Capítulo Once.

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— No sé qué hacer Rose, mi corazón se alegra por saber que ese hombre no la violó pero es que esto no tendría que haber pasado, nada de esto.

— Yo creo que lo que tienes que hacer ahora es estar con ella, te va a necesitar.

— El solo saber que lo intentó y que seguramente de no haber sido porque llegamos a tiempo, la historia hoy sería otra... me tortura, Rose, además, sea como sea, la alcanzó a tocar y la violentó...ese golpe que tiene en su mejilla...

— ¿Cómo lo tomó?

— Agradece no acordarse de casi nada por ese medicamento que ese hombre le dio y lógico que la tranquilizó saber que no alcanzó a tener relaciones con ella, yo... no puedo permitir que se entere cómo la encontramos ni en qué condiciones, estaba pensando en no sé... tal vez pagar un psicólogo, no quiero que ella se guarde miedos o que siga creciendo con algún trauma o qué sé yo, yo no sé cómo manejar una situación así y me da miedo equivocarme.

Rose le sonrió a Adele quien le hablaba con una mirada llena de preocupación.

— Quién creería que esa niña sabelotodo que yo conocí hace tantos años y que sabía poco o nada de la vida, sería una madre tan impecable, son pocos los padres que consideran que sus hijos necesitan ayuda psicológica y más aún en estos casos, yo opino que eso lo debes hablar con Olivia y ver ella cómo se siente y tomar la decisión juntas.

— Sí...eso haré. — Dijo la rubia mirando el suelo del pasillo.

— Lamento mucho todas estas cosas, mi niña pero ya verás cómo todo va a estar bien.

— Yo lo lamento por ella, por Olivia, es la que ha pagado los platos rotos de todo.

Adele y Rose se dirigieron a firmar algunos papeles que hacían falta, allí fue donde se percató que no pudo firmar un par porque eso sólo podía hacer uno de los padres, Adele no tenía derechos legales sobre Olivia en ese sentido pues el proceso en la notaria no había finalizado por completo, tal vez esa fue una de las razones por las que suerte no estuvo de su lado cuando el juez decidió la custodia de Olivia. Pensó también en llamar a Simón a preguntarle dónde se había metido pero no lo hizo, sólo le mandó un mensaje de texto.

Por el contrario, llamó a Cate quien estaba en la cafetería consiguiendo algo de comer.

— Necesito que averigüemos qué pasó con el proceso en la notaria, después del divorcio nunca recibí ninguna otra notificación.

— Ehh, sí, déjame llamar a mi amigo en un minuto pero dime primero ¿dónde hay un baño? — Dijo Cate cruzando sus piernas y Adele soltó una carcajada.

— En la habitación de Olivia hay uno ¿cómo no lo viste? — Dijo entre risas mientras Cate salía corriendo al baño.

— A veces pareciera que tú eres la hermana mayor.

Dijo Rose y Adele rió mientras negaba con la cabeza viendo cómo Cate se perdía en el pasillo.

Cate entró con sigilo al ver que Olivia intentaba quedarse dormida.

Segundos después, alguien más llegó a la habitación.

— ¿Se puede? — Dijo Lizbeth desde la puerta abriéndola tan solo un poco encontrándose con la mirada de Olivia quien la miró asombrada.

— ¿Liz? Claro que sí, pasa. — Le dijo desperezándose un poco— Hace mucho tiempo no te veía, desde que te peleaste con mi mamá y Cate.

— Sí, ha pasado el tiempo y tú estás enorme, ahmm ¿cómo te sientes? — Dijo acercándose y poniendo una silla cerca de la camilla.

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