CAPÍTULO 53 - En las duchas (+18)

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"¿Por qué me haces esto?"

"No lo sé..." - contestó, comenzando a llorar.

Apoyó la cabeza en el hombro de la otra, refugiándose en su pecho. En esa posición, la morena empezó a introducir sus manos por el manchado uniforme, analizando las marcas de hierba y golpes. Con delicadeza y sin prisa se la quitó. Estaba llena de morados, los rozaba con suavidad, para después volver a apoyarse en ella.

"... Siempre acabas apaleada."

Adora la observaba sin hacer nada, solo simples bufidos cuando presionaba de más.

"Mis sentimientos son los que salen peor parados."

La morena la abrazó.

"Huelo mal..." - no peor que el vestuario, con la mezcla de varias fragancias de alfas adolescentes mezcladas.

"No, huele a ti..." - empezó a pasearse por los morados de la rubia, depositando suaves besos en ellos.

Adora no lo pudo evitar, la piel de la morena era como la miel. Dulce, atrayente. En el momento que la probara se quedaría atrapada en ella. Adora alzó los brazos, rodeándola.

Catra de puntillas la vuelve a besar, y sigue deshaciéndose del sujetador deportivo, de los pantalones, de todo lo que cubriera a la de ojos azules, desnudándola poco a poco, a la vez que ella misma también se iba despojando de la ropa. Así no podían ir las cosas, y ahora sin los supresores. ¿Qué podía hacer, si no rendirse a los encantos de la chica con los ojos más bonitos de todo el instituto?

Adora la miraba sin interrumpirla. Una vez Catra terminó de desvestir a ambas, se alzó, abrazando el cuello de la más alta para intentar alcanzarla nuevamente. Sus respiraciones se mezclaban, embriagándose de aquel momento. Sin querer decir nada pero entendiendo todo, Adora flexionó las piernas rodeando con sus manos los muslos de canela, levantándola con suavidad.

Enlazadas en el abrazo, la rubia se dirigió a una de las duchas, andando hacia la pared de losas. Catra la envolvió con sus piernas. Se miraban, mientras las intimidades de ambas también. El alfa de Adora con su miembro peneano izado, inflamado, babeando por la de ojos bicolor. El omega de Catra lubricando desde el primer beso.

Estaban desnudas en aquel vacío vestuario, solas, la rubia sujetando todo el peso de la morena, con los ojos de ambas a la misma altura, mirándose fijamente, evadidas del resto del entorno, solo ellas dos, con atención completa la una para la otra. No escuchaban el sonido de las cañerías crujir por el enfriamiento del agua contenida en ellas, ni las gotas caer desde lo más alto de los grifos, ni si quiera escuchaban el pausado chapoteo de los pasos de Adora cruzando los charcos del suelo. Tampoco escuchaban el eco de sus respiraciones que revotaban en las paredes. No, no lo escuchaban. Solo sentían, sentían los latidos de la otra, el húmedo vaho que salía de sus bocas y las golpeaba en sus pieles desnudas, solo sentían la mirada de la otra, cómo se clavaba más allá de la mera piel, alcanzándole el pecho, aumentando los latidos, y la temperatura entre ellas. Claro que no escuchaban.

Estaban en esa posición donde una pequeña embestida bastaría para unirse. Donde un suave movimiento sería suficiente para rozarse. Pero Adora no se movió, se limitaba a observar con detenimiento a Catra, sólo a observar.

Catra aventuró con un suave gesto su mano sobre el rostro de la ojos azules, acariciándole las mejillas, para bajar por su cuello y apoyarse en sus hombros. Con eso, empezó a acercarse lentamente hacia los labios de la otra, tragó saliva antes de fundirse con ella, degustó sin prisa la suave orilla un tanto salada por el sudor del partido, no le importaba, quería probar todos los sabores de la rubia.

"No sabes lo difícil que es..." - susurró la felina.

Adora empalmada, suspiró, lo que provocó un pequeño roce entre ambas intimidades. "¿Que no?" pensó la rubia.

TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora