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    Los nervios helaban la sangre del castaño, que trataba de idear un plan mejor, no le terminaba por convencer el que crearon.

    Algo podría salir mal y no tenían nada de respaldo, ese podría ser el de emergencia.

    —Podríamos hablarles cada uno por separado.—habló de repente una voz aguda, los tres chicos sintieron su corazón detenerse por un momento. Voltearon hacia la derecha, que es por donde provenía la vez, encontrando a la rubia, que estaba saliendo de su escondite detrás de un árbol.

    —¡¿Estas loca, mujer?!—exclama furioso Franz, su aparición sí le había dado un buen susto. Brandon se tocó el pecho para sentir sus latidos ir rápido.

    —Ya les di una idea, ¿no?—comenta la rubia, era extraño no verla jugar con sus dedos por los nervios.

    —¿Estabas escuchando?—pregunta Frederick, a lo que no le dio tiempo a la rubia responder ya que el pelirrojo gritó.

    —¡Nos espantaste!—le grita Franz enfadado, odiaba que lo espantarán.

    —Perdón.—dice Camino, avergonzada.

    —No te preocupes, ya pasó.—la alivia con palabras Brandon, quien le sonreía, Camino asintió pero eso no le quitaba el enojo a Franz.

    —¿Qué estabas haciendo?—le pregunta Frederick, pero no con una mala intención, realmente tenía curiosidad.

    —Había salido a recoger agua pero los encontré hablando, los escuché de el plan de escape y de un...¿traidor?—comenta la chica, con cierto nerviosismo al final, pues los chicos habían mencionado que ya nadie más debía saber de ese tema, y ahí estaba ella, que lo había escuchado accidentalmente, pero tampoco era su culpa que los muchachos no supieran encontrar un buen lugar para hablar de asuntos delicados.

    Los muchachos al escucharla solo quedaron perplejos, ya el tema parecía correr como agua que lleva el río.

    —¿Entonces escuchaste todo?—pregunta Brandon, aún con su cara petrificada.

    —Sí...¡pero eso no importa!—exclama la muchacha, trayendo de vuelta a sus amigos en sus cinco sentidos.—¡Ya les di una idea para su plan, estoy segura que servirá a la perfección!—exclamaba con una sonrisa.

    —¿Cual era tu plan?—pregunta el castaño.

    —Mi plan iba que cada uno trataría de convencer a los demás de poder realizar un último intento en escapar y reconciliarse, así cuando se encuentren no tendrán las mismas ganas de aventarse al fuego.—dice la rubia, sorprendiendo a los demás chicos, "¿como una chamaca de trece ha podido idear un plan mejor?" pensaba el pelirrojo.

    —Pues no suena nada mal.—dice Brandon, alentando a los otros dos de ir con el plan de la rubia.

    —Mientras funcione, no me importa por cual nos vamos.—menciona Frederick.

    —¡Bueno! Pero nosotros iremos, no quieren que digas algo que no.—le dice Franz a Camino.

    —¡¿Qué?!—exclama la rubia indignada.—¿No voy a participar?—

    —No, vete a hacer otra cosa, pero no estorbes.—le responde Franz.

    —Pero, ¿no debería ayudar también?—pregunta Brandon.

    —¡No! Y fin de la discusión.—exclama el pelirrojo, poniendo triste a la rubia.

    —¡Pero yo quiero ayudar!—exclama indignada y triste Camino.

    —Ya vete, ¿quieres?—

    Y así, enfadada se fue a paso lento. Tenía que hacer una de las partes importantes y ellos se llevarían todo el mérito. Había probado poder idear un mejor plan pero no la dejarían ayudar, otra vez el sentimiento de sentirse como un parasito apareció nuevamente, todos hacían todo y ella solo estaba ahí estorbando, odiaba sentir que le debía a alguien, detestaba estar en deuda con la gente.

El Circo del Roble Oscuro [FNaF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora