JunMyeon sabía cómo funcionaba el sistema de adopción legal, pero el sistema de adopción privada le preocupaba. Aún más, ¿qué pasaría si alguien completamente inadecuado le ofreciese a su hermano una enorme suma de dinero?
Se dio cuenta de que jisoo estaba mojada y la tumbó en la cama para cambiarla. Al quitarle la última camisetita, no pudo creer lo que sus ojos veían; tenía todo el pecho lleno de moratones y todavía se adivinaban las marcas de unos dedos de tamaño similar a los suyos.
—ay, SuHo, ¿cómo has podido hacerle esto? —se preguntó JunMyeon tragando saliva, tratando de no llorar por la impotencia que le causaba el no haber sido capaz de evitar que su sobrina sufriera lo mismo que él había sufrido de pequeño.
JunMyeon decidió en ese momento que iba a hacer lo que fuese para quedarse con jisoo. Seguro que habría algún modo de convencer a SuHo de que lo dejara quedarse con el bebé.
No le sería fácil hacerse cargo de un bebé con su salario, pero de alguna manera lo conseguiría. No permitiría que su hermano siguiese adelante con aquello.
JunMyeon se convertiría en la madre de jisoo, nadie iba a apartarlo de su sobrina.
Oh SeHun frunció el ceño cuando su secretaria le informó de que su padre lo llamaba por teléfono desde su mansión de Guangxi en China.
—¡SeHun! Tienes que hacer algo con ese hombre inmediatamente. —le espetó Taibo a su hijo cuando éste tomó el teléfono.
—Supongo que te refieres al gigolo con el que estuvo Yifan, ¿no? — contestó SeHun suavemente.
—Será un gigolo, pero también es la madre de mi única nieta. —masculló Taibo.
—¿Qué es lo que te hace estar tan seguro de repente? Yifan no quiso hacerse la prueba de paternidad, dijo que siempre había utilizado protección. —acuso SeHun jugando con su lapicero.
—Tal vez utilizase protección, pero ahora tengo razones para pensar que esa protección falló. He recibido una carta que tengo aquí delante con una fotografía de la niña. —la voz de Taibo se entrecortaba a medida que hablaba—. Es exactamente igual a como era Yifan a esa edad. Estoy seguro de que es hija de Yifan.
SeHun apretó los labios tratando de controlar sus emociones. La muerte de su hermano mayor le había destrozado, pero por su padre, enfermo terminal, había seguido en el negocio familiar sin tomarse un respiro. La sucursal de Seúl del banco Wu u Oh, pues su apellido chino tenía la traducción romanterizada a Oh en corea, estaba en plena expansión y tenía la intención de seguir trabajando muchas horas cada día para tratar de apartar el dolor que le causaba la muerte de su hermano.
—Papá. —dijo SeHun con voz profunda—. Todo esto es muy difícil de digerir...
—Debemos tener a esa niña SeHun. —insistió su padre Taibo—. Es todo lo que nos queda de Yifan.
—¿Cómo pretendes conseguir quedarte con la niña? —preguntó SeHun con incertidumbre.
—Como de costumbre. —contestó con cinismo su padre—. Ofreciendo el dinero suficiente, hará lo que le pidas.
—¿Cuánto dinero planeas que me gaste en esto? —preguntó SeHun.
Taibo dijo una cifra que dejó perplejo a SeHun.
—Eso es mucho dinero padre. —replico SeHun dejando de jugar con el lapicero.
—Lo sé SeHun. —estuvo de acuerdo su padre—. Pero no puedo correr el riesgo de que no acepte. Después de la respuesta que le di a su anterior carta quizá se quiera vengar y no nos deje acercamos a la niña.
SeHun recordó el contenido de aquella carta, su padre le había mandado una copia. No era muy agradable. Perfectamente se podía imaginar a aquel joven reaccionando de forma vengativa, especialmente si lo que decía era verdad... que Yifan era el padre de su hija.
Estaba al tanto de la fama que tenía Kim SuHo, aunque no lo conocía personalmente. Sin embargo, había visto una o dos fotos de SuHo. Mostraban a una persona muy guapa, con un cabello rojizo, ojos inusualmente castaños y un cuerpo que hacía volver la cabeza a los hombres. Su hermano había estado perdidamente enamorado de SuHo hasta que mostró su verdadero carácter. Todavía recordaba cómo Yifan le describió la reacción que tuvo SuHo cuando éste la informó de que su corto pero intenso romance se había acabado. Lo había perseguido y acosado sin cesar durante meses.
Pero, de alguna manera, el pensar que la sangre de su hermano corría a través de las diminutas venas de la niña le causaba un inesperado y profundo sentimiento.
—SeHun, lo tienes que hacer. Es una cuestión de honor familiar. Yifan habría hecho lo mismo por ti. —le dijo su padre Taibo con voz desesperada.
No era ningún secreto en la familia Oh, o Wu, que Yifan había sido siempre el favorito de su padre. Con su encantadora personalidad, se había ganado a todos casi desde el mismo día en que nació. En cambio, SeHun era más serio.
Se encogió de hombros al pensar en el plan de su padre. Se preguntaba si sería difícil convencer a SuHo de que les dejara la niña. Si aceptase el dinero y se iría o si insistiría en algo más formal como...
Se le revolvió el estómago al recordar lo que su hermano le había contado sobre las pretensiones de conseguir un marido rico por parte de SuHo.
¡Pero seguro que su padre no quería que llegara tan lejos!
Hasta aquel momento, se las había arreglado para evitar la presión de casarse, aunque estuvo a punto de hacerlo hacía algunos años. Aquello acabó bastante mal y desde entonces había evitado comprometerse emocionalmente. Por el contrario, Yifan siempre había dejado claro que se iba a casar joven y que tendría muchos herederos para asegurar la dinastía Oh. SeHun había decidido que no se podía confiar en las personas cuando había dinero de por medio. Y en la familia Oh había mucho dinero.
Su corazón se encogió al pensar en cómo sería su sobrina, se la imaginó con el pelo y los ojos oscuros de su padre.
—¿Lo vas a hacer SeHun? —presionó Taibo—. ¿Harás esto por mí y por tu difunta madre?
La simple mención de su madre siempre le hacía desgarrarse de dolor. Todavía se acordaba de la manera en la que ella le sonrió y le saludó con la mano desde el otro lado de aquella bulliciosa calle de Pekín, justo antes de que aquel coche la atropellara.
SeHun no podía evitar pensar que si le hubiese dicho la verdad de por qué iba a llegar tarde, tal vez su madre no hubiera muerto. Su padre le había suplicado que no pensara aquello, pero aun así su sentimiento de culpa no había disminuido.
Cuando al poco tiempo de la muerte de su madre murió Yifan, su hermano, no pudo evitar pensar que su padre habría sufrido mucho menos si hubiese sido él y no Yifan el que iba en aquel coche.
—Veré lo que puedo hacer padre... —respondió SeHun resignado.
—Gracias. —el alivio que denotaba la voz de su padre era inconfundible.
SeHun sabía que los días que le quedaban de vida a su padre estaban contados. Y esos días serían mucho mejores si pudiera abrazar a su única nieta.
—Pero puede que SuHo incluso se niegue a verme. —le advirtió SeHun a su padre, recordando otra vez aquella injuriosa carta que le mandó a SuHo—. ¿Has pensado en esa posibilidad?
—Haz lo que tengas que hacer para que ese entre en razón. —le ordenó Taibo—. Y quiero decir lo que sea. Esto es simplemente un negocio. Las personas como Kim SuHo no se merecen otra cosa.
SeHun se preguntó qué clase de doncel era SuHo, capaz de negociar con la vida de una niña pequeña.
Colgó el teléfono unos minutos después y pensó en lo que acababa de prometer. Iba a visitar a la persona que más odiaba en el mundo... a la persona que consideraba responsable de la prematura muerte de su hermano Yifan.
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Ahh ¿como creen que tratara SeHun a JunMyeon creyendo que es SuHO
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No soy ÉL -SEHO
FanfictionKim suho y kim junmyeon son hermanos gemelos, fisicamente identicos pero sentimentalmente muy diferentes. Mientras junmyeon es calma SuHo es tempestad. Suho es ambicioso y no le importa los medios que tenga que usar para lograr su cometido, mientras...