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Lilly, sintiendo la tensión en el ambiente, apretó la mano de su madre en busca de seguridad mientras el hombre hablaba. Observó a su madre con curiosidad cuando el hombre elogió el gusto de Adele por la decoración del hogar y comentó sobre su propia belleza. Los ojos de Adele, sin embargo, reflejaron una ira disimulada.

El hombre continuó, insensible a la incomodidad de la situación. "Es una niña muy linda," dijo mientras sonreía. "El problema entonces solamente era yo; alegabas problemas para tener hijos, pero mira, al parecer solo fueron excusas." Adele inhaló profundamente, luchando por mantener la calma frente a las palabras de su ex pareja. No quería que su hija presenciara una confrontación.

Lilly, siendo tan directa como solo un niño puede ser, de repente preguntó,

— ¿Por qué nunca antes habías venido si eres el papá de mi hermana? — El hombre se quedó sin palabras ante la pregunta directa de la niña, sin embargo, como siempre había sido su estilo, contraatacó.

— Olivia ni siquiera es tu hermana, niña.

— ¿Qué carajos has venido a hacer aquí? — Preguntó Adele con calma sintiendo la necesidad de interrumpir. — Han pasado diez años, maldita sea, ¿tanto se te dificultad dejarnos en paz? — Adele dio un paso al frente obligándolo a él a retroceder. Lilly asustada, intentó evitar que su madre se acercara sujetándola de su ropa.

En ese instante, Olivia apareció en escena. Su rostro se llenó de duda al notar el gesto de Lilly y al ver quién estaba en la puerta, en cuestión de segundos, palideció.

— Me enteré de que volviste y también me enteré de lo que te pasó ayer. ¿Podemos hablar? ¿Estás bien? — preguntó Simón.

Los recuerdos que se revivieron en su mente al escuchar la voz de su padre nuevamente, la hicieron actuar de forma impulsiva, con un movimiento rápido y decidido, Olivia cerró la puerta de un solo portazo, lo que provocó que Lilly soltara un pequeño grito. El ruido repentino resonó en la casa. Olivia y Adele cruzaron miradas, la joven se inclinó un poco para quedar a la misma altura de su hermana.

— Aquí no ha pasado nada, vale, ¿chiquita? — Olivia acarició el cabello rizado de Lilly.

"¡No me voy a ir hasta que no logremos hablar!"

— Joder, es que es lo último que me hacía falta en mi puta vida. — Pronunció Olivia furibunda. Caminó hasta la puerta y Adele se atravesó.

— No tienes que hacerlo si no quieres, podemos llamar a la policía y hacer que se vaya y...

— De nada va a servir porque no va a dejar de insistir. — Esquivó a Adele, abrió la puerta y salió de casa.

— Mamá... — Lilly llamó su atención. — ¿Por qué Olivia no quiere a su papá?

— A veces los adultos no hacemos las cosas bien y como te lo he dicho, todo tiene una consecuencia.

— ¿Por qué dijo que Olivia no es mi hermana? — Dijo con una mirada triste. Adele suspiró.

— Ven conmigo. — Adele se sentó en la sala de su casa con Lilly quien la miraba expectante. La rubia la miró a los ojos y sonrió de forma tierna. — No sé qué se te está pasando por esa cabecita pero es más simple de lo que te imaginas, Olivia es tu hermana, de eso no tengas dudas, es sólo que...tu vienes de aquí...— Adele sujetó la mano de Lilly y la puso sobre su vientre. — Y Liv viene de aquí. — Puso ambas manos en su pecho. — Y eso hay personas que no lo entienden.

— ¿Él no lo entiende? — Adele negó. — ¿Por qué?

— No lo sé, mi vida.

— Olivia no quiere mucho a su papá, pero él tampoco la quiere ¿no? 

Strangers By NatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora