Capítulo Dos.

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[Recuerdo]

[Narra Adele.]

Me pareció un buen gesto ayudarle con su hija, ha de ser complicado estudiar mientras eres papá o mamá, así que ¿por qué no? Jamás en mi vida había cuidado a una niña y menos a una tan pequeñita, Olivia tenía tan solo cuatro años pero a mí parecer, era muy pequeña para su edad o tal vez era porque yo soy bastante alta. Era la personita mas linda que alguna vez yo haya visto, muy simpática pero a la vez era bastante tímida, no era de hablar mucho en comparación a otros niños que a esa edad preguntan todo.

No sabía que haríamos durante cuatro horas, no tenía ni idea cómo entretenerla, quiero decir, no era que tuviera mucha experiencia o que haya tenido mucho tiempo para adquirirla, yo apenas tenía 21 años.

Decidí que era buena idea ir a dar una vuelta por el campus, me topé con varios amigos de otras clases los cuales me preguntaban asombrados si era mi hija.

— Vas a tener que responder tú por mí la próxima vez, ya estoy cansada de decir lo mismo. — Le dije a Olivia viéndola y ella solo me sonrió.

Me cansé de caminar y me senté con ella en el pasto pero a ella pareció que no le agradó la idea porque inmediatamente hizo mal gesto.

— ¿Todo bien señorita Adkins?

Preguntó uno de mis maestros.

— Sí, estoy conociéndome con una nueva amiga como ve y me acabo de enterar que no le gusta el pasto. — Dije y mi profesor sonrió.

— En la facultad de artes, los estudiantes de pedagogía infantil tienen una especie de mini guardería y tienen juegos qué tal vez te puedan servir ¿es tu hija?

— Muchas gracias profe y no, es hija de un compañero, la estoy cuidando mientras él asiste a una clase. — Al mirar a Olivia la noté algo cabizbaja.

— Bueno, debo ir a dictar una clase, nos vemos luego, recuerda que esta semana tienes rotación en Neurología.

— Como voy a olvidarlo, que tenga un buen día profe y de nuevo, muchas gracias.

Me senté en unas sillas que vi cerca y la subí a ella a la mesa para que quedara a mi altura.

— ¿Estás aburrida? — Ella negó. — ¿Quieres que hagamos algo más? — Ella asintió. — Ya sé.

En mi bolso tenía una caja de colores que siempre llevaba a mis clases de anatomía, saqué una hoja y se la di para que dibujara, ella aplaudió emocionada con sus pequeñas manos y comenzó a dibujar, mientras ella lo hacía yo leía un pdf que tenía pendiente. El tiempo pasó rápido.

Saqué de mi bolso un recipiente con fruta y lo compartí con ella. Otra cosa que descubrí hoy es que no le gustan las bananas, así que todas me las comí yo y ella se comió todo el kiwi.

— ¿Tú sabes cuándo vuelve mi mami?

Preguntó Olivia de repente.

— ¿A dónde se fue? — Ella se encogió de hombros—Seguro que la vas a ver pronto Liv.

— Mi papi dice que se fue de viaje pero...— Su mirada se tornó triste — Ella siempre me llevaba a mí y esta vez no.

Strangers By NatureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora