Capítulo 30

1.2K 90 35
                                    

Pov Armando

Cuando Betty me perdonó creí que jamás volvería a sentir tanta felicidad en mi vida, pero es un récord que solo ella puede superar, me atreví a confesarle mi mas grande deseo, el tenerla a mi lado para siempre, el poder compartir cada segundo de mi vida con ella, pude al fin sacar de mi pecho lo que tenía guardado desde hace tanto tiempo.

Sé que se sorprendió cuando le confesé que deseaba proponerle matrimonio el día de la junta, tal vez sea un poco difícil de creer, pero es un secreto que llevo en mi corazón por demasiado tiempo.

Por fin había decidido poner en orden mi vida, quería que nuestra felicidad estuviera por encima de todas las cosas, por encima de la empresa, de los deseos de mis padres, de sus padres y de cualquier otra persona que no entendiera lo que estábamos viviendo, pero me estrelle contra el mundo, mas que el mundo contra las consecuencias de todas las malas decisiones que había tomado.

Me odiaba por haber perdido todo, pero lo necesitaba, tenía que comprenderlo, aunque sea de esa forma, tenía que atravesar por todo eso para convertirme en un mejor hombre, yo solo deseo ser un mejor hombre para ella.

Desde ese momento sé lo que significa perder a Betty y es algo por lo que no voy a volver a pasar, solo hasta que Dios decida llevarse a alguno de los dos con él, si amarla tan profundamente como lo hice logró dar vuelta mi vida, perderla solo hizo que deseara que mi vida se acabara, tal vez suene un poco exagerado, pero no quería una vida sin ella, sin nuestra casa, sin nuestros hijos, era lo único que deseaba y había desaparecido en un instante, supongo que hubiera pasado tarde o temprano, había decido proponerle matrimonio después de confesarme, ilusamente soñé que ella me comprendería y me perdonaría al instante, pero creo que era demasiado idílico, podrían haber pasado mil cosas antes que esa, creo que la distancia y el tiempo que nos separaron después de la junta, nos preparó para poder enfrentarnos a nuestra historia otra vez.

Nuestra historia, lo único que quiero es que mi vida continúe unida a la de Betty para siempre, por fin logro comprender el verdadero significado del matrimonio, con Marcela no era más que una consecuencia después de tantos años de relación, el paso que la sociedad espera que uno de, no deseaba casarme con ella pero tampoco me molestaba demasiado hacerlo, suponía que era solo un cambio en la manera de llamar a nuestra relación, ser esposos en vez de novios.

Siempre pensé que una relación monógama no era para mí, que estaba más allá de eso, que el romance y el amor era algo que no iba a sentir, pero aquí estoy, muriendo porque Betty acepte mi propuesta, deseando con locura que extienda su mano para recibir el anillo que con tanta ilusión me dediqué a elegir.

Cuando entré en la joyería quería encontrar algo diferente, algo especial para Betty, se que se merece el anillo mas grande y mas valioso que pudiera encontrar, pero ella no es así, cuando vi esa pequeña flor supe que era el indicado, un anillo tan delicado que se vería hermoso en la mano de mi Betty, apenas lo vi entendí que Betty era como esa pequeña flor, mucho tiempo tuvo que pasar oculta, encerrada en si misma, solo dejaba ver su exterior, esa capa externa que la ayudaba a ocultar su verdadero ser, pero que al fin pudo dejar salir, una mujer fuerte, una profesional que demuestra día a día lo preparada que está, una mujer hermosa que me derrite cada vez que me mira, la persona con la sonrisa mas bella del mundo, la que me enseñó a amar, la que me entregó su corazón sin pedir nada a cambio.

Soy el hombre mas feliz de la tierra, mi vida ha cambiado por completo, soy tan afortunado por tenerla a mi lado, es mi mejor amiga, es mi novia y pronto será mi esposa, y como si eso no fuera suficiente ha aceptado mudarse conmigo, tiene tantas ganas como yo de comenzar nuestra vida juntos, es una mujer cada día mas segura, está dispuesta a enfrentarse a lo que sea por defender nuestra relación, me vuelve loco, me encanta en lo que nos hemos convertido.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora