Capítulo 28

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Pov Beatriz

Subimos al carro y después de unos 20 minutos llegamos a una especie de puerto en donde hay un montón de botes encallados, desde pequeños veleros hasta yates mas grandes de los que alguna vez imaginé. Me toma de la mano y recorremos varios muelles hasta llegar a nuestro destino, una lancha pequeña pero bastante lujosa espera por nosotros. Mi vida siempre fue tan sencilla y humilde que todas estas cosas que veo junto a Armando me sorprendern mucho.

-Nuestra aventura comienza aquí, ¿Me acompaña Doctora?

-Lo seguiría al fin del mundo Doctor- y no es una forma de decir, no son simples palabras que salen de mi boca, estoy segura que lo quiero a mi lado el resto de mi vida y se que, si en algún momento tuviera que seguirlo a cualquier parte del mundo lo haría, quiero ser su compañera, la mujer que esté a su lado a cada paso.

-Venga mi vida, despacio- subimos y nos dirigimos al frente, hay lugar para sentarse cómodos y observar el paisaje mientras se navega.

Nos sentamos bien pegaditos, me abraza por las espala rodeándome con sus brazos mientras miramos hacia el horizonte, apoya su cabeza en mi hombro, siento que no puede ser más perfecto, tenerlo a mi lado es lo único que necesito para ser feliz, es como si pudiera vivir solo de su cercanía, como si me alimentara por el roce de su piel, como si solo pudiera vivir respirando el aire que él exhala.

Nos adentramos hacia el mar, no logro ver a dónde nos dirigimos, no hay nada en el horizonte, solo el mar azul.

-¿Puedo saber dónde vamos?- de verdad que estoy muy intrigada.

-No puede mi amor, hoy es un día para disfrutar juntos y quiero que todo sea sorpresa- llena de besos mi mejilla.

-Adoro las sorpresas- siempre me encantaron.

-A mí no me gustan para nada.

- ¿De verdad? Tengo recuerdos bonitos, nunca recibí regalos caros en mis cumpleaños o navidad pero mi mamá siempre se las arreglaba para que cada regalo sea especial, a veces los escondía por la casa y luego me daba pistas para que lo encontrara, cuando no tenía dinero para comprarme algo material me regalaba un día completo con ella para hacer lo que quiera, salíamos a pasear, llevábamos el almuerzo para hacer un picnic en cualquier lugar y eso me encantaba, prefería tenerla conmigo todo un día en vez de cualquier regalo, supongo que asocio las sorpresas a esos recuerdos felices.

-Es muy lindo eso Betty, me alegra que hayas tenido esos momentos con tu mamá, en cambio yo las asocio a cumpleaños sorpresa en donde tenia miles de regalos caros pero no tenía ningún amigo de verdad, en donde las fiestas eran un evento social pero no había nadie con quien pudiera tener una conversación sincera, una sola vez me atreví a pedir algo diferente y lo único que conseguí fue un ataque de nervios de mi mamá por despreciar su esfuerzo y obviamente con Marcela las cosas no cambiaron, ella quería las mismas cosas que mi mamá y al final no teníamos nada en común, no podíamos disfrutar casi nada juntos.

-Ambos hemos pasado por momentos dolorosos, que nos dañaron profundamente, pero que hoy nos hacer ser como somos, ¿no te ilusiona pensar en de ahora en adelante vamos a poder disfrutar de lo que deseemos juntos?,¿qué vamos a tomar nuestras propias decisiones? Me encanta pasar tiempo contigo y sé que muchas veces vamos a pensar diferente, pero tenerte a mi lado hace que el mundo doloroso que me rechazo se convierta en el lugar perfecto para vivir contigo.

-Betty, eres tu la que convierte este mundo en un lugar perfecto, eres una mujer tan maravillosa, te amo tanto mi vida- me acaricia con tanto amor que me hace temblar.

Despúes de unos minutos de viaje comienzo a vislumbrar una pequeña isla, no puedo creer lo que ven mis ojos, el bote nos deja en una playa que solo había vistos en revistas o en televisión, la arena blanca y el agua mas azul que el cielo, las palmeras hacen que el lugar sea perfecto.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora