Capítulo 21

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Pov Beatriz.

Trato de poner la mejor cara que me sale para entrar a mi casa, intento esquivar a mi mamá, pero seguro se dio cuenta que no estoy bien, también esquivo los halagos de mi papá por llegar temprano a mi casa. Subo a mi cuarto y al fin puedo liberar el llanto que tengo atravesado en el pecho.

Sé que no está bien escaparme de las situaciones que me duelen, ya había aprendido esa lección, pero jamás me esperé este reclamo de su parte, después de todo lo que hemos pasado, ¿cómo puede llegar a pensar que lo engañaría?, se también que lo hizo en un ataque de locura, que no alcanzó ni siquiera a pensar en lo que me estaba diciendo, pero yo no merezco ese trato. Su relación con Doña Marcela ha dejado marcas profundas, tantas discusiones, tantos celos y despechos hacen que hoy sea yo la que pague las consecuencias.

Estoy segura que quedarme y aclararle todo hubiera sido lo mejor, pero jamás he sabido cómo comportarme en discusiones, nunca sé que decir, solo se hacerme pequeñita y desaparecer, recién a esta altura de mi vida estoy comenzando a imponerme a los demás, pero con él no puedo, me duele verlo tan enfadado, me duele que sufra, pero no puedo enfrentarme a él en esas condiciones.

Llega un mensaje de texto, suponiendo de quien es.

-Te amo.

-Lo sé- estoy segura que me ama con toda su alma, pero su inseguridad hizo que en vez de pasar una tarde juntos, hoy estemos los dos desesperados por esta situación que nos desgarra el alma.

Esta noche va a ser terrible, mañana tengo que estar completamente despierta para enfrentarme a la junta, tengo que hacer cosas muy importantes antes de ella.

Como lo suponía no pude dormir casi nada, solo pensaba en escabullirme a la casa de Armando, pero esta situación me da una ventaja para lo que tengo que hacer a primera hora. Escucho que Nicolas ya llegó y está desayunando, me demoro un poco más en mi cuarto para bajar cuando haya terminado así salimos rápido, no tengo estómago para desayunar.

-Buenos días, vamos Nicolas que es tarde-digo apresuradamente.

-¿Mamita no va a desayunar?-pregunta mi mamá desde la cocina.

-No mamá, se nos hace tarde para ir a hacer unas gestiones, desayuno en la empresa no se preocupe.

Ya en el carro Nico se da cuenta de mi cara, las ojeras y mis ojos hinchados delatan el llanto de la noche.

- ¿Pasa algo Betty? debería estar contenta por lo que vamos a hacer.

-Si Nico, solo tuve una discusión con Armando, pero una tontería no se preocupe.

-Está bien, pero usted sabe que si el cabezón se manda otra yo no se la dejo pasar he.

-Ya se Nicolas con esos puños usted lo mata, gracias amigo, pero vamos que necesito hacer esto cuanto antes.

Después de una hora salimos de la cámara de comercio, al fin la pesadilla terminó, al fin la empresa no está más en mis manos, quería que esto fuera una sorpresa para Armando pero ahora se va a enterar en la junta y con todo lo que paso no sé cómo van a darse las cosas.

-Ay Betty al fin se acabó-Nicolas esta tan o más aliviado que yo.

-No sabe el peso que me saco de encima Nicolás, gracias a todo lo que usted hizo y de las ideas nuevas pudimos salir de esto mucho antes de lo pensado.

-¿Y el cabezón no lo sabe?

-No, quería que fuera una sorpresa, por cierto, Nico necesito pasar por otro lugar antes de ir al Banco Montreal.

-No hay problema Betty.

Allí estábamos, entrando a la enorme residencia de los Mendoza, necesito hacer esto, necesito hacerlo por él. Nicolás me espera en el carro. Me anuncio en la puerta y me acompañan al jardín donde Doña Margarita y Don Roberto desayunan.

Nuestra historia. Armando y Betty.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora