Capítulo 7

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Capítulo 7

- ¡Hasta que se apareció la señorita!, ¿cómo es eso que anda a estas horas saliendo con amiguitas?, no parecen muy decentes sus amigas- dice mi papá asomándose por las escaleras.

- Ay papá apenas pasan de medianoche, no soy una niña, ya soy adulta, sé cómo manejarme- apenas me impongo a mi papá por primera vez pero quiero que comience a darse cuenta de que las cosas van a cambiar.

- Mientras viva en esta casa señorita se debe atener a las reglas que impongo yo- estoy a punto de sacar todo lo que tengo dentro y quiero decirle pero interviene mi mamá.

- Don Hermes, ya deje a la niña que mañana tiene que madrugar, venga mija pase a su habitación que es hora de dormir.

Subo hasta mi habitación y como lo esperaba mi mamá se mete conmigo, está tan ansiosa por que le cuente lo que pasó, ella siempre ha estado a mi lado, hasta cuándo me sentía morir, entiendo y quiero que también esté presente en los momentos felices.

Le detallo a grandes rasgos como nos reconciliamos, como doña Marcela ha aceptado nuestra relación y como Armando me pidió que fuera su novia.

- Mamita de verdad que estoy feliz por ustedes, pero ¿cuándo se lo va a decir a su papá?, no sé si le va a gustar la idea.

- Mire mamá, yo creo que los dos hemos sufrido demasiado en nuestra relación, yo no voy a dejar que personas ajenas a ella tomen el control. Entiendo que mi papá pueda sentirse asustado o desconfiado pero va a tener que comprender que soy una adulta, mamá tengo casi 30 años, no puede seguir actuando como si tuviera 15 y yo tampoco quiero seguir viviendo de esa forma.

- La entiendo mija, sabe que yo estoy de su lado, que quiero lo mejor para usted, sé que su papá es un cansón pero él lo hace pensando en que es lo mejor para usted.

- Si mamá lo sé pero hay momentos en que a duras penas logro mantener el control, mamá tengo que pedirle un favor muy grande- le digo casi en tono de súplica, después de tanto tiempo siéndole indiferente a Armando deseo darle un fin de semana entero de atención.

- Diga mijita que necesita.

- Mire mamá, usted sabe que con Armando no hemos podido disfrutar de pasar tiempo juntos, antes porque bueno... lo nuestro era clandestino... - me da mucha vergüenza decirle esto a mi mamá pero necesito que comprenda y me ayude- y ahora en la empresa son escasos los momentos que podemos disfrutar de la presencia del otro, quiero pasar este fin de semana con él, no se tal vez hacer algún viaje corto, tengo pensado decirle a mi papá que es por trabajo, le pido que solo me ayude esta vez, cuando él sepa de nuestra relación veremos cómo hacemos para poder pasar tiempo juntos fuera de las citas de sillón que seguro quiera imponernos - digo todo a gran velocidad, queriendo que ese momento incómodo pasee lo más rápido.

- Betica usted sabe que yo confío en sus decisiones, como le dije hoy por teléfono, quiero de verdad que disfrute y sea muy feliz después de tanto dolor, cuente conmigo y dígame ¿dónde la va a llevar el Dr.?

- Gracias mamá, me alegra mucho tenerla de nuestro lado. Armando todavía no sabe nada mamá, quería hablar con usted primero. Mañana le voy a dar la sorpresa.

- Bueno mamita, descanse un poco que mañana tiene que madrugar.

Me encuentro tan agotada, pero excitada a la vez, podría dormir por días enteros o salir corriendo por la misma cantidad de tiempo. Ha Sido un día extremadamente largo, he recorrido un camino por un amplio espectro de emociones, desde la desolación absoluta hasta la plenitud extrema.

Mi celular me saca de mis pensamientos, un mensaje de texto de él

"Te amo sin saber cómo, ni cuando, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no se amar de otra manera"

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora