Capítulo 18

1.2K 102 18
                                    

Pov Beatriz

No podía creer lo que habíamos hecho en el carro, jamás imagine que algo así me ocurriría, que alguien lograra hacerme perder la cabeza con tan solo un roce, Armando sabe como complacerme y se dedica a hacerme gozar sin ni siquiera pensar en sus necesidades, muchas veces quisiera poder tener más experiencia para devolverle a él aunque sea una minina parte de lo que me da, tal vez solo tenga que dejar mi vergüenza de lado y atreverme a seguir mis instintos mas primitivos, darle paso a aquellos pensamientos que surgen cuando solo me gobierna el placer.

Entramos al apartamento en tiempo récord, haber pasado tantos días sin intimidad nos convertía en dos lobos hambrientos, apenas atravesamos las puertas de entrada sentí las urgentes manos de Armando que me acariciaban con desesperación, en tan solo unos segundos estábamos en la habitación, me había desvestido con mucha habilidad pero él todavía seguía completamente vestido, apenas me depositó en la cama se paró al lado para comenzar a desvestirse él mismo, me incorporé de rodillas en la cama quedando frente a él.

-Déjame hacerlo a mí- impuse con total firmeza mientras sus ojos se oscurecían de deseo, jamás había desnudado a ningún hombre ni le había hablado de esa manera, pero controlar la situación tal vez sea algo que pueda gustarme, tenerlo a mi merced me excita demasiado.

Empujé su saco para que cayera por su propio peso, continue aflojando el nudo de su corbata mientras sentía su mirada clavada en mí, desprendí uno a uno los botones de su camisa mientras dejaba besos húmedos en su piel, al llegar al borde de su pantalón tiré la camisa fuera para quitarla por completo, por un momento dudé si realmente estaba haciendo bien las cosas, si mis acciones podían hacer que Armando sintiera lo que me hace sentir a mí, solo cuando comencé a desabrochar su cinturón y pude observar cómo gemía, mientras llevaba su cabeza hacia atrás me di cuenta que iba por buen camino, terminé de desabotonar el pantalón para que cayera a sus pies. Su erección era muy notoria, el bóxer negro que tenía puesto estaba a punto de estallar, por un momento me detuve, miré hacia arriba, lo vi observándome con un gesto de placer que jamás había visto.

-¿Quiere que continúe mi vida?- siempre está dispuesto a evitarme momentos de incomodidad pero no estoy incomoda, deseo mucho hacerlo, solo necesito correr de aquí a la Betty tímida por unos minutos.

-Doctor, déjeme terminar con lo que estoy haciendo, no se atreva a desobedecerme- Armando solo puede asentir sin articular una sola palabra.

Tomo los bordes del bóxer por su cadera bajándolo hasta que pueden caer por sí mismos, ¿y ahora qué? Tengo su virilidad en todo su esplendor frente a mí, solo lo había tocado un par de veces, pero no sé cuáles son los movimientos correctos para que sienta placer, comienzo a acariciarlo suavemente mientras exhala un gemido que inunda la habitación, Armando toma mi mano con la suya para que la coloque abarcándolo,comenzando a hacer movimientos de arriba abajo, me suelta luego de que aprendo cual es la velocidad que desea y deja que continúe sola, decido cambiar de posición para poder acercarme más, me siento en la cama, ahora tengo su miembro enfrente de mi cara, solo se me ocurre hacer una cosa, probarlo, acerco mi boca a la punta, saco la lengua y comienzo a rodearlo en ambas direcciones.

-Mmm Betty vas a matarme-dice casi sollozando.

La confirmación que esperaba, no se cómo, pero hacerlo gozar de esa forma me excita tanto que deseo darle más, de a poco lo voy introduciendo en mi boca hasta llegar a lo máximo que puedo soportar, aprieto mis labios y comienzo a hacer los mismos movimientos que me demostró con su mano.

-Betty para, para por favor, no puedo aguantar más- dice mientras me toma de las axilas y me acerca a su cara para comerme la boca a besos, me coloca en la cama y comienza un recorrido de besos desde mi boca a mis pies.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora