Capítulo 32

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Pov Beatriz

No puedo creer que ya estemos en el avión de regreso a Bogotá, hace tan solo unas horas tenía el mar a mis pies, ahora está a kilómetros debajo de nosotros, la fiesta y el fin de semana terminaron de la mejor manera, todavía me cuesta creer como Armando logró manejar los celos que indudablemente siente por Michel, pudo dejar de lado todo lo que había ocurrido entre nosotros y no solo me sorprendió a mí, Cata también lo notó, se dio cuenta del gran esfuerzo que hacía para que la velada fuera especial para ambas.

Todavía no logro comprender cual es la fuerza o el poder que tiene Armando para hacerme hacer cosas que jamás pensé que haría, esa necesidad imperiosa que nos lleva a cometer tantas locuras solo para sentirnos cerca de nuevo, correr hasta el carro para hacer el amor como adolescentes me hace sentir tan viva, tan feliz.

Me encuentro bastante abstraída durante el vuelo, no solo por dejar atrás este lugar tan especial sino por lo que tengo que enfrenar dentro de apenas unas horas, quisiera no tener que volver por mis cosas, desearía tener más tiempo antes de enfrentarme nuevamente a mi papá, pero no tengo opción, mi mamá desea regresar a su casa y no voy a dejar que lo haga sola, quiero acompañarla, estar allí para ella, ocurra lo que ocurra.

- ¿En qué piensas mi amor? - con una caricia me saca de mis pensamientos.

-En que hubiera querido quedarme en Cartagena, en que no quiero ni pensar en enfrentarme a mi papá ahora, después de tantos días felices- la realidad me golpea.

-Puedes no hacerlo.

-Necesito recoger mis cosas, mi ropa, lo más esencial.

-Compramos ropa nueva- siempre dispuesto a encontrar una solución a mis problemas.

-No es solo por eso, quiero acompañar a mi mamá y quedarme tranquila de dejarla allí.

-Sabes que no tiene que quedarse allí si no quiere, pueden quedarse ambas conmigo- como no derretirme de amor ante estas demostraciones.

-Lo se mi amor, gracias por eso, pero sabes que ella quiere volver a su casa, con sus cosas y espera que mi papá haya recapacitado.

-Yo las acompaño Betty- totalmente decidido.

-No creo que sea buena idea, lo mejor será que nos dejes allá, cuando haya terminado le pido a Nicolas que me lleve hasta tu apartamento, tengo que hablar con él y contarle todo lo que pasó- pobre Nicolás, me he olvidado de él por completo.

-Como quieras mi amor, pero no sé si es buena idea que estén solas con Don Hermes- sé que tiene miedo.

-No te preocupes, no creo que vuelva atreverse a levantarme la mano y te juro que si llega a intentarlo no se lo permitiré- de eso estoy completamente segura.

-Lamento mucho que tengas que pasar por todo esto- acaricia mi brazo mientras me besa el hombro, realmente me hace sentir la mujer más amada del mundo.

-Me duele que todo haya salido así, pero fue su elección, no voy hacerme cargo de sus decisiones.

-Tienes razón mi amor, Betty, todavía no puedo creer que a partir de hoy viviremos juntos- su sonrisa me demuestra que está igual o más emocionado que yo.

-Espero no molestarlo demasiado Doctor.

-Ay Doctora, lo único que quiero es que usted me moleste, que me destape por las noches, que deje la ropa regada por toda la habitación, que ponga la música que odio, que bote la toalla por cualquier lugar, pero por favor, prométame que va a hacerlo por el resto de mi vida.

-Para siempre mi amor, será para siempre- me recuesto en su pecho como buscando todo el amor y la energía que voy a necesitar para enfrentarme a lo que viene.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora