Fragmento 3: Catársis.

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(n.) Catársis (κάθαρσις).
Entre los griegos, es la purificación de las pasiones del ánimo mediante las emociones que provoca la contemplación de una situación trágica.

El tren me dejó. No importa. Siempre llego tarde.
Siempre me distraigo por el camino.
En este trayecto, aprendí varias cosas.
Que cuando miro una tormenta. No necesariamente veo un desastre natural ocasional.
Me miro a mi misma. Y es hermoso.
Aprendí a amar lo poco y sencillo. Aprendí a no querer saber si es verano o inverno, total, ya me daré cuenta luego.
Aprendí a amar cada detalle de mi cuerpo y alma.
Aprendí a estar sola sin realmente estarlo. A tener diálogos conmigo misma sin cerrar los ojos ni aburrirme en el camino.
Aprendí a amar a otros. A amar hasta los átomos.
Aprendí a ser la persona que busca seguridad, pero que a veces pincha los airbags.
Aprendí a escuchar. Escuchar la sincronización de mis latidos con otros y no tener un paro en el intento.

«A veces no hay advertencias. Las cosas ocurren en segundos. Todo cambia. Estás vivo. Estás muerto. Y todo sigue adelante.
Somos delgados como el papel. Existimos a base de suerte, entre porcentajes, temporalmente. Y eso es lo mejor y lo peor, el factor temporal. Y no se puede hacer nada al respecto. Puedes sentarte en la cima de una montaña y meditar durante décadas, pero eso no va a cambiar. Puedes cambiar tú mismo y aprender a aceptar las cosas, pero quizá eso sea también un error.
Quizá pensemos demasiado. Hay que sentir más, pensar menos».
Charles Bukowski

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3/3
Nos leemos luego.
Ana Lucía. 🤎🤎

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