Capítulo 29

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Pov Beatriz

¿Durante cuanto tiempo había soñado con este momento?

La respuesta es muy obvia, desde que lo conocí, desde aquel primer día en que lo vi, desde el instante en que su loción se convirtió en una adicción, desde que mi felicidad llegaba solo cuando lo escuchaba a través de la puerta, cuando lo único que deseaba era tener contacto con su cuerpo, aunque sea por accidente, cuando hubiera dado todo lo que tenia por sentir sus labios en los míos por un segundo.

Cuando al fin mi sueño se cumplió, cuando supe lo que se sentía estar entre sus brazos, cuando mi cuerpo experimentó las infinitas sensaciones cuando hacíamos el amor supe que convertirme en su esposa era el deseo mas grande que alguna vez había tenido y no porque deseara una enorme boda con un hombre de la alta sociedad o por convertirme en la Sra. Mendoza sino porque quería demostrarle que estaba dispuesta a estar a su lado por el resto de mi vida, que aunque el mundo se cayera a pedazos siempre nos tendríamos el uno al otro, que el amor que guardo en mi corazón no hace más que desbordarse, crece día a día y estoy segura que una vida es demasiado corta para amarlo como lo hago.

Cuando descubrí la carta y todo el engaño detrás pensé que todas mis fantasías desaparecerían como por arte de magia, pero no fue así, dolorosamente no pasó, me odiaba por eso, me odiaba por dejar que al amor que sentía por él continuara manejando mis deseos mas ocultos a su antojo, durante el día quería odiarlo, quería que se fuera de mi corazón para siempre, por las noches me vestía de blanco y caminaba hacia el altar, lo veía allí, esperando por mí, sonriendo, mirándome con los ojos llenos de felicidad, sonriendo como lo hace ahora mientras sostiene en sus manos un anillo precioso después de abrir su corazón y dedicarme las palabras mas hermosas.

Lo había comprado hace tanto tiempo, estaba dispuesto a enfrentarse al mundo entero solo por tenerme en sus brazos, en su vida. Esperó por mí, deseaba lo mismo que yo desde hace mucho tiempo y yo  no lo sabía, me amó en silencio, en la oscuridad en la que se transformó su vida despúes que me alejé, daría todo por volver atrás, por tener la oportunidad de calmar su dolor en el instante en el que comenzó.

-Armando, mi amor, lo único que deseo es compartir el resto de mi vida contigo, te amo más que a nada en el mundo y quiero ser tu esposa para siempre- digo entre lágrimas mientas extiendo mi mano para que con delicados movimientos mi futuro esposo ponga el anillo en su lugar.

-Te juro Betty que voy a hacer que cada día de nuestra vida esté lleno de amor, me haces tan feliz- nos perdemos en un abrazo con el que tratamos de transmitirnos las sensaciones increíbles que ambos sentimos.

-Yo quiero que seas el esposo mas feliz del mundo, no puedo creerlo, ¡voy a ser tu esposa! – creo que tardaré días en poder creer que esto es real.

-No podía esperar Betty, me hace mucha ilusión, esperé demasiado tiempo por esto- jamás lo había visto tan emocionado.

-¿De verdad ibas a proponerme matrimonio después de la junta? – es lo que mas me sorprendió de su confesión, no puedo creer que quiere casarse conmigo desde hace tanto tiempo.

-Si Betty, estaba feliz, por fin había podido hacerme cargo de lo que sentía, al final las cosas no salieron como pensaba, pero estamos aquí, hemos llegado al momento que tanto deseaba, tal vez es muy apresurado, pero quiero que sepas que iremos a tu ritmo, podemos planificar la boda para dentro de un mes o dentro de un año, una boda sencilla o una enorme, lo que tu quieras en el tiempo que desees- nunca dejará que sus deseos se interpongan a los míos.

-Me quedo con la boda sencilla, pero creo que un mes no es el tiempo adecuado- le digo bastante seria.

-No te preocupes mi amor, se que es demasiado apresurado- creo que no entendió.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora