derrite cada vez que lo veo
- Ay mijita que alegría, me alegra mucho que se quede aquí, y dígame, esto tiene algo que ver con ese señor? ¿Con el doctor Armando?
- Si mamá, tiene todo que ver con él- digo mientras le dedicó una sonrisa- me di cuenta que mi felicidad solo está a su lado.
- Betty me alegro mucho y no solo por usted. También me alegro por él- me sorprende que ella esté tan feliz por los dos que quiero que Don Armando escuche las palabras bonitas que dice mi mamá, pongo el altavoz para que él pueda escuchar.
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Nuestra historia. Armando y Betty.
RomanceCuando Armando decide dejar de insistir con Betty y salir de ecomoda, ella en ese instante de duda reacciona y toma la decisión de luchar por su amor. Ésto sucede antes de que Marcela hable con Betty, siempre pensé que Armando se merecía que Betty p...