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    Las luces del escenario alumbraban su rostro, dandole un tono más rosado a la cara que tenía flores negras pintadas.

    —¡Y el próximo acto de hoy será del maravilloso Bonnie!—exclama el presentador con una sonrisa, dándole el escenario al pelimorado para que haga su actuación.

    Pero de lo que no estaba consciente Terrence era que muchos de los chicos no estaban puestos para ir a su actuación, los que seguían en los próximos actos, Frederick, George, Cecille y Patrick estaban formados mientras los demás estaban empezando a poner en marcha su plan.

    Franz había entrado al despacho del señor con cautela, la adrenalina estaba hasta el tope cuando estaba buscando el dinero. Ya no estaba donde lo había encontrado la vez pasada.

    Empezó a revisar, con la precaución de dejar todo como estaba, debían aprovechar que el presentador estaba distraído con el espectáculo. Ese día sería su evaluación, pero planeaban marcharse esa misma madrugada.

    Franz estaba tan concentrado buscando el dinero, removiendo papeles y demás cosas. Sin éxito.

    Se empezó a desesperar al no encontrar nada, entonces tomaría cosas caras y las vendería, así al menos podrían sostenerse los suyos y los demás por un tiempo.

    Prometía que si escapaban buscaría un trabajo, no importaba si tenía que levantar leña todo el día, se tenía que dejar de esas payasadas de robar, pero no era para nada fácil dejar un hábito que consiguió desde sus primeros años de vida, después de todo, vivir en las calles no era bonito.

    Pero tenía que dejar su inmadurez, era de los mayores, tenía que proteger a los menores, protegería a los chicos como nadie lo hizo con él. Tendría más bocas por alimentar, además que planeaban comprar una casa y tratar de conseguir a un buen médico para que operara a los gemelos. Se tenía que poner serio.

    Pensando en como quería dejar a los chicos del circo tiempo atrás lo hacia sentirse avergonzado de si mismo, algo que no sentía muy a menudo.

    Pero ahora tendría una familia, una buena familia.

    Haría lo que fuera por su familia.

    Pero ahora no estará solo para sostener a los chicos, podrán ser más, pero entre el trabajo de todos los chicos podría vivir en paz al fin.

    Una sonrisa se podía formar en los labios del pelirrojo cuando pensaba eso, podría ver a sus amigos crecer a gusto sin miedo de algún miserable adulto.

Ya no tendría que sentir la presión de morir en el intento de un saqueo para traer comida a los muchachos. Estaba feliz, pero tenía que apurarse si quería que esa ilusión se hiciera realidad.

Decidió irse a lo grande al no ver ningún rastro del dinero en el escritorio, así que empezó a revisar los muebles.

Al mover accidentalmente uno, pudo encontrar el lugar hueco donde el señor guardaba sus armas, Frederick no había mentido después de todo.

Pero no solo estaba eso, también había una caja de cerillos, la tomo y la abrió, para tomar tres, cerrarla y volverla a poner en su lugar.

También estaba una bolsa café, se veía pesada, la abrió y encontró el dinero, bastantes billetes y monedas estaban ahí. Franz quedo satisfecho y busco entre las cosas que tenía consigo una bolsa de tela, empezó a guardar todo el dinero en su bolsa, no sin antes sacar las piedras que traía consigo.

    Las reemplazo por el dinero, para que pesará y la ató rápidamente. Antes de tapar el hueco, tomó un objeto que estaba envuelto en una tela roja, la abrió y encontró una daga plateada. El chico asustado decidió guardarla, pero pensándolo mejor, la tomó y la guardó.

El Circo del Roble Oscuro [FNaF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora