"Buenos días Tía Casta."
"¡Oh! Buenos días Adora. ¿Ya te vas?"
"Sí, antes de que se me haga más tarde."
"¿Que tal la noche? ¿Cómo está mi niña?" - a Adora le parecía encantador la manera que tenía de referirse a la gente.
"Bien. Creo que ha dormido bien. No hemos tenido ningún problema."
"¿Y Scorpia?"
"Se tuvo que ir que se olvidó de que había quedado en recoger a Perfuma. Y... ¡Oh!" - decía mirando el móvil. - "Sí, aquí está. Se le hizo tarde y ya no vino. Es que anoche me dormí pronto y no sabía nada de ella desde que se fue. Aunque ya me lo imaginé."
"Me alegro de que descansaras bien. ¿Quieres que te acerque?"
"No, no hace falta. Me gusta caminar por la mañana, me termino de despertar."
"Muchas gracias por haber vigilado a mi pequeña. Ten cuidado de camino a la escuela."
"Gracias Tía Casta. Ahora te toca descansar después de la noche."
"Sí hija mía, a eso voy. Dame un besito mi niña. Cuidate." - Y así se despidió de Adora antes de que dejarla salir por la puerta.
La rubia suspiró en el porche mirando hacia las ventanas de arriba, pensando que a veces le gustaría que Catra fuera tan cariñosa y comprensiva como su madre, pero cuando recuerda cada pequeño gesto que le regala como si fuera una ofrenda bien merecida, no desearía que fuera de otra forma. Catra de por sí no era cariñosa, pero cuando lo era... lo demás se volvía increíble. Adora se marchó bastante alegre, como victoriosa, aunque fuese un tanto agridulce. Canturreaba como poseída por un nuevo halo de ilusión.
Castaspella arregló unas pocas cosas, antes de ponerse cómoda, y dirigirse al cuarto de Catra. Se introdujo sigilosa. Se sentó sobre el edredón, y con el dorso de la mano acarició la caliente mejilla.
"Mmm... estás muy fría..." - decía soñolienta mientras intentaba ocultarse del gélido toque.
"¿Me haces hueco?"
Catra murmuró dejando espacio. No era la primera vez que dormían juntas. Siempre que Casta detectaba que algo iba mal, se acurrucaba con ella. Normalmente se iban al otro cuarto, ya que lo hacía sentir más maternal, y si la morena se agobiaba podía volver a su habitación sin problemas.
"¿Estás bien mi reina?"
"Mmm..." - emanaba arrastrándose hacia los brazos de Casta. Ésta la acogió. Y así se quedaron dormidas, bajo el refrescante calor de ésta madre. Pasó media mañana, y como todas las mujeres de su casa. Casta ya estaba en pie, arreglando lo que se le ocurriera, preparando comida, ordenando las habitaciones, haciendo la colada, pasando la escoba y fregando mientras esperaba que la olla terminara de calentarse.
Unos inesperados porrazos, irrumpieron en su rutina. Se dirigió hacia la entrada, intentando despejarla.
"Un momento. Ya voy." - tuvo que decir tras una segunda ronda de golpes.
Al abrir la puerta, su expresión tornó a una de sorpresa. Una mujer cubierta por una imponente capa, que ocultaba su cara con un antifaz, coronada por un moño alto de proporciones imposibles, y arquitectura sinuosa, esperaba en el rellano.
"¡Oh! Shadow, qué sorpresa." - terminó de abrir la puerta, y depositar la fregona en un hueco de la pared. - "Pasa, pasa."
La altanera mujer, se limitó a hacer lo que se le pidió. Entrar en aquella casa, que le traía recuerdos, algunos más buenos que otros.
"¿Qué te trae por aquí?" - le sonrió Casta, se podría decir que contenta de verla.
Shadow Weaver como si se tratara de un componente de la alta nobleza, observaba con soberbia la nueva disposición de lo que una vez llamó hogar. Lanzando miradas despectivas a todo lo que le recordara que ahora allí había una intrusa despreciable que usurpó su sitio, y que le borró de lo que sería una vida perfecta. Con asco mascullaba entre dientes y chasqueaba cada indicio de aquella presencia que tan poco le agradaba.
"Como Jefa de Estudios..." - se detuvo al ver una fotografía de ella más joven y en su época, bella, con Casta. Poco antes de la aparición, del abominable engendro que arrasó como un tsunami todo lo que podía haber definido como felicidad. Entrando en un estado un poco de ira. - "... vengo a ver cómo se encuentra la alumna."
"Oh venga. ¡No seas tan fría!" - se reía. - "Ven tengo té preparado."
Esa furiosa sensación desaparecía con cada palabra de la encantadora mujer, que se llevaba con sus gestos todos los malos recuerdos, embrujándola de tal manera, que se volvía a sentir como antaño.
"¿Sigues tomándolo con dos de azúcar?" - lo decía con un tono celestial que ya le servía a Shadow para endulzar el paladar.
"No. Hace tiempo que dejé el azúcar."
"Vaya. Ahora eres más amarga se podría decir." - reía entonando suaves ecos, que resbalaban por los oídos del que lo oía. - "¡Cuéntame! ¿Qué tal va el instituto?"
"Ya lo sabes. Rodeada de mocosos que apestan a hormonas."
"Jajaja. Siempre tan directa." - esa visión hipnotizaba a la harpía que negaba querer azúcar. - "Sabes que ese trabajo lo elegiste tú, ¿verdad?"
"Verdad." - decía secamente, llevándose la taza a los labios, para degustar lo que una vez tomaba todos los días. - "Me sorprende que conserves esa foto."
"¿Por qué? Sales bella."
"No es más que un recuerdo de lo que fui." - haciendo referencia a lo que ahora ocultaba su rostro.
"Sabes que a mí no me importa." - Casta le pasó la mano, rozándose mutuamente. - "Light Spinner."
"Ya no me llamo así." - respondió después de suspirar por aquella caricia.
"Pues no sé por qué." - siguió la cálida caricia - "Definía cómo eras."
"Ha pasado tanto desde que escuché ese nombre..." - apretaba los puños, arrugando el gesto.
El momento quedó interrumpido por el pitido de la olla, que estaba lista para reducir el fuego a la mitad, y dejar que se terminara de cocer lo que en ella había. Cuando Casta se distrajo por esto, deshaciendo el contacto que habían creado, intentando levantarse para dirigirse a la cocina. Shadow Weaver la detuvo, agarrando la mano que se soltó un segundo atrás. Atrapándola con ambas.
Se quedaron en silencio, un silencio mudo, con un chasqueo de fondo, del vapor saliendo con fuerza del cazo.
"Dame un momento que baje el fuego..."
Shadow se alteró un poco. Hacía años que no dejaba caer la sólida capa de hierro de la que se había envuelto. Siendo su debilidad aquella cocinera inexperta.
Al volver, Casta se sentó algo más cerca, en el mismo sofá que su invitada.
-------Tengo otro fan fiction de CATRADORA que se llama "Y YO A TI" que sí sigue la temática de la serie, después de la temporada 5. Y su traducción al inglés "A FUTURE WITH YOU".
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TE DESEO (Omegaverse) (CATRADORA)
RomanceEl equipo del instituto Bright Moon llega a semifinales. Una megaparty organizada después del partido, una pelea originada por la lujuria. ¿Se resolverán los problemas hormonales de éstos adolescentes? Portada de @GloriaZM1 (on twitter)