Capítulo 9

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Pov Beatriz

No sé si alguna vez él podrá comprender lo importante que es para mí poder conocer su apartamento, y no solo eso, sino convivir con él, poder verlo fuera de la oficina, ver los libros que lee, su música favorita, hay tantas cosas que desconocemos del otro que me pone muy ansiosa y alerta para poder absorber todos esos conocimientos.

Tengo muy en claro que también voy a conocer su cama, esa es una de las principales cosas que me abstrajo en el viaje, si, hemos tenido intimidad antes, pero fue hace tanto, y hoy quiero demostrarle que yo también lo deseo, que me muero por que me haga el amor, sé que voy a morirme de vergüenza, pero quiero entregarme completa, ya le entregué mi alma, quiero entregarle mi cuerpo.

Después de un rápido viaje en el ascensor, me conduce hasta el interior del apartamento, aún seguimos tomados de la mano.

- Bienvenida mi amor.

- Es muy bonita su casa- digo bastante nerviosa, nota que estoy algo tensa.

- Déjeme darle un recorrido, por aquí está la sala, pasando a su derecha el comedor y la cocina, por ese pasillo se llegan a un par de habitaciones de invitados y esa puerta que está ahí es mi cuarto, pero no la voy a abrir hasta que ordene un poco.

- Armando de verdad, no es necesario que se ponga a ordenar nada, no estoy haciendo una inspección jojojo además si me deja yo puedo ayudar.

- Está bien, acepto su ayuda pero primero póngase cómoda, mientras yo preparo un café, después organizamos el caos de mi habitación- me ayuda a sacarme la chaqueta de mi traje, me da un pequeño beso mientras se dirige a la cocina despojándose de su saco y corbata, abriendo un poco su camisa, me ilusiona demasiado imaginarme la dinámica de hogar que podríamos tener.

Miro sus libros, hay varios de Neruda, los que contienen los poemas que compartimos anoche. Una variedad enorme, pasando por todos los géneros, no tanto como la música, dónde la mayoría de los discos son de jazz, blues y algo de rock.

-¿Quiere poner algo de música mi vida? - escucho que me dice de la cocina.
Tenemos varios discos en común, pero busco mi favorito de Miles Davis.

- Betty ¿enserio le gusta el jazz?- dice mientras trae los cafés a la mesa de centro.

- Creo que tenemos muchos gustos es común, este disco es uno de mis favoritos y veo que compartimos autores literarios también, como Neruda- digo recordando los pedacitos de poemas que nos enviamos.

-Esa es una de las cosas que no voy a poder perdonarme, el no haberme dado el tiempo suficiente para poder disfrutar de usted, conocerla, saber cuáles son sus pasatiempos, que libros lee, que escucha- dice con los ojos nublados por las lágrimas mientras se sienta en el sofá.

Estaba tratando de no hablar del tema, pero creo que es necesario para él sacar todo lo que tiene dentro y sobre todo poder perdonarse.

- Armando, por favor no se siga atormentando.

- De verdad yo no entiendo cómo usted fue capaz de perdonarme, yo con solo recordar el sufrimiento que le causé se me estruja el corazón, sé que jamás podré perdonarme mi mismo por todo lo que le hice.

- A diferencia de usted yo no estaba sola, de haberlo estado seguramente me hubiera hundido en la oscuridad del dolor, pero Doña Catalina estuvo a mi lado, y fue ella quien me acompañó en el viaje al perdón, junto a ella pude reflexionar sobre todo lo que nos había pasado, lo que nos habíamos dado, amor y dolor pero sobre todo amor, Armando, yo pude darle las gracias por todo el amor que me dió, y en nombre de él, perdonarlo. Estoy aquí, a su lado, porque el amor que nos unió fue verdadero, usted se equivocó, pero a pesar de eso me dió los momentos más lindos de mi vida, yo me sentía amada, cuidada, deseada, nunca había tenido eso.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora