Pov Beatriz.
Restan menos de 24 horas para sentirme la mujer más feliz del mundo, decidimos pasar dos semanas de luna de miel en Cartagena, Armando rentó la misma casa en donde nos alojamos para el cumpleaños de Cata. Mientras él y Camila disfrutan de un café juntos en la sala yo trato de terminar de empacar todo para el viaje y lo necesario para mañana.
No puedo dejar de pensar que apenas regresemos de nuestra luna de miel iremos directamente a nuestro nuevo hogar, encontramos la casa perfecta. Una casa de dos plantas, alejada de la zona céntrica de Bogotá, con el espacio suficiente para comenzar nuestra familia.
Tiene un patio enorme con árboles de gran tamaño, Armando tiene planeado colocar columpios para los niños y un juego de jardín para que podamos disfrutar de las comidas allí, amo ver esa ilusión, ese brillo en los ojos que tiene cada vez que habla de nuestros hijos y de nuestra vida juntos.
- ¿Es tan necesario que no duermas aquí esta noche? – me saca de mis pensamientos mientras me abraza por la espalda.
-Mi amor, a Cata le hace mucha ilusión recibirnos a mi mamá y a mí en su casa para que mañana temprano podamos comenzar a prepararnos, mi mamá está feliz por hacer esto, tu podrás descansar y despertarte más tarde.
-Beeeetty pero yo sin ti no duermo, te voy a extrañar demasiado, quédate y mañana temprano te llevo a donde sea.
-Armando Mendoza, mañana se convertirá en mi esposo y le juro que jamás nos separaremos, solo permítame tener este momento con mi mamá, siempre soñó con que alguna vez me casara y aunque las cosas no son tal cual la esperaban quiero que se sienta feliz por mí- digo mientras le doy pequeñas caricias en el rostro.
-Me alegra que puedas compartir esto con tu mamá y quiero que lo hagas, pero no sé si poder soportarlo.
-No sea dramático doctor, además te quedarás con tu hermana, te hará compañía.
-Pero el problema no es que extrañe tu compañía solamente, voy a extrañarte toda todita, tenía ganas de ayudarte a sacarte la ropa, como lo hago por las noches, quería sacar de en medio esta camisa, por ejemplo, que no me deja ver tus hermosos senos- mientras dice esas palabras comienza a despojarme de cada una de mis prendas.
-Armando, Camila está en la sala- la respiración se me vuelve cada vez más agitada, no puedo contralar los efectos que sus caricias causan en mi cuerpo.
-Está viendo una película, te juro que no nos extrañará, solo necesito un adelanto de la noche de bodas.
-Doctor usted como que ha recibido suficientes adelantos.
-Nunca será suficiente mi amor.
Después de darle el adelanto de la noche de bodas a mi futuro esposo salí del apartamento en mi carro, debía pasar a recoger a mi mamá para ir a pasar la noche en lo de Cata, cuan diferente es a todo lo que siempre desee, a pesar de que ya pasaron varias semanas entre lo sucedido con mi papá, él no ha dado ninguna señal de querer acercarse y entablar una conversación adulta conmigo, mi mamá me ha sugerido en varias oportunidades que sea yo la que intente dar el paso pero no tengo por qué hacerlo, yo solo podría disculparlo si sus disculpas llegaran a mí con total sinceridad no por coerción de Armando o de mi mamá.
El camino que he recorrido durante este tiempo me ha enseñado demasiadas cosas, soy una mujer completamente distinta, una mujer que lucha por las cosas que cree, una mujer que defiende y pone al amor por sobre todas las cosas.
Aparco enfrente de mi casa, decido entrar y no solo para ayudar a mi mamá con las cosas que tiene que cargar en el carro, sino porque también quiero darle una oportunidad a mi papá, y debo admitir que no es tanto por mí, sino por él, creo firmemente que después de que su terquedad deje de atormentarlo se dará cuenta del momento tan importante que dejó ir, la única posibilidad que tenía para llevar a una hija al altar se le está esfumando delante de sus ojos.
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Nuestra historia. Armando y Betty.
RomansaCuando Armando decide dejar de insistir con Betty y salir de ecomoda, ella en ese instante de duda reacciona y toma la decisión de luchar por su amor. Ésto sucede antes de que Marcela hable con Betty, siempre pensé que Armando se merecía que Betty p...