Capítulo 23

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Pov Beatriz

Al fin todo va encontrando el cause correcto, hoy ha sido un día complicado, pero a la vez con grandes
demostraciones de amor.
Al fin Armando pudo ver de lo que es capaz una madre por amor, soy completamente consciente que lo que hizo en la junta fue por él, pero supongo que también pudo al fin darse cuenta que nuestro amor es más profundo de lo que creía, que toda nuestra historia nos hizo más fuertes y sobre todo felices.

Armando ha dejado la oscuridad que lo acompañaba, hoy ilumina con su sonrisa a todos los que lo rodean, refleja por fuera todo lo que siente en su interior con tanta claridad que me derrite de amor.

Él también me ha hecho una gran demostración de amor al apoyar a Nicolás, que a pesar de todo lo sucedido entre ellos pueda retribuirle todo el apoyo que nos dio en la empresa me enorgullece.
Que quiera retribuirle de alguna manera el apoyo que siempre me dió a mí me hace sentir muy bendecida, sé que a pesar de haberse sentido inseguro por nuestra amistad también está agradecido porque jamás me dejo sola, porque en los momentos mas oscuros de mi vida él me acompaño con la amistad más pura y fiel que alguien puede ofrecer.

El almuerzo resultó ser muy agradable y relajado, hasta cuando Armando me dejó a solas con sus papás para atender unas llamadas me sentí realmente cómoda, solo deseo que continuemos así, que la vida nos depare más momentos como éstos.

-Armando ¿dónde vamos?- hace minutos salimos del restaurant y vamos en dirección opuesta a su apartamento.

-Es una sorpresa mi amor, necesitamos relajarnos, usted póngase cómoda que no tardamos en llegar.

Como un oasis en medio de la ciudad llegamos a un hermoso hotel, la decoración de su interior te transporta a una playa tropical.

La habitación es enorme, fuera una pequeña piscina simulando una playa paradisíaca

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La habitación es enorme, fuera una pequeña piscina simulando una playa paradisíaca. El lugar está lleno de espacio para recostarse y disfrutar del ambiente.

- Esto es precioso Armando- nunca había estado en un lugar así.

- Si Betty, quiero que empecemos a disfrutar de muchos momentos así.

- Lo único que lamento es no poder meternos a la piscina.

-¿Por qué no?

-Es que hace un poco de frío, además no tengo traje de baño.

- No se preocupe mi amor, la piscina es climatizada, el agua debe estar deliciosa, y no se preocupe que usted es portadora del mejor traje de baño, solo necesitamos desacernos de algunas prendas en el camino- cuando finalizó de decirme esto mi chaqueta había ido a parar a metros de nosostros, de a poco fue desprendiendo cada uno de los botones de mi camisa, besando cada espacio de piel que comenzaba a verse, sentir sus grandes manos acariciando mi abdomen, mi cintura, es simplemente enloquecedor.

Después de desabrochar mis brasier se dedicó ha devorar mis pechos, la forma en que su lengua acariciaba mi pezón me volvía loca, necesitaba tocarlo, sentir en mis manos su piel suave pero ya llegaría mi turno, continuó con la tarea de desprender mi falda, arrodillándose en el piso logro realizar la tarea con mayor éxito, junto a la falda cayeron mis bragas.

Sus manos se movían en todas las direcciones,desde mi trasero a mis pies, desde mis rodillas a mi abdomen. Sentía cosquilleos por todo mi cuerpo pero nada comparado a lo que sentía en mi intimidad, tener su boca en frente de mi paraíso solo me despertaba, necesitaba sentir su boca, su lengua allí y ahora.

Tomé sus cabellos y acerqué su cara a mi pubis, invitándolo a detenerse por unos momentos en ese lugar.

En el instante que sentí su lengua en mi clítoris solo pude exalar gemidos. Mi respiración era cada vez más agitada, lo que preduce en mi cuerpo su cercanía es difícil de comprender, su lengua comenzó a aumentar el ritmo mientras suavemente introducia un dedo dentro de mi, con su otra mano se aferraba a mis pechos, dando pequeños pellizcos a mis pezones, no imaginaba que quello pudiera darme tanto placer.

-Ha Armando- el orgasmo no tardó en llegar, junto a él los temblores en mis piernas, trataba de mantenerme en pie mientras mi cuerpo temblaba por completo.

-Ven mi amor- mientras se incorporaba me tomo en sus brazos dejándome caer en un sillón, desde allí pude ver al hombre más sexy desnudandose para mí, contemplar su cuerpo perfecto completamente desnudo era demasiado excitante, poco a poco fuimos entrando en la piscina, el agua estaba realmente deliciosa pero los besos que aún repartía por mi cuello era lo que más disfrutaba.

El agua nos llegaba al pecho por lo que tenía un buen acceso a su cuello, mientras pasaba mi lengua desde las clavículas a su oreja mis manos se ocupaban de acariciar su virilidad, no sabía si iba a gustarle pero decidí acariciar suavemente sus testículos, el gemido fue tan sonoro que me excitó a un más, solo deseaba volver a sentirlo en mi boca, tomé una bocanada de aire y despareci bajo el agua, con mis manos me aferre a sus piernas, mi boca debería encargarse de todo el trabajo, de una sola vez mi boca se apoderó de su pene, lo saboreaba con deleite, tenía que aprovechar los segundos que podría estar allí abajo, mi lengua se enroscaba a su alrededor.

La falta de aire me impidió continuar, apenas salí del agua pude ver su cara como en total trance.

-¿Te gusta?

- Haa Betty

-Dime si te gusta Armando.

-Me encanta, Betty me matas de placer.

Otra bocanada de aire y volví a bajar, pero esta vez para saborear sus testículos, su textura era diferente y podía notar como se endurecían con cada paso de mi lengua, volvi a su pene  para succionar su punta repetidas veces hasta que sentí sus manos guiándome a la superficie.

-Nadie me hizo sentir nunca lo que me haces sentir tú.

Envolví mis piernas en él, necesitaba sentirlo muy cerca, con su mano guío su pene hasta estar completamente dentro de mi, con sus manos en mis nalgas me hacía subir y bajar suavemente pero ambos necesitábamos más, el agua suavizaba demasiado las embestidas, me solté de su abrazo mientras me miraba sin comprender, lo tome de la mano y lo llevé al borde de la piscina donde se simulaba la orilla de una playa.

Le indique que se tumbara para colocarme a horcajadas sobre él, de esa forma pude embestirlo como nunca lo había hecho, me deje llevar por completo, sus manos se apoderaban de mi pecho mientras yo subía y bajaba sin parar, mi cabello completamente mojado caía a mi alrededor, cuando sentí sus manos tomarme de los glúteos pude notar que estaba a punto de llegar.

- Ha Betty, no aguanto más.

- haa Armando te amo-

Permanecimos unos minutos más en la misma posición, habíamos quedado exaustos pero el frío comenzaba a sentirse.

Con mucha delicadeza Armando me ayudó a reincorporarme y en sus brazos me llevó hasta la cama, apenas nos cubrimos con la manta y nos abrazamos caímos rendidos por el cansancio.


Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora