thirteen

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—No, dice que no quiere dinero ni nada del patrimonio de Yifan... —explico a su padre SeHun—. No estoy seguro, pero creo que me está tratando de embaucar haciéndome creer que ha cambiado... Sí, voy a darle una asignación, pero no tardará mucho en gastársela, estoy seguro... Sí, es como dijo Yifan o peor... lo sé, lo sé, es una cazafortunas sin escrúpulos...

A JunMyeon le costó mucho disimular lo mal que le sentaron aquellas palabras y prometió vengarse.

—Sí... ya lo sé, me cuidaré las espaldas y sí... —SeHun soltó una risita de macho— y la delantera también. Ciao.

—¿Adónde vamos a ir de compras? —le preguntó JunMyeon, sonriendo cándidamente, una vez que SeHun hubo colgado el teléfono.

SeHun gastó una fortuna en ropita, juguetes y demás cosas para su sobrina en las tiendas y boutiques de la zona.

Cuando llegó la hora de darle de comer a jisoo, SeHun sugirió que fueran a una cafetería que fuese tranquila, donde JunMyeon pudiese dar de comer a la niña y ellos pudieran tomar un café y comer algo. JunMyeon hubiese querido no tener tanta hambre y así haber podido decir que no, pero no había desayunado y necesitaba comer algo.

Pronto estuvieron sentados en una cafetería. Cuando JunMyeon se disponía a darle el biberón a jisoo, se dio cuenta de que SeHun lo estaba mirando.

—¿Te gustaría darle de comer? —le preguntó JunMyeon.

—Claro, ¿por qué no? —respondió SeHun después de un momento de silencio.

Cuando le hubo pasado a la niña, JunMyeon se enterneció mirando la escena del tío dándole de comer a su sobrina.

Sabía que para los chinos la familia era muy importante y que los hijos lo eran aún más. Pero aquello de casarse con alguien a quién no se quiere sólo porque es el supuesto progenitor de una sobrina le parecía demasiado. Pensó que tal vez SeHun, en un futuro, anularía el matrimonio e intentaría quedarse con la custodia de jisoo, cosa que fácilmente conseguiría cuando se demostrara su verdadera identidad. No podía dejar de pensar en lo mismo una y otra vez.

Este pensamiento le quitó el hambre y apartó el menú.

—¿No tienes hambre JunMyeon? —preguntó SeHun mientras sus miradas se encontraron.

—Sólo tomaré café solo gracias. —dijo JunMyeon apartando su mirada de él.

La camarera se acercó y tomó nota mientras miraba a jisoo.

—¿Cuánto tiempo tiene? —preguntó sonriente.

—Cuatro meses. —respondió JunMyeon.

—Se parece a su padre. —dijo la camarera sonriendo, mirando a SeHun y a la niña.

JunMyeon estuvo a punto de decir que no era el padre de la pequeña, pero lo pensó mejor.

—Sí. —dijo JunMyeon, sorprendido de no haberse dado cuenta antes del parecido.

Efectivamente, jisoo tenía un aire a SeHun, en el tono aceitunado de su piel, los ojos oscuros y aquel sedoso pelo negro. Pero también veía que tenía cosas de SuHo y de él, como la boca y la nariz.

JunMyeon observó cómo SeHun colocaba a jisoo en su hombro y le daba palmaditas en la espalda, con tal destreza que parecía que lo hubiera hecho cientos de veces.

—¿Has pensado en tener tus propios hijos? —le preguntó JunMyeon.

—No. —dijo SeHun colocando a jisoo en su otro hombro—. No tengo planes de casarme y crear una familia.

No soy ÉL -SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora